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miércoles, 31 de mayo de 2017

Visitación de la Virgen María

Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,39-56):

En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. 
Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.» 
María dijo: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia, como lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.» 
María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.

Palabra del Señor
 
 Reflexión del Papa Francisco

La Virgen va a visitar a Isabel, e Isabel le dice: «He aquí, apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno».

Todo es alegría. Pero nosotros cristianos no estamos muy acostumbrados a hablar de alegría, de gozo. Creo que muchas veces nos gustan más los lamentos. ¿Qué es la alegría? La clave para comprender esta alegría es lo que dice el Evangelio:

"Isabel fue colmada de Espíritu Santo".

Es el Espíritu Santo quien nos da la alegría. En la primera oración de la misa hemos pedido también la gracia de la docilidad al Espíritu Santo, quien nos da la alegría.

[...] A mí me gusta pensar: los jóvenes cumplen la Ley; los ancianos tienen la libertad de dejar que el Espíritu les guíe. Es hermoso esto.

Es precisamente el Espíritu quien nos guía. Él es el autor de la alegría, el creador de la alegría. Y esta alegría en el Espíritu nos da la verdadera libertad cristiana.

Sin alegría, nosotros, cristianos, no podemos llegar a ser libres. Nos convertimos en esclavos de nuestras tristezas.

No se puede llevar adelante el Evangelio con cristianos tristes, desesperanzados, desalentados; no se puede. Esta actitud es un poco funeraria. En cambio, la alegría cristiana deriva precisamente de la alabanza a Dios.

[...] Es precisamente ella, la Virgen quien trae las alegrías. La Iglesia la llama causa de nuestra alegría, causa nostrae letitiae.¿Por qué? Porque trae nuestra alegría más grande, trae a Jesús.

Y trayendo a Jesús hace que este niño salte de alegría en el seno de la madre. Ella trae a Jesús. Ella con su oración hace que el Espíritu Santo irrumpa. Irrumpe ese día de Pentecostés; estaba allí.

Debemos rezar a la Virgen para que al traer a Jesús nos dé la gracia de la alegría, de la libertad; nos dé la gracia de alabar, de hacer oración de alabanza gratuita, porque Él es digno de alabanza, siempre. (Homilía en Santa Marta, 01 de junio de 2013)
 
"Pidamos por todos los sacerdotes buenos y fieles, que se entregan a los demás con generosidad y abnegación, sin hacer ruido". Papa Francisco

domingo, 28 de mayo de 2017

REFLEXIÓN DE DON MANUEL PARA EL DÍA DE HOY

SOLEMNIDAD DE LA GLORIOSA ASCENSIÓN

                  DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO


                        INTRODUCCIÓN: Hermanos, celebramos la Solemnidad de la Gloriosa Ascensión de Nuestro Señor Jesucristo al Cielo. Esta Solemnidad reafirma nuestra fe en Cristo Resucitado: “Se les presentó...” Y al mismo tiempo nos abre a la esperanza de lograr la plenitud de nuestra salvación, por la gracia del Espíritu Santo que se nos ha regalado. Hoy, pues, se nos invita a la alegría y a la esperanza.
                        La Fiesta de la Ascensión viene a ser el final de la carrera personal de Cristo; una carrera llena de obstáculos, que se inició con vertiginosos descensos para terminar con admirables ascensiones. Jesús “se sienta a la derecha del Padre”; “toma posesión de la Gloría”. Pero debemos aclararnos: Si decimos que Jesús es Dios, no necesitó la Ascensión. Pero Jesús, a la vez, es hombre para los hombres. Jesús recorre su camino por y para nosotros. De tal modo que en la GLORIFICACIÓN DE JESÚS, LA HUMANIDAD HA SIDO INVESTIDA DE LA DIGNIDAD MISMA DE DIOS. Hoy algo de nosotros ya está en el cielo, y algo de cielo ya tenemos en la tierra.
                     Esta Fiesta está llena de contrastes, que nos enseñan: 1º.- El que hoy sube a los cielos, es el mismo que descendió a los infiernos. Bajó hasta las simas más profundas de la experiencia humana; seno de una mujer, pesebre en Belén, persecución, huida a Egipto, taller, mas de pecadores en el Jordán, hasta la pasión espantosa y la muerte injusta.
                    Ahora se eleva y eleva consigo al hombre todo, a la dignidad más alta y a la verdadera plenitud, a la misma participación de la divinidad. Esto es lo grande. Nos enseña que a la plenitud, y esta es posible, se llega por el vaciamiento, a la exaltación por la humillación, a la Pascua por la cruz.
                    2º.- Si Cristo se marcha, ¿cómo es ahora su presencia entre nosotros? La nube se los arrebata de sus ojos, pero el Espíritu que el Señor Glorificado envía a los suyos, les va a dotar de unos nuevos ojos, los ojos de la fe, para descubrir su presencia múltiple entre los hombres. Se pierde su presencia corporal, pero se multiplican otras presencias espirituales, no menos reales.
                     Todo se llena de su presencia y empieza la era de los Sacramentos. Así sentimos que se marchara, pero nos conviene que se haya ido, porque desde el cielo nos abra los veneros de la divinidad, y porque Él está siempre con nosotros de manera eficaz...
                     Por ello, es tiempo de alegría: “Ellos se volvieron a Jerusalén con gran alegría”.
                  3º.- Remata Cristo su obra, pero a la vez comienza la nuestra, que es también la de Cristo. Desaparece Cristo y se multiplican los “cristos”. Se apaga el Cirio Pascual y se encienden millones de luces en los corazones. Jesús inició una tarea, lo nuestro es continuarla; prestar a Cristo nuestro cuerpo, nuestra persona, para ser testigos de Jesús, para ser Cristos.

                  4º.- Se nos invita a mirar al Cielo, pero se nos exige que nos preocupemos de la tierra. Siguiendo a Cristo, algún día seremos elevados al Cielo. Pero ahora hay que luchar, para que en la tierra haya menos infierno. Es la hora de inclinarse sobre el surco y sembrar, de inclinarse sobre el débil y confortar, sobre el caído y levantarlo. Y a ser posible, un poco de Paraíso; que nuestra tierra sea una morada digna.

 NUESTRAS ASCENSIONES

                        El fin de la carrera de Cristo es el comienzo de la nuestra. Desde Cristo la humanidad se eleva sobre sí misma. Desde Cristo, se nos enseñan donde están los verdaderos valores:
                      -Que vale más el perdón que la venganza.
                      -Que es mejor dar que recibir. Los últimos, primeros.
                      -Que el que pierda, gana. Que la muerte está vencida.
                      -Que lo más importante en la vida es amar.
                        Estos principios han dado origen a radicales ascensiones de la humanidad; y nuestras aspiraciones más hondas ya encuentran satisfacción. La Ascensión es la respuesta al sentido último de la existencia del ser humano.                     
                        La Ascensión no es el opio, sino la espuela, es oxígeno que te eleva. Pues, al contemplar a Cristo, nos sólo se elevan nuestros corazones con el deseo de participar de su Gloría, sino que nos animamos a elevar a cuántos se hallan hundidos en fosas de muerte.
                        Demos, pues, las manos. Luchemos contra la vida descendente, la que esclaviza al hombre; luchemos contra la desesperanza, la tristeza, el consumismo, el materialismo. Demos la mano a cuántos deseen ascender. Ayudemos a los caídos a ponerse en pie y que levanten sus ojos y sus corazones a Dios      

                        Celebremos la Eucaristía, que nos hace vivir elevados, pero metidos bien en la tierra.

VIGILIA DIOCESANA DE PENTECOSTÉS


Como ya os hemos ido informando por diversos medios, el próximo día 3 de junio en la S.I. Catedral de Jaén, a las 19,30 horas, tendrá lugar la celebración de la VIGILIA DIOCESANA DE PENTECOSTÉS, organizada desde las Delegaciones de Apostolado Seglar y Familia y Vida, por sugerencia de nuestro Obispo, Don Amadeo. (Esta Vigilia sustituye al tradicional Encuentro diocesano de Pentecostés que cada año se celebraba en la mañana del sábado previo a Pentecostés).

Durante toda la Pascua, nos hemos preparado para la venida del Espíritu Santo, en Pentecostés.
Bajo el lema SAL, CAMINA, SIEMBRA DE NUEVO, hemos ido transmitiendo mensajes para SALIR de nosotros mismos, nuestra fe es expansiva. El Espíritu nos impulsa a salir al mundo a comunicar el Evangelio y transmitir la misericordia de Dios. CAMINAR, juntos como Iglesia, siguiendo  los pasos de Jesús, para transformar nuestro mundo herido.
SEMBRAR, queremos sembrar la Palabra de Dios en el corazón de todos los hombres. ¡Hay tanta tierra en barbecho que no ha recibido la alegría del Evangelio.DE NUEVO. No se trata tanto de hacer cosas nuevas, sino hacer nuevas las cosas que hacemos. El Espíritu produce comienzos nuevos¡PORQUE CRISTO HACE NUEVAS TODAS LAS COSAS!

Queremos invitaros a todos, a vuestras familias, a los miembros de vuestros movimientos, de vuestros grupos o asociaciones, a los que de una u otra forma participamos en la Parroquia. El Espíritu viene para todos y juntos le pedimos que infunda en nosotros la fuerza para anunciar la novedad y la alegría del Evangelio, con audacia, en voz alta y en todo tiempo y lugar.



Os pasamos el siguiente enlace donde podemos leer la Carta Pastoral escrita por nuestro Obispo con tal motivo.

jueves, 25 de mayo de 2017

REUNIÓN DE TARSICIOS MES DE MAYO



Mes de mayo, mes de María.
A ella estuvo dedicada la reunión de Tarsicios de este mes, tras visionar la pelicula de San Luis de Monfort, un alma dedicada a alentar la devoción a nuestra Madre, pasamos a la capilla para estar un ratito con el Señor.
Para finalizar compartimos un tiempo de juego.
Gracias a todos los niños que fielmente, y mes tras mes, imitando al niño Tarsicio ponen en el centro de sus vidas a Jesús Sacramentado.
¡VIVA JESÚS SACRAMENTADO!
SEA POR SIEMPRE BENDITO Y ALABADO



lunes, 22 de mayo de 2017


DOMINGO VI DE PASCUA CICLO A

            Queridos hermanos: Jesús se despide de sus amigos; no le queda mucho tiempo entre los hombres, en esta tierra. Y al igual que hizo en aquella última cena, comparte con ellos sus más intimas inquietudes, preocupaciones y confidencias. En sus manos deja la Iglesia.
            “Si me amáis…” Es el final, pero Jesús sigue interrogando acerca del amor, poniendo a prueba su fidelidad. Recordemos como a Pedro le cuestionó, se aseguró de los sentimientos del pescador: “Pedro, ¿de verdad me amas más que estos?”. A Jesús le sigue preocupando si después de todo le amamos o no. ¡Tantas veces le hemos fallado!
             Segunda consigna:Guardad mis mandamientos”. Jesús  solo nos pide amor. No tanto que le amemos a él, sino que nos amemos entre nosotros. Que nos dejemos amar, que creamos en el amor, que vivamos desde él y para él. El amor a Dios se traduce en imperativo hacia los hombres, nuestros hermanos. Somos nosotros los encargados de hacer llegar el amor de Dios a todos los rincones de esta tierra. Su credibilidad dependerá, en parte, de nuestra autenticidad. ¿Seremos capaces de amar de este modo?
            Tercera:No os dejaré huérfanos, volveré”. No, no estamos solos a la hora de amar y propagar este loco amor. ¡Imposible tarea para nosotros solos! Pero ni solos, ni huérfanos. Dios no abandona a los que quiere. Él estará siempre con nosotros. No temamos ni a la soledad ni al vacio. El Espíritu defensor viene en camino. ¡Ya queda menos!
          Ojalá que estas palabras de despedida, dichas a modo de último testamento (que nos habla de amor, perdón y compromiso auténtico), queden grabadas en nuestro corazón y remuevan lo más profundo de nuestro interior; como esas últimas palabras de nuestros seres queridos, cuando nos dejan, cuando nos dicen definitivamente adiós. Últimas palabras y voluntades, testamentos vitales que no se olvidan, nos dan fuerza, se graban, se recuerdan toda una vida.
       ¿QUIÉN NOS AYUDARÁ A VIVIR ESTA FE?
                              
         Jesús nos dice: “No os dejaré huérfanos”, “Volveré”. Nunca estaréis solos. Quiere meterse incluso dentro de nuestras entrañas: “Vosotros en Mí y Yo en vosotros”. Así la separación será imposible.
                              ahora nos promete su Espíritu “para que esté en vosotros”.
 
 Nos deja:
-        Una carta viva: El Evangelio.
-        Una firma con sangre: El mandamiento del amor.
-        Una foto entrañable: Los pobres y los que sufren.
-        Un alimento vivo: Su Cuerpo.
-        Un beso y un abrazo permanentes: Su Espíritu.
 
                               En definitiva un amor inexplicable humanamente que tiene su origen en Dios. Es el amor del Padre que llena el corazón del Hijo, y desde ahí se vierte hacia sus discípulos. “Como el Padre os ha amado, así os he amado yo”.
CAMPAMENTO IBROS 2017
ZOOILÓGICO: LA VALENTÍA ES TU ÚNICA OPCIÓN

“Sed fuertes y valientes de corazón los que esperáis en el Señor” Salmo 31 (30)

Un año más nos complace invitarles al campamento para niños/as y monaguillos/as que tendrá lugar del 24 al 29 de Julio en la Residencia Diocesana el Monaguillo en Ibros.

Te presentaremos a un zoo algo ilógico en el que descubrirás que la valentía será tu única opción de supervivencia. ¿Te atreves a compartir esta experiencia con nosotros?
Si tienes entre 7 y 15 años estás de suerte, no puedes dudar en apuntarte… ¡Sé valiente!

Te ofrecemos múltiples actividades originales y sobretodo divertidas, juegos en la piscina, deportes, actividades en equipo, talleres, catequesis a través de las que trabajaremos valores como la amistad o la empatía, catequesis para la formación de los que seáis monaguillos y muchos amigos nuevos que estarán esperando a conocerte. Cuando acabe el campamento sentirás que tienes otra nueva familia, porque “los amigos son la familia que se elige”.

No lo dudes y apúntate, te aseguramos que te espera una semana increíble que trataremos de hacer que sea inolvidable.

Nuestro zooilógico te espera, no tienes más que descargarte la inscripción y venir a pasarlo genial con nosotros:


Para más información podéis consultar en internet la web de la residencia y en nuestra página de Facebook (Campamentos Ibros) tienes fotos y vídeos de las distintas actividades.

Jalimaaaaaay!!!!!!!!! :)

Fdo. El equipo de monitores de Campamentos Ibros

viernes, 19 de mayo de 2017

Queridos padres de los niños/as de tercer curso de Primaria de la Parroquia de San Pablo: os deseo paz y bien.

                                 Sirvan estas letras para convocaros a la reunión que nuestra Parroquia celebrará con motivo de la Fiesta del Perdón que vuestros hijos/as van a celebrar por primera vez. Después de tres años de catequesis de Iniciación Cristiana, creemos, tanto el Sacerdote como sus catequistas, que han madurado suficientemente para vivir los valores de la vida cristiana.

                                 Ahora se trata de que, iniciados en la vida cristiana, comprendan y vivan lo importante que es recibir la misericordia, el perdón y la paz de Jesucristo el Señor, para progresar y crecer en su seguimiento.

                                 Tanto los padres como los educadores necesitamos encontrarnos para dialogar con motivo de tal acontecimiento.

                                 LA REUNIÓNSERÁ, DIOS MEDIANTE, EL PRÓXIMO DÍA 25 DE MAYO, JUEVES, A LAS 20,30 HORAS, EN EL SALÓN PARROQUIAL DE SAN PABLO.

 
                             LA  FIESTA DEL PERDÓN LA CELEBRAREMOS EL DIA 3 DE JUNIO, SABADO, A LAS 17,30 HORAS, EN LA PARROQUIA.
                              LOS ENSAYOS CON LOS NIÑOS-AS SERÁN LOS DIAS 29 Y 30 DE MAYO Y 1 DE JUNIO A LAS 6 DE LA TARDE.
                                    

                    Esperando vuestra asistencia, recibid un cordial saludo

     Fdo. Manuel Peláez 





 Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (15,12-17):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Este es mí mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado.
Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.
Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando.
Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.
No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca.
De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros».

Palabra del Señor
 Reflexión del Papa Francisco

Jesús quiere ser su amigo, su hermano, maestro de la verdad y de la vida», que les revela el camino a seguir para llegar a la felicidad, a la realización de ellos mismos, siguiendo el proyecto de Dios para cada uno de ellos.

Esta amistad de Jesús, que nos trae la misericordia y el amor de Dios, es gratuidad, puro don. Él no les pide nada a cambio, sólo les pide que lo reciban.

Jesús quiere amarlos por lo que son, incluso en su propia fragilidad y debilidad, para que, tocados por su amor, puedan ser renovados.

El encuentro con el amor de Dios en la amistad con Cristo es posible, en primer lugar, en los Sacramentos, especialmente la Eucaristía y la Reconciliación

Jesús siempre nos perdona. Así como la importancia de la escucha de la Palabra, para crecer en la amistad con Cristo, sin olvidar la belleza de la oración contemplativa, sencilla, accesible a todos, sin distinción alguna, de edad o de cultura, como es el rezo del Santo Rosario.

En el Rosario nos dirigimos a la Virgen María para que nos guíe hacia una unión cada vez más estrecha con su Hijo Jesús.

El Rosario es un medio eficaz para abrirnos a Dios, porque nos ayuda a vencer el egoísmo y a brindar paz a los corazones, en las familias, en la sociedad y en el mundo.

El amor de Cristo y su amistad no son una ilusión ni están reservados sólo para algunos. ¡No tengan miedo de vivir la fe!

Sean testimonios de Cristo en sus ambientes cotidianos, con sencillez y valentía ... mostrando el rostro de la misericordia y el amor de Dios, que siempre perdona, anima, da esperanza. (Mensaje en la VI Jornada de los jóvenes en Lituania, 30 de Junio de 2013)

"Aprendamos de Jesús a rezar, a perdonar, a sembrar la paz, y a estar cerca de los necesitados". Papa Francisco

jueves, 18 de mayo de 2017




Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (15,9-11):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor.
Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud».

Palabra del Señor
Reflexión del Papa Francisco

[...] Jesús nos muestra el camino para seguirlo, el camino del amor. Su mandamiento no es un simple precepto, que permanece siempre como algo abstracto o exterior a la vida.

El mandamiento de Cristo es nuevo, porque Él, en primer lugar, lo ha realizado, le ha dado carne, y así la ley del amor es escrita una vez para siempre en el corazón del hombre (Cfr. Jer 31,33).

¿Y cómo está escrita? Está escrita con el fuego del Espíritu Santo. Y con este mismo Espíritu, que Jesús nos da, ¡podemos caminar también nosotros por este camino!

Jesús ncargo mostrado que el amor de Dios se realiza en el amor al prójimo. Ambos van juntos. Las páginas del Evangelio están llenas de este amor: adultos y niños, cultos e ignorantes, ricos y pobres, justos y pecadores han tenido acogida en el corazón de Cristo.

Por tanto, esta Palabra del Señor nos llama a amarnos unos a otros, incluso si no siempre nos entendemos, no siempre vamos de acuerdo… pero es precisamente allí donde se ve el amor cristiano.

Un amor que también se manifiesta si existen diferencias de opinión o de carácter, ¡pero el amor es más grande que estas diferencias! Éste es el amor que nos ha enseñado Jesús. Es un amor nuevo porque ha sido renovado por Jesús y por su Espíritu. Es un amor redimido, liberado del egoísmo.

Un amor que da la alegría a nuestro corazón, como dice el mismo Jesús: “Les he dicho esto para que mi gozo sea el de ustedes, y ese gozo sea perfecto” (v.11).

Es precisamente el amor de Cristo, que el Espíritu Santo derrama en nuestros corazones, el que realiza cada día prodigios en la Iglesia y en el mundo.

Son tantos pequeños y grandes gestos que obedecen al mandamiento del Señor: “Ámense los unos a los otros, como yo los he amado” (Cfr. Jn 15,12).

Gestos pequeños, de todos los días, gestos de cercanía a un anciano, a un niño, a un enfermo, a una persona sola y con dificultades, sin casa, sin trabajo, inmigrada, refugiada…

Gracias a la fuerza de esta Palabra de Cristo, cada uno de nosotros puede estar cerca del hermano y de la hermana que encuentra. Gestos de cercanía, de proximidad. En estos gestos se manifiesta el amor que Cristo nos ha enseñado.

Que en esto nos ayude nuestra Madre Santísima, para que en la vida cotidiana de cada uno de nosotros el amor de Dios y el amor del próximo estén siempre unidos. (Reflexión antes del rezo del Ángelus, 10 de mayo de 2015)
"En las familias, es normal hacerse cargo de quien lo necesita. No tengan miedo a la fragilidad". Papa Francisco

miércoles, 17 de mayo de 2017



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(Para contestar la encuesta pincha en el enlace)




 Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (15,1-8):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto.
Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros.
Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.
Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará.
Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos».

Palabra del Señor
Reflexión del Papa Francisco

Todos podemos permanecer unidos a Jesús de manera nueva. Si por el contrario uno perdiese la comunión con Él, se volvería estéril, es más, dañino para la comunidad. Y para expresar esta realidad Jesús usa la imagen de la vid y de los sarmientos.

Jesús es la vid, y a través de Él – como la linfa en el árbol – pasa a los sarmientos el amor mismo de Dios, el Espíritu Santo.

Precisamente: nosotros somos los sarmientos, y a través de esta parábola Jesús quiere hacernos entender la importancia de permanecer unidos a Él.

Los sarmientos no son autosuficientes, sino dependen totalmente de la vid, en donde se encuentra la fuente de su vida...

Es necesario mantenerse fieles al Bautismo, y crecer en la amistad con el Señor mediante la oración, la escucha y la docilidad a su Palabra, leer el Evangelio, la participación a los Sacramentos, especialmente a la Eucaristía y a la Reconciliación.

Si uno está íntimamente unido a Jesús, goza de los dones del Espíritu Santo, que – como nos dice san Pablo – son "amor, alegría y paz, magnanimidad, afabilidad, bondad y confianza, mansedumbre y temperancia" (Gal 5,22); y en consecuencia hace tanto bien al prójimo y a la sociedad, como un verdadero cristiano.

De estas actitudes, de hecho, se reconoce que uno es un verdadero cristiano, así como por los frutos se reconoce al árbol. Los frutos de esta unión profunda con Jesús son maravillosos: toda nuestra persona es trasformada por la gracia del Espíritu: alma, inteligencia, voluntad, afectos, y también el cuerpo, porque somos unidad de espíritu y cuerpo.

Recibimos un nuevo modo de ser, la vida de Cristo se convierte también en la nuestra: podemos pensar como Él, actuar como Él, ver el mundo y las cosas con los ojos de Jesús...

Cada uno de nosotros es un sarmiento de la única vid; y todos juntos estamos llamados a llevar los frutos de esta pertenencia común a Cristo y a la Iglesia.

Confiémonos a la intercesión de la Virgen María, para que podamos ser sarmientos vivos en la Iglesia y testimoniar de manera coherente nuestra fe, coherencia de vida y de pensamiento. De vida y de fe. Conscientes que todos, según nuestras vocaciones particulares, participamos de la única misión salvífica de Jesucristo. (Reflexión antes del rezo del ángelus, 03 de mayo de 2015)
"El corazón se endurece cuando no ama. Señor, danos un corazón que sepa amar". Papa Francisco

lunes, 15 de mayo de 2017


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (14,21-26):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no turbe vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: “Me voy y vuelvo a vuestro lado”. Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis.
Ya no hablaré mucho con vosotros, pues se acerca el príncipe del mundo; no es que él tenga poder sobre mi, pero es necesario que el mundo comprenda que yo amo al Padre, y que, como el Padre me ha ordenado, así actúo yo».

Palabra del Señor

"Enseñar y recordar. Esto es lo que hace el Espíritu Santo en nuestros corazones. En el momento en el que está por regresar al Padre, Jesús anuncia la venida del Espíritu que ante todo enseñará a los discípulos a comprender cada vez más plenamente el Evangelio, a acogerlo en su existencia y a hacerlo vivo y operante con el testimonio. Mientras está por confiar a los Apóstoles -que quiere decir, en efecto, "enviados"- la misión de llevar el anuncio del Evangelio a todo el mundo, Jesús promete que no quedarán solos: estará con ellos el Espíritu Santo, el Paráclito, que estará a su lado, es más, estará en ellos, para defenderlos y sostenerlos. Jesús regresa al Padre pero continúa acompañando y enseñando a sus discípulos mediante el don del Espíritu Santo."
(Homilía S.S. Francisco, 1 de mayo de 2016)

BOLETÍN MES DE MAYO ANE

domingo, 14 de mayo de 2017

MISA Y PROCESIÓN DE SAN ISIDRO








Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Juan (14,1-12):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no, os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar. Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino».
Tomás le dice:
«Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?».
Jesús le responde:
«Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto».
Felipe le dice:
«Señor, muéstranos al Padre y nos basta».
Jesús le replica:
«Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí. Si no, creed a las obras.
En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aun mayores, porque yo me voy al Padre».

Palabra del Señor

Reflexión del Papa Francisco

Jesús dice: «No se inquieten». Y comienza a hablar así, como un amigo, también con la actitud de un pastor. Yo digo: la música de estas palabras de Jesús es la actitud del pastor, como el pastor hace con sus ovejas, ¿no?...

"No se turben; crean en Dios y crean también en m".. y empieza a hablar ¿de qué cosa? Del cielo, de la patria definitiva. "Crean también en mí": yo permanezco fiel, es como si dijese eso, ¿no?...
Con la figura del ingeniero, del arquitecto les dice lo que va a hacer: "En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones. De no ser así, no les habría dicho que voy a prepararles un lugar". Y Jesús va a prepararnos un lugar.

¿Cómo es aquel lugar? ¿Qué cosa significa "preparar el lugar"? ¿Alquilar un cuarto allá arriba? Preparar el lugar es preparar nuestra posibilidad de gozar, la posibilidad - nuestra posibilidad - de ver, de escuchar, de entender la belleza de aquello que nos espera, de aquella patria hacia la cual nos encaminamos.

Y toda la vida cristiana es una obra de Jesús, del Espíritu Santo para prepararnos un lugar, prepararnos los ojos para poder ver… «Pero, Padre, ¡yo veo bien! No necesito anteojos»: pero aquella es otra visión...

Pensemos a esos enfermos de catarata que deben operarse: ellos ven, pero después de la operación ¿qué cosa dicen? "¡Nunca habría imaginado que se podía ver tan bien, sin anteojos!".

Nuestros ojos, los ojos de nuestra alma tienen necesidad, necesitan estar preparados para mirar aquel rostro maravilloso de Jesús. Preparar el oído para poder escuchar las cosas bellas, las palabras bellas. Y principalmente preparar el corazón: preparar el corazón para amar, amar más”.

En el camino de la vida, el Señor prepara nuestro corazón con las pruebas, con las consolaciones, con las tribulaciones, con las cosas buenas. Todo el camino de la vida es un camino de preparación.  (Homilía en Santa Marta, 27 de abril de 2013)

"El cuidado de la creación no es sólo un mandato divino al principio de la historia; es también para nosotros, es parte del proyecto de Dios". Papa Francisco

viernes, 12 de mayo de 2017

 Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (14,1-6):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no, os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar. Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino».
Tomás le dice:
«Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?».
Jesús le responde:
«Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí».

Palabra del Señor
Reflexión del Papa Francisco

Conocer a Jesús es el trabajo más importante de nuestra vida. ¿Cómo podemos conocer mejor a Jesús? Alguien dirá: "estudiando, padre. Se debe estudiar tanto". Y es verdad, debemos estudiar el catecismo, es verdad. Pero sólo el estudio no basta para conocer a Jesús.

Algunos creen que las ideas, sólo las ideas, nos llevarán al conocimiento de Jesús. También entre los primeros cristianos, algunos pensaban así. Hasta que quedaron atrapados en sus pensamiento.

Las ideas solas no dan vida y el que va por ese camino de ideas solas acaba en un laberinto y no sale más. Por ello, desde el comienzo de la Iglesia hay herejías. Y las herejías son esto: intentar comprender sólo con nuestra mente y con nuestra luz quién es Jesús.

Un gran escritor inglés decía que la herejía es una idea enloquecida. Así es. Cuando las ideas están solas, se vuelven locas. Y ese no es el camino.
Para conocer a Jesús hay que abrir tres puertas

1.- Primera puerta Rezarle a Jesús.

Sepan que el estudio sin la oración no sirve. Rezar a Jesús para conocerlo. Los grandes teólogos hacen teología de rodillas: Rezar a Jesús. Y, con el estudio y con la oración, nos acercamos un poco... Pero sin la oración nunca conoceremos a Jesús, nunca, nunca

2.- Segunda puerta: celebrar a Jesús.

No basta la oración, es necesaria la alegría de la celebración. Celebrar a Jesús en sus Sacramentos, porque allí nos da la vida, nos da la fuerza, nos da el alimento, nos da el consuelo, nos da la alianza, nos da la misión. Sin la celebración de los Sacramentos, no llegamos a conocer a Jesús. Esto es propio de la Iglesia: la celebración.

3.- Tercera puerta: imitar a Jesús.

Leer el Evangelio para saber qué hace Él, cómo es su vida, qué nos ha dicho, qué nos ha enseñado, e intentar imitarlo.

Entrar por estas tres puertas significa entrar en el misterio de Jesús y conocerlo. Y no hay que tener miedo de entrar en el misterio de Jesús, ya que rezar, celebrar e imitar nos llevan a encontrar el camino e ir a la verdad y a la vida. (Homilía en Santa Marta, 16 de mayo de 2014)

"Cuando nos inunda el amor de Dios, la vida adquiere otro sabor". Papa Francisco


jueves, 11 de mayo de 2017



Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (13,16-20):

CUANDO Jesús terminó de lavar los pies a sus discípulos les dijo:
«En verdad, en verdad os digo: el criado no es más que su amo, ni el enviado es más que el que lo envía. Puesto que sabéis esto, dichosos vosotros si lo ponéis en práctica. No lo digo por todos vosotros; yo sé bien a quiénes he elegido, pero tiene que cumplirse la Escritura: “El que compartía mi pan me ha traicionado”. Os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis que yo soy.
En verdad, en verdad os digo: el que recibe a quien yo envíe me recibe a mí; y el que me recibe a mí recibe al que me ha enviado».

Palabra del Señor

 Reflexión del Papa Francisco

El amor, pues, es el servicio concreto que damos los unos a los otros. El amor no es sólo palabras, son obras y servicio; un servicio humilde, hecho en el silencio y en lo escondido, como Jesús mismo ha dicho: "Que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha" (Mt 6,3).

Esto implica poner a disposición los dones que el Espíritu Santo nos ha donado, para que la comunidad pueda crecer...

[...] No olvidemos que lavando los pies a sus discípulos y pidiendo a ellos hacer lo mismo, Jesús nos ha invitado también a confesar mutuamente nuestras faltas y a rezar los unos por los otros para sabernos perdonar de corazón.

En este sentido, recordemos las palabras del santo obispo Agustín cuando escribía:

"No desprecie el cristiano de hacer lo mismo que hizo Cristo. Porque cuando el cuerpo se inclina hasta los pies del hermano, también en el corazón se enciende, y si ya estaba se alimenta, el sentimiento de humildad [...]  Perdonémonos mutuamente nuestras faltas y oremos juntos por nuestras culpas y así de este modo nos lavaremos los pies recíprocamente" (In Joh 58,4-5).

El amor, la caridad y el servicio, ayudar a los demás, servir a los otros. Hay tanta gente que pasa la vida así, en el servicio a los demás.

La semana pasada he recibido una carta de una persona que me decía que me agradecía por el Año de la Misericordia; me pedía orar por ella, para que pudiera estar más cerca del Señor.

La vida de esta persona era cuidar a la mamá y al hermano; la mamá en cama, anciana, lúcida pero no se podía mover y el hermano discapacitado, en una silla de ruedas. Esta persona, su vida, era servir, ayudar. ¡Y esto es amor! Cuando te olvidas de ti mismo y piensas en los demás: ¡esto es amor!

Con el lavatorio de los pies el Señor nos enseña a ser servidores, más siervos, como Él ha sido siervo por nosotros, por cada uno de nosotros.

Por lo tanto, queridos hermanos y hermanas, ser misericordiosos como el Padre significa seguir a Jesús en el camino del servicio. Gracias. (Catequesis, Audiencia General, 12 de marzo de 2016)
"El mundo nos hace preocuparnos por nosotros mismos, por tener, por el placer. El Evangelio nos abre a los demás, a compartir con los pobres" (Papa Francisco)

miércoles, 10 de mayo de 2017




Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (12,44-50):

EN aquel tiempo, Jesús gritó diciendo:
«El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me ha enviado. Y el que me ve a mí, ve al que me ha enviado. Yo he venido al mundo como luz, y así, el que cree en mí no quedará en tinieblas.
Al que oiga mis palabras y no las cumpla, yo no lo juzgo, porque no he venido para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. El que me rechaza y no acepta mis palabras tiene quien lo juzgue: la palabra que yo he pronunciado, esa lo juzgará en el último día. Porque yo no he hablado por cuenta mía; el Padre que me envió es quien me ha ordenado lo que he de decir y cómo he de hablar. Y sé que su mandato es vida eterna. Por tanto, lo que yo hablo, lo hablo como me ha encargado el Padre».

Palabra del Señor

Reflexión del Papa Francisco:

No basta encontrar a Jesús para creer en Él, no basta leer la Biblia, el Evangelio: esto es importante ¿eh? Pero no basta. No basta ni siquiera asistir a un milagro, como aquel de la multiplicación de los panes.

Muchas personas estuvieron en estrecho contacto con Jesús y no le creyeron, es más, también lo despreciaron y condenaron. Y yo me pregunto: ¿por qué, esto? ¿No fueron atraídos por el padre? No: esto sucedió porque su corazón estaba cerrado a la acción del Espíritu de Dios.

Y si tú tienes el corazón cerrado la fe no entra. Dios Padre siempre nos atrae hacia Jesús: somos nosotros quienes abrimos nuestro corazón o lo cerramos.

En cambio la fe, que es como una semilla en lo profundo del corazón, florece cuando nos dejamos “atraer” por el Padre hacia Jesús, y “vamos a Él” con ánimo abierto, con corazón abierto, sin prejuicios; entonces reconocemos en su rostro el Rostro de Dios y en sus palabras la Palabra de Dios, porque el Espíritu Santo nos ha hecho entrar en la relación de amor y de vida que hay entre Jesús y Dios Padre. Y allí nosotros recibimos el don, el regalo de la fe.

[...] Aquella que ha vivido esta experiencia en modo ejemplar es la Virgen de Nazaret, María: la primera persona humana que ha creído en Dios recibiendo la carne de Jesús.

Aprendamos de Ella, nuestra Madre, la alegría y la gratitud por el don de la fe. Un don que no es “privado”, un don que no es “propiedad privada”, sino que es un don para compartir: es un don «para la vida del mundo. (Reflexión antes del rezo del Ángelus, 09 de agosto de 2015)

"Es importante tener amigos en quien poder confiar. Pero es esencial tener confianza en el Señor, que nunca falla". Papa Francisco

martes, 9 de mayo de 2017



Evangelio de hoy
Lectura del evangelio según san Juan (10,22-30):

SE celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación del templo. Era invierno, y Jesús se paseaba en el templo por el pórtico de Salomón.
Los judíos, rodeándolo, le preguntaban:
«¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo francamente».
Jesús les respondió:
«Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, esas dan testimonio de mí. Pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Lo que mi Padre me ha dado es más que todas las cosas, y nadie puede arrebatar nada de la mano de mi Padre. Yo y el Padre somos uno».

Palabra del Señor

Reflexión del Papa Francisco:

Jesús se presenta como el Buen Pastor y dice:

"Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy Vida eterna: ellas no perecerán jamás y nadie las arrebatará de mis manos" (v. 27-28)

Estas palabras nos ayudan a comprender que nadie puede llamarse seguidor de Jesús, si no escucha su voz. Y este "escuchar" no debe ser entendido en manera superficial, sino cautivante, al punto de hacer posible un verdadero conocimiento reciproco, del cual puede nacer una serie generosa, expresada en las palabras "y ellas me siguen" (v. 27).

Se trata de una escucha, no sólo del oído,  sino de una escucha del corazón

Por lo tanto, la imagen del pastor y de las ovejas indica la estrecha relación que Jesús quiere establecer con cada uno de nosotros.

Él es nuestra guía, nuestro maestro, nuestro amigo, nuestro modelo, pero sobre todo, es nuestro Salvador. En efecto, la frase siguiente del pasaje evangélico afirma:

"Yo les doy Vida eterna: ellas no perecerán jamás y nadie las arrebatará de mis manos" (v. 28).

¿Quién puede hablar así? Solamente Jesús, porque la mano de Jesús es una sola cosa con la mano del Padre y el Padre es superior a todos.

Estas palabras nos comunican un sentido de absoluta seguridad y de inmensa ternura. Nuestra vida es plenamente segura en las manos de Jesús y del Padre, que son una sola cosa: un único amor, una única misericordia, revelados para siempre en el sacrificio de la cruz.

Para salvar las ovejas perdidas que somos todos nosotros, el Pastor se hizo cordero y se dejó inmolar para tomar sobre él y sacar el pecado del mundo. En este modo Él nos ha donado la vida, pero la vida en abundancia

Este misterio se renueva, en una humildad siempre sorprendente, en la Eucaristía. Es allí que las ovejas se reúnen para alimentarse, es allí que se vuelven una sola cosa, entre ellas y con el Buen Pastor... (Reflexión antes del rezo del Regina Coeli, 17 de abril de 2016)

"A veces estamos tristes a causa de nuestros pecados. No nos desanimemos: Cristo ha venido a liberarnos. Él es nuestra paz". Papa Francisco