CONTACTA CON NOSOTROS

Todos los que queráis mandarnos vuestros comentarios y sugerencias podéis hacerlo a: parroquiasanpablo2011@gmail.com

domingo, 25 de mayo de 2014


REFLEXIÓN DE DON MANUEL PARA ESTE DOMINGO


DOMINGO VI DE PASCUA

                                 Queridos hermanos, celebramos el Domingo  Día del Señor. Queridos enfermos, (queridos confirmandos) familiares y comunidad cristiana. Ha llegado el día esperado con ilusión y preparado con esmero. Hoy es el día de acoger los frutos de vuestro trabajo, del trabajo de los catequistas, del sacerdote y, sobre todo, del trabajo que Dios ha ido realizando en vuestras vidas. Hoy recibís el Espíritu Santo por el Sacramento de la Unción de Enfermos (y de la Confirmación.)
               LA FE EN CRISTO ES UNA FIESTA.                                                                    Así lo descubrimos en la Palabra de Dios proclamada: - La ciudad de Samaria, “se llenó de gran alegría”. ¿Qué había pasado? Que el Apóstol Felipe había anunciado la Buena Noticia del Evangelio: Dios os ama en Jesús. Que de muchos poseídos salían los espíritus inmundos y muchos paralíticos y lisiados se curaban. La ciudad lo estaba viendo: el sufrimiento y la pena desaparecían y los enfermos se curaban.

                                 Era la continuación de la obra de Jesús, que venia a liberar al hombre de todas sus dolencias y esclavitudes. Cuando aparecía Jesús, enfermos y pecadores se  echaban materialmente sobre Él; sobre Él descargaban todo su dolor y la tristeza y Jesús les devolvía una vida nueva... Y la reacción de todos era la alegría y el gozo.

                                 NUESTRA FIESTA: CRISTO.

                                 Hoy nosotros estamos también de fiesta, y es nuestra fe en Jesús quien la motiva. ¿Qué ha ocurrido? Nuevos Apóstoles (sacerdotes, cristianos, catequistas...) nos han mostrado el Evangelio, a Cristo y su Reino, su amor a nosotros, su estilo... Nos han amado y hemos sentido la fuerza de su amor. Su perdón su libertad, su paz, su salud (Repensar). Y aquí estamos... Nuestra comunidad, llena de gozo y de alegría; enganchados a Cristo que es nuestro Camino, nuestra Verdad  y nuestra Vida.


                     NUESTRA ALEGRÍA CONTAGIA AL MUNDO.

                                 Después de nuestra fiesta, iremos al mundo, a nuestro (tu) mundo y allí encontraremos el dolor y la pena personales…(enfermos, vicios, marginación), necesitados de Alguien, que les alivie, que les comprenda, les cure, les ame. Y ese alguien eres tú, cristiano, que tienes a Cristo y tienes su amor que libera y sana. Somos nosotros los que hemos de continuar la hermosa obra de Jesús, de Felipe, de Teresa de Calcuta, de San Juan de Dios...  

                                 A todo hombre doliente, que esté con nosotros, podemos decirle: “No tengo oro ni plata, pero lo que tengo te lo doy...” Te doy mi cercanía, mi servicio, mi tiempo, mi amo, mi fe; en nombre de Jesús Nazareno ponte a andar, anímate, confía, vive, sé feliz. Será aún más fiesta en ti y en nuestra ciudad y en nuestro mundo.

                        ¿QUIÉN NOS AYUDARÁ A VIVIR ESTA FE?

                                 Jesús nos dice: “No os dejaré huérfanos”, “Volveré”. Nunca estaréis solos. Quiere meterse incluso dentro de nuestras entrañas: “Vosotros en Mí y Yo en vosotros”. Así la separación será imposible.

                                 Puesto a dejarnos, nos dejará su Palabra, su Cuerpo, su presencia en los pobres y en el prójimo: ahora nos promete su Espíritu “para que esté en vosotros”.  Nos deja:

-         Una carta viva: El Evangelio.

-         Una firma con sangre: El mandamiento del amor.

-         Una foto entrañable: Los pobres y los que sufren.

-         Un alimento vivo: Su Cuerpo.

-         Un beso y un abrazo permanentes: Su Espíritu.

 

                               En definitiva un amor inexplicable humanamente que tiene su origen en Dios. Es el amor del Padre que llena el corazón del Hijo, y desde ahí se vierte hacia sus discípulos. “Como el Padre os ha amado, así os he amado yo”.

                                 ¿Qué pide a cambio? Que creas en su amor; que te dejes amar y que vivas en su amor.

 

                                 La Eucaristía es la donación, la vivencia y la celebración de todo este amor de Dios en Cristo y en nosotros por la acción del Espíritu Santo.              

domingo, 18 de mayo de 2014

REFLEXIÓN DE DON MANUEL


DOMINGO V DE PASCUA
 
INTRODUCCIÓN: Mis queridos amigos y hermanos en la fe. Por fin llegó el día esperado y preparado. Hoy es el día de los frutos de vuestro trabajo y de nuestro trabajo de comunidad..., del trabajo del Señor.
                               Todos os queremos maduros, desarrollados, queremos que participéis de nuestra alegría, de nuestro gozo; de lo que supone pertenecer a una comunidad de hijos de Dios y de hermanos, donde se vive, se respira amor, gozo, alegría, esperanza, ilusión...
                               Cierto día el Señor, por vuestros padres, os regaló su Espíritu, el Espíritu Santo. Fue vuestro bautismo que os hizo hijos de Dios y miembros de la Iglesia. Fue vuestra entrada en la familia grande de hermanos que formamos los cristianos.
                               Desde entonces hasta hoy habéis crecido, habéis aprendido y comprobado que ser cristiano, seguir y vivir a Cristo es lo más importante en la vida de la persona. Pero para ello, necesitáis alimentar vuestra vida, recibid al mismo Cristo y escuchar su Palabra. Es lo que hacemos los cristianos los Domingos y lo que hoy comenzáis a realizar vosotros.
                               Hoy hemos escuchado unas palabras de despedida de Jesús a sus discípulos, poco antes de morir en la cruz, en la Última Cena. Es el momento en que les da las últimas recomendaciones… Cuando el amigo se les va, viene la tristeza... Y Jesús quiere  en ese momento animarlos y les dice: “No perdáis la clama...” son una invitación a la paz interior, a descubrir el sentido precioso de nuestra vida cristiana, a descubrir el plan de amor donde el Señor nos ha situado.
                             Uno de los frutos de la Pascua, de la muerte y resurrección del Señor, es la vida de la Iglesia: La común unión de vida y de amor de los seguidores de Cristo, que como Él anuncian y viven el Evangelio y se reúnen para celebrarlo, y que caminan con Cristo hacia la casa del Padre.
                               San Pedro nos ha ofrecido una bella imagen para describir a la comunidad cristiana, a la Iglesia: Es como un edificio  construido con “piedras vivas”, y en ese edificio Cristo es la Piedra Angular, fundamento que sostiene todo el edificio. Dios mismo es el constructor, el que trabaja en nosotros para ir construyendo; el que nos hace piedras vivas.
                               Es un pueblo, una familia abierta, que no ha de permanecer nunca cerrada en si misma. Es una comunidad que mira hacia fuera: La evangelización de los pueblos. Llevar la Buena Noticia del amor de Dios a todos los pueblos y hombres.
                               Un pueblo que, al ir aumentando, le surgen problemas y los resuelven entre todos dialogando, sacando conclusiones y compartiendo las tareas y trabajos: Reparto de bienes, atención a los necesitados...
                               Un pueblo que camina con Cristo hacia la Casa del Padre, pues Jesús les dice:”Me voy a prepararos sitio. En la Casa de mi Padre hay muchas estancias”. Jesús, que es la Piedra angular, es quien muestra el objetivo, la meta de la vida cristiana: LLEGAR A LA CASA DEL PADRE, LLEGAR A LA VIDA ETERNA. Y mientras llegamos, Él se muestra como el Camino y la Verdad que nos lleva hasta ella, hasta la Vida plena y eterna
                               Un pueblo que, al tener a Cristo Amor, es ahora hogar, donde no sólo se duerme (descansa) y come, sino también donde se acoge, se cura, se perdona, se comparte, se ama y brota la alegría y el gozo (el júbilo).
                               EUCARISTÍA: Es el Sacramento de la Iglesia. Este caminar lo vivimos en fragilidad, en pobreza, en tensión entre la realidad humana y terrena que debe asumir y la realidad a la que quiere llegar: La Casa del Padre, donde las limitaciones ya se habrán superado

FINALIZA LA PREPARACIÓN PARA EL MATRIMONIO EN NUESTRA PARROQUIA


viernes, 16 de mayo de 2014

HOMILIA DE DON MANUEL EN LA FIESTA DE SAN ISIDRO


SAN ISIDRO, PATRONO DE LOS AGRICULTORES

 

      Ilmo. Sr. Alcalde, Excelentísimas autoridades, Hermano Mayor y Junta de Gobierno de la Hermandad de San Isidro. Queridos devotos, amigos agricultores y vecinos de Baeza. Queridos hermanos todos. Celebramos a San Isidro, proclamado por el Papa bueno y elevado a los altares, Juan XXIII, en el año 1.960, Patrono de los labradores y ganaderos.

      Y lo celebramos en este tiempo de primavera, de  Pascua de Resurrección y también de crisis económica, cuando todos nos preguntamos que debemos hacer para abrir caminos nuevos, para nosotros, nuestra sociedad y nuestro mundo.  Creo que celebrar a San Isidro, recordar su vida testimonial, hoy, nos puede ser muy útil para ver donde poner los acentos de nuestra vida.

     El Concilio Vaticano II nos decía: “Las Fiestas de los Santos proclaman las maravillas  de Cristo en sus servidores, y proponen ejemplos oportunos a la imitación de los fieles”. 

        Ante la figura de San Isidro, la actitud correcta es la de sentirnos protagonistas, llegando a la conclusión: También yo puedo hacer y vivir lo que él hizo y vivió, ser un hombre o una mujer de Dios.

        Hemos de tratar de vivir con seriedad el doble precepto evangélico del amor a Dios y al prójimo como lo hizo San Isidro; y hemos de tratar de vivirlos hasta las últimas consecuencias.

        Razones: Y esto por ser consecuentes. En primer lugar, porque hemos sido creados a “imagen y semejanza de Dios”, que es amor… Y en segundo lugar, porque en Cristo se nos ha dado a los cristianos un ser nuevo, una personalidad nueva, una savia nueva, que se va gestando y desarrollando a medida que vamos actuando según el Espíritu de Cristo, de tal manera que lleguemos a reproducirlo en nosotros.

          Tanto en Jesucristo, como en su discípulo Isidro, vemos dos actitudes básicas:

          A) UN AMOR TOTAL A DIOS PADRE. No se trata de cumplir. Con los seres queridos no se limita uno a cumplir. Cumplir con una persona significa muchas veces quitársela de encima.

Lo único que vale es el amor que salta todas las vallas y rompe todas las barreras, hasta llegar a la plenitud de la donación gratuita. Nunca se puede decir basta en el amor; y tampoco cabe la mediocridad.

 

          B) UNA RENUNCIA: Este amor total, este enamoramiento de Dios, de quien procede todo bien, nos llevará a la actitud de renuncia. Renuncia a una vida (mala vida), centrada en uno mismo. Se trata de salir de uno, para darse como Cristo, sin condicionar nuestra entrega. Se trata de renunciar a todo lo que nos esclaviza y nos cierra  sobre nosotros para salir de nuestra pequeñez y encontrarnos amando a Dios y a nuestros hermanos. Se trata, pues, de romper con todo lo que pueda impedirnos entrar en  la profundidad del amor y en el gozo del amor.

 

           C) UN ESTILO: Y este camino de amor con un estilo, el de Cristo. A medida que avancemos por este camino, hemos de ir sintiendo el gozo y la alegría del amor. Ello nos mantendrá siempre en vilo. Por ello se trata más de una actitud que de obras sueltas. Es toda la vida la que es heroica, santa; es todo el ser el que es santo. ¿Por qué hemos de poner límites donde no los hay?

 

            En un mundo como el nuestro, preocupado excesivamente por la técnica y el progreso material, San Isidro nos propone unos valores más profundos, humanos y

cristianos a la vez: la oración, la paz interior, la profundidad de la contemplación, la entrega y generosidad a los demás.

 

     San Isidro, maestro y patrono nos ofrece UNAS CLAVES siempre permanentes para caminar aspirando siempre a la meta: La Cruz, el libro y el arado; o lo que es lo mismo: Dios y su amor en nuestra vida: la cultura, que eleva nuestra dignidad, y el trabajo, que crea y redime cuando se realiza con amor y como servicio.

 

       Porque creemos e intentamos vivir estos valores, encarnados en San Isidro, hoy hacemos fiesta en su honor, celebrando la obra de Dios en nuestra historia y pidiendo por intercesión de San Isidro, que un día lleguemos a la meta: la Pascua eterna.

 

        Al celebrar hoy la Eucaristía, anticipamos lo que un día se nos revelará en plenitud, pues en ella Jesús nos pasa de la muerte a la vida.

jueves, 15 de mayo de 2014


HOY, MIÉRCOLES DÍA 15 DE MAYO.
A las 19 horas SOLEMNE MISA EN HONOR A SAN ISIDRO LABRADOR, en la Parroquia de San Pablo.

A continuación, PROCESIÓN DE SAN ISIDRO, por el itinerario de costumbre, y con bendición a los campos, desde la Cruz Baqueta.

domingo, 11 de mayo de 2014

REFLEXIÓN DE DON MANUEL PARA ESTE DOMINGO


DOMINGO IV DE PASCUA. CICLO A. DIA DEL BUEN PASTOR

          Queridos hermanos: ¿Qué contestaríamos si alguien nos propusiese: Quieres tener vida feliz y eterna? Estoy seguro que todos contestaríamos, ¿Qué tengo que hacer? Y ese alguien nos diría, nada.  Sólo acogerla, pues alguien, llamado Jesús de Nazaret, te la regala.

         Sí hermanos. Jesús de Nazaret es el buen Pastor que da la vida por sus ovejas, que son todas las personas. Hoy los cristianos lo celebramos. Hoy es el día del Buen Pastor.  La Palabra proclamada nos explica el por qué.

         Cristo, el Señor resucitado se aparece a la primera comunidad cristiana desanimada, desesperanzada al verlo clavado en el árbol de la cruz, y se le manifiesta como el Buen Pastor que ha dado su vida por todos y que la ha recobrado para darla a quienes creen Él

         Después de la Resurrección y de las apariciones, los apóstoles y los discípulos recuerdan los dichos y los hechos de Jesús, con el gozo de la experiencia pascual. Recuerdan y comprenden que dijo: “Yo soy la Puerta del aprisco de las ovejas”. La Puerta siempre y enteramente  abierta para tener acceso a Dios y a sus bienes: “Nadie va al Padre, si no por mí”. Todos los bienes de Dios Padre nos vienen por Jesucristo, y todos los bienes de Cristo nos vienen a través de  su Iglesia.

         Jesús es también la Puerta para entrar en el rebaño, en la Iglesia, en la familia de los hijos de Dios; la Puerta que configura y modela a todo el que quiera pertenecer a su rebaño. Por aquí, por Cristo ha de entrar el que quiera ser cristiano. Sólo vale como cristiano el que entra por Cristo, el que se empapa de Cristo, el que se cristifica en su Iglesia. El que no entra por esta puerta, es otra cosa, “ladrón y bandido”.

         Hoy celebramos la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. Necesitamos pastores que hagan presentes a Cristo Buen Pastor. Y todos estamos llamados a serlo. Todos tenemos alguna misión pastoral que realizar (cumplir): sacerdote, catequista, padre, educador, profesional…Todo el que tenga una responsabilidad ante los demás. ¿Y quién no la tiene ante los hermanos?

          Vocaciones Consagradas: De entre todos los bautizados, hay algunos cristianos de especial entrega y consagración que tratan de vivir a tope las exigencias del evangelio, que las ha seducido Jesús y su amor. Pongámonos cara a cara frente a Él también nosotros. Atrevámonos a escucharlo y a dejarnos transformar por sus palabras. Acompañemos a otros para que se pregunten, ante el Buen Pastor, “¿qué quieres que haga?”

    En esta Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones escuchamos una llamada: “Sal a darlo todo”. Tomemos conciencia de la riqueza que supone dar la vida entera, en su totalidad, para poder ganarla.

          Y oremos para que todos los cristianos, especialmente los jóvenes, se atrevan a ponerse en actitud de escucha, y se comprometan de forma radical con Cristo. Y conscientes de que la vocación surge del corazón de Dios, oremos, como comunidad cristiana para que él envíe a muchos a entregarse al servicio del Reino y de la humanidad.

 

NUESTRO PÁRROCO EN LA BENDICIÓN DE LOS VEHICULOS AGRICOLAS




Fotos cedidas por Juan Francisco Martinez Quesada

sábado, 10 de mayo de 2014

BENDECIDO EL NUEVO ESTANDARTE DE LA HERMANDAD DEL ROCIO DE BAEZA


PEREGRINACIÓN AL SANTUARIO DE LA VIRGEN DEL ROSEL Y CRISTO DE LA YEDRA, ORGANIZADO POR LA COFRADÍA.

Mañana domingo, 11 de mayo, se realizará una peregrinación y ofrenda de flores a la Virgen del Rosel, para lo cual se saldrá de Baeza, en el Arca del Agua a las 9 de la mañana, llegando al Santuario de la Yedra a las 12 horas, comienzo de la Eucaristía.
Cada participante deberá llevar su pequeño ramo de flores.
El itinerario será por el camino de la Montalvas, Virgen de la Salud hasta la Yedra.

domingo, 4 de mayo de 2014

LECTURAS Y SALMO DE ESTE DOMINGO


REFLEXIÓN DE DON MANUEL

DOMINGO III DE PASCUA CICLO A
 
EL ENCUENTRO CON CRISTO RESUCITADO CAMBIA LA VIDA
                          Queridos hermanos: El encuentro con Jesús Resucitado cambió la vida de aquellos dos discípulos de Emaús. Caminaban tristes, sin esperanza, sin ilusión... Y ahora, después de reconocerle, por fin, en la fracción del pan, se les abrieron los ojos, su corazón se llenó de esperanza y corrieron llenos de alegría hacia la comunidad, a dar testimonio de su experiencia. Y se encontraron con una comunidad llena de la buena noticia: “Es verdad: ha resucitado el Señor y se ha aparecido”.
 
                          También es admirable lo que le pasó a Pedro. Hacia pocos días que había negado a Jesús... Pero ahora su cobardía se había convertido en un valiente testimonio ante todo el pueblo: “Os hablo de Jesús Nazareno... vosotros lo matasteis en una cruz, pero Dios lo resucitó rompiendo las ataduras de la muerte”. 
                          Esa es también la razón de nuestra fe y de nuestra esperanza, de la alegría y del compromiso de vida de todos los cristianos. Como nos ha dicho San Pablo: “Por Cristo, vosotros creéis en Dios, que lo resucitó y le dio gloría, y así habéis puesto en Dios vuestra fe y vuestra esperanza”.
 
                            Hermanos, ya estamos en la tercera semana de Pascua. Podemos preguntarnos, si se nota. Si nuestros familiares, vecinos y compañeros... notan que Cristo nos ha comunicado su vida, su energía, su dinamismo pascual. ¿Vivimos con ilusión, con esperanza... o nos dejamos dominar por la pereza, el cansancio, la tristeza, la desilusión...? ¿Estamos ya en Pascua o nos hemos instalado en una perpetua Cuaresma?
 
                          El testimonio de Juan Pablo II, recientemente canonizado, nos invitaba siempre a mirar con ojos filiales, de confianza a Dios Padre. San Pedro nos lo decía hoy en su carta: “Si llamáis Padre a Dios, tomad en serio vuestro proceder en esta vida”. Si estamos convencidos de que somos hijos en la familia de Dios, que somos “hijos en el Hijo”, porque somos hermanos en el Hijo Resucitado, eso debería cambiar nuestra vida y llenarla de sentido: de alegría, de amor, de esperanza y de compromiso a la vez...
 
¿CÓMO PODEMOS EXPERIMENTAR LA PRESENCIA DEL RESUCITADO?
                          Y nosotros nos preguntamos, ¿cómo podemos encontrarnos con Jesús Resucitado? El episodio de Emaús nos da unas pistas para que también nosotros, que hemos conocido personalmente a Jesús de Nazaret, podamos experimentar de alguna manera el encuentro con él.
                         Lo podemos reconocer ante todo en la comunidad reunida. Los dos “volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los once con sus compañeros”, y el mismo día volvieron a alegrarse con la aparición del Señor a todo el grupo. Jesús les dijo: “Donde dos o más estén reunidos en mi nombre, allí estoy yo”.  Cuando nos reunimos los cristianos, sobre todo para celebrar la Eucaristía dominical, debemos sentir la presencia del Resucitado, aunque no le veamos.
                          Además, lo reconocemos y acogemos en la Palabra que se nos proclama. A los discípulos de Emaús, Jesús “les explicó las Escrituras” y luego dijeron: “¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba?”. En la Misa, Jesús se nos da primero como Palabra, Comulgamos con él acogiéndole como Palabra viviente, la Palabra hecha Persona que Dios nos dirige. Por eso, cada Domingo volvemos a esta escuela de formación permanente que es la escucha de las lecturas bíblicas, en las que Cristo mismo nos habla y se nos da como luz y alimento.
                         
                             Y, finalmente, reconocemos a Cristo Jesús en la fracción del Pan, en la Eucaristía. Es cuando a los de Emaús se les abrieron los ojos: “Y contaron cómo lo habían reconocido al partir el pan”. El Señor Resucitado ya no sólo está presente en la comunidad y en la Palabra salvadora de Dios, ahora, el como de su cercanía, se nos da como alimento en ese Pan y ese Vino que él mismo nos aseguró que son su Cuerpo y su Sangre, su misma persona, para que tengamos vida y fuerza para el camino.
                          Son tres direcciones, Comunidad, Palabra y Eucaristía, que se realizan de modo privilegiado cada Domingo, cuando la “comunidad del Señor”, en “día del Señor”, se reúne para celebrar “la Cena del Señor”. Como para aquellos discípulos de Emaús, cuyo encuentro con el Señor sucedió “aquel día, el primer día de la semana”.
 
                  El Domingo es en verdad para los cristianos motivo de fiesta, de alegría, de esperanza, escuela de la verdadera Palabra, motor de energía para toda la semana, encuentro con el Señor Resucitado, que nos anima a seguir viviendo como buenos seguidores suyos en medio de este mundo. De la Eucaristía del Domingo tendríamos que salir a la vida de cada día más motivados, como evangelizadores y testigos en nuestra familia y en el mundo...