DOMINGO IV DE PASCUA.
CICLO A. DIA DEL BUEN PASTOR
Sí hermanos. Jesús de Nazaret es el
buen Pastor que da la vida por sus ovejas, que son todas las personas. Hoy los
cristianos lo celebramos. Hoy es el día del Buen Pastor. La Palabra proclamada nos explica el por qué.
Cristo, el Señor resucitado se aparece
a la primera comunidad cristiana desanimada, desesperanzada al verlo clavado en
el árbol de la cruz, y se le manifiesta como el Buen Pastor que ha dado su vida
por todos y que la ha recobrado para darla a quienes creen Él
Después de la Resurrección y de las
apariciones, los apóstoles y los discípulos recuerdan los dichos y los hechos
de Jesús, con el gozo de la experiencia pascual. Recuerdan y comprenden que
dijo: “Yo soy la Puerta del aprisco de
las ovejas”. La Puerta siempre y enteramente abierta para tener acceso a Dios y a sus
bienes: “Nadie va al Padre, si no por mí”.
Todos los bienes de Dios Padre nos vienen por Jesucristo, y todos los bienes de
Cristo nos vienen a través de su
Iglesia.
Jesús es también la Puerta para entrar
en el rebaño, en la Iglesia, en la familia de los hijos de Dios; la Puerta que
configura y modela a todo el que quiera pertenecer a su rebaño. Por aquí, por
Cristo ha de entrar el que quiera ser cristiano. Sólo vale como cristiano el
que entra por Cristo, el que se empapa de Cristo, el que se cristifica en su
Iglesia. El que no entra por esta puerta, es otra cosa, “ladrón y bandido”.
Hoy
celebramos la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. Necesitamos
pastores que hagan presentes a Cristo Buen Pastor. Y todos estamos llamados a
serlo. Todos tenemos alguna misión pastoral que realizar (cumplir): sacerdote,
catequista, padre, educador, profesional…Todo el que tenga una responsabilidad
ante los demás. ¿Y quién no la tiene ante los hermanos?
Vocaciones Consagradas: De entre
todos los bautizados, hay algunos cristianos de especial entrega y consagración
que tratan de vivir a tope las exigencias del evangelio, que las ha seducido
Jesús y su amor. Pongámonos cara a cara frente a Él también nosotros.
Atrevámonos a escucharlo y a dejarnos transformar por sus palabras. Acompañemos
a otros para que se pregunten, ante el Buen Pastor, “¿qué quieres que haga?”
En esta Jornada Mundial de Oración por las
Vocaciones escuchamos una llamada: “Sal a darlo todo”. Tomemos
conciencia de la riqueza que supone dar la vida entera, en su totalidad, para
poder ganarla.
Y oremos para que todos los
cristianos, especialmente los jóvenes, se atrevan a ponerse en actitud de
escucha, y se comprometan de forma radical con Cristo. Y conscientes de que la
vocación surge del corazón de Dios, oremos, como comunidad cristiana para que
él envíe a muchos a entregarse al servicio del Reino y de la humanidad.
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