🟣 *Domingo II de Adviento*
🪔 Mt 3,1-12
Por aquel tiempo se presentó Juan el Bautista en el desierto de Judea. En su proclamación decía: “¡Convertíos a Dios, porque el reino de los cielos está cerca!”. Juan era aquel de quien el profeta Isaías había dicho: ‘Una voz grita en el desierto: ¡Preparad el camino del Señor; abridle un camino recto!’ Juan iba vestido de ropa hecha de pelo de camello, que se sujetaba al cuerpo con un cinturón de cuero; su comida eran langostas y miel del monte. Gentes de Jerusalén, de toda la región de Judea y de toda la región cercana al Jordán salían a escucharle. Confesaban sus pecados y Juan los bautizaba en el río Jordán. Pero viendo Juan que muchos fariseos y saduceos acudían a que los bautizara, les dijo: “¡Raza de víboras!, ¿quién os ha dicho que vais a libraros del terrible castigo que se acerca? Demostrad con vuestros actos que os habéis vuelto a Dios, y no os hagáis ilusiones diciéndoos: ‘Nosotros somos descendientes de Abraham’, porque os aseguro que incluso de estas piedras puede Dios sacar descendientes a Abraham. Ya está el hacha lista para cortar de raíz los árboles. Todo árbol que no dé buen fruto será cortado y arrojado al fuego. Yo, ciertamente, os bautizo con agua para invitaros a que os convirtáis a Dios; pero el que viene después de mí os bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. Él es más poderoso que yo, que ni siquiera merezco llevarle las sandalias. Trae la pala en la mano, y limpiará el trigo y lo separará de la paja. Guardará su trigo en el granero, pero quemará la paja en un fuego que nunca se apagará”.
*Meditación*
Abre tu alma y recibe el mensaje de hoy: el profeta Isaías nos presenta una visión del reino de Dios donde la justicia y la paz abundan, y la creación entera vive en armonía. Esta promesa se cumple en Cristo, quien nos invita a vivir en su Reino con justicia y compasión, siguiendo su ejemplo.
*Oración*
Señor, haz florecer la justicia y la paz en mi vida. Ayúdame a vivir según tu ejemplo, buscando la justicia para los débiles y la compasión para los necesitados. Que mi vida refleje la armonía de tu Reino. Amén.

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