NOS QUEDAMOS SIN SACERDOTES…
Observamos que en nuestra Diócesis de Jaén cada curso (año) fallecen varios sacerdotes, y que cada año reciben el ministerio sacerdotal menos jóvenes, (algún año, ninguno). También sabemos que, hasta hace unos años en cada parroquia había un párroco, y en algunas dos o más sacerdotes…
Hoy, si nos acercamos a la Casa de la Iglesia de Jaén, (antiguo seminario), donde está ubicada la residencia de sacerdotes, observamos que, en ella residen veintiún sacerdotes mayores, jubilados de sus tareas pastorales, y que algunos de ellos aún siguen echando una mano en la pastoral. Y que en la misma Casa de la Iglesia, está el Seminario donde se preparan dieciocho jóvenes para ser ordenados sacerdotes, si Dios quiere, en el futuro próximo. De ellos, tres, no son de nuestra Diócesis, que marcharán a su tierra una vez terminados sus estudios.
También observamos que más veinte sacerdotes, mayores de 75 años, estamos ayudando en Parroquias de la Diócesis, bien como sacerdotes adscritos, bien sirviendo a los conventos de clausura. Algunos de ellos con más de ochenta años.
También observamos que, desde hace algunos años, algunos sacerdotes, venidos de Sudamérica, y en especial de África, están ejerciendo su ministerio sacerdotal en ciudades y pueblos de Jaén.
Esta es una pequeña muestra de la realidad sociológica de los sacerdotes en nuestra Diócesis de Jaén.
Y ante esta realidad, enseguida nos viene esta pregunta, ¿qué podemos hacer ante la escasez de sacerdotes y vocaciones?
La Iglesia, Madre y Maestra, siempre ha buscado soluciones a esta situación; y hoy, hemos de reconocer que todos los bautizados estamos implicados en esta situación y preguntarnos qué hacer y qué soluciones tomar.
Una solución que ya se está aplicando es la creación de Unidades pastorales; se trata de unir varias parroquias en una sola, donde un solo sacerdote anima, coordina y sirve varias parroquias… Sin embargo, cada bautizado, cada cristiano, en estos momentos, está llamado a ser parte viva y activa en la Iglesia; se trata de que cada cristiano asuma la tarea que el Espíritu Santo le asigne, y que se prepare y acepte uno de los Ministerios laicales, ya vigentes en la Iglesia católica desde sus comienzos: El ministerio de catequista, el ministerio de lector, el ministerio de acólito y el ministerio extraordinario de la comunión.
Cada uno podremos pensar y sugerir distintas propuestas…, pero lo que es evidente que la realidad ha cambiado, que es una necesidad que surjan sacerdotes en nuestras parroquias y en nuestros pueblos, y que cada cristiano asuma y ejerza el don que ha recibido de Dios.
Quisiera terminar esta reflexión con optimismo, pues el Señor no abandona a su pueblo; y con una propuesta que ha dado sus frutos en la historia de la Iglesia: Se trata de LA ORACIÓN POR LAS VOCACIONES.
Nos lo dijo el mismo Señor, “La mies es mucha y los obreros pocos, rogad al dueño de la mies que envíe obreros a su mies”. Mateo 9, 37-38.
Hace unas fechas había un compromiso en toda Diócesis de Jaén: que en todos los templos, el primer jueves de cada mes, las comunidades, orasen ante el Santísimo, por las vocaciones sacerdotales.
Creo que en muchas parroquias y templos se realiza este encargo del mismo Jesús, ¿pero no debería realizarse este encargo en todos los templos y grupos de cristianos?
Creo que si no hay sacerdote para presidir la oración, un ministro extraordinario de la comunión…, puede convocar, abrir el templo y ante el Señor, realizar el mandato de Jesús con la comunidad del lugar reunida.
Este sería un hermoso propósito a realizar en todas las comunidades (grandes y pequeñas), y en todos los grupos de apostolado y de oración, en este año dedicado a la ORACIÓN: ORAR ANTE EL SANTÍSIMO POR LAS VOCACIONES SACERDOTALES CADA PRIMER JUEVES DE MES.
Manuel Peláez Juárez,
Baeza, Junio de 2.024.
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