REFLEXIÓN DE DON MANUEL

DOMINGO DECIMO TERCERO CICLO “A”

 

“ACOGEOS LOS UNOS A LOS OTROS”

 

          La primera lectura nos ha presentado al profeta Eliseo, que era un labrador de bueyes, a quien Dios le pide que deje los bueyes, y la casa de sus padres y se ponga a su servicio como Profeta.

          Eliseo revestido de Espíritu, obedece, rompe con su pasado, con su vida anterior y emprende una nueva existencia al servicio de Dios.

           En la escena de hoy una mujer acoge en su casa a Eliseo, al hombre de Dios con toda esplendidez. Esta acogida no quedará sin recompensa; a la mujer se le concede un hijo, que, más tarde, muerto será devuelto a la vida por el profeta. Así quiso corresponder a la generosidad de la mujer sunamita.

 

            También Jesús ha venido a nuestra vida, nos ha envuelto con su manto y nos ha sumergido en su muerte y resurrección. Por el bautismohemos sido sepultados con Él en la muerte para que también nosotros, como Eliseo,andemos en una vida nueva.

             La vida nueva que Jesús nos propone es seguirle a Él. Como Eliseo, también nosotros tenemos que dejar todo lo que nos estorba. Y seguir a Jesús SE CONCRETA HOY EN EL EVANGELIO: Acoger a los más pequeños, a los más pobres, dar un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños. ¿Quiénes son estos pequeños hoy? ¿Qué quiere decir hoy dar un vaso de agua fresca?

             Caritas nos llama hoy a trabajar y a acoger a los millones de pobres que hoy viven en España, en nuestros barrios… Hay personas abandonadas, solas, angustiadas, desesperadas; seguro que cerca de nosotros…

               ¡ACOJÁMOSNOS!, Es decir, cambiemos la sociedad de manera que el otro pueda vivir por él mismo.

Acoger al otro es acoger al mismo Cristo y “el que me recibe a mí, recibe al que me ha enviado”.

ESTO NO PUEDE HACERSE SIN LA CRUZ

 

            Acoger al otro de verdad, no solo de palabra, significarenunciar a muchas comodidades, lanzarnos a una nueva manera de vivir, porque:

            -El que ama al negocio más que a mí, el que ama las comodidades más que a mí, más que a estos pequeños, quien ama su “situación” más que a estos pequeños, no es digno de mí.

             -Quien no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí. “Lo mismo vosotros consideraos muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro” Porque los que quieran guardar la vida a favor suyo, la vida egoísta, cómoda, situada… estos la perderán. Pero los que por mi causa la pierdan, con su generosidad, solidaridad, desprendimiento, estos la encontrarán.

 

               CON LA EUCARISTIAnosotros, ahora, nos revestimoscon el manto de la fuerza de Cristo, nos alimentamos con su Espíritu. El perdió la vida y la ha recuperado en la resurrección. Vale la pena seguirle con fidelidad. Seguirle y acogerle con generosidad y esperanza. Podemos vivir la nueva existencia como Él.