*Domingo I de Cuaresma*
🪔 Mc 1,12-15
Después de esto, el Espíritu llevó a Jesús al desierto. Allí vivió durante cuarenta días entre las fieras, y fue puesto a prueba por Satanás; y los ángeles le servían. Después que metieron a Juan en la cárcel, Jesús fue a Galilea a anunciar las buenas noticias de parte de Dios. Decía: "Ha llegado el tiempo, y el reino de Dios está cerca. Volveos a Dios y aceptad con fe sus buenas noticias."
*Meditación:*
El desierto es siempre un espacio ambiguo en la Escritura. Es lugar de fragilidad, dificultad y tentación y, a la vez, es donde resuena la Palabra y se establece el vínculo de amor entre Dios y su pueblo. No es de extrañar que la primera "parada" evangélica de los domingos de Cuaresma nos haga regresar a este espacio en el que contactamos con nuestra verdad esencial. Empujados por el Espíritu Santo, como Jesús en este evangelio, nos sumergimos en la vivencia cuaresmal de presentarnos ante Dios con nuestra verdad, desprotegidos ante Él. Tentados y entre fieras, pero sabiéndonos cuidados y protegidos. Así experimentó Jesucristo el desierto.
*Oración:*
Que tu Espíritu, Señor, me guíe en el desierto del mundo. Que sea tu voluntad la que ocupe el trono en mi vida.
*Acción:*
Presta atención para evitar caer hoy en las tentaciones que se te presenten.
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