HOMILÍA DEL DOMINGO

 DOMINGO VI DE TIEMPO ORDINARIO “A”

         Queridos hermanos: Celebramos en este segundo Domingo de Febrero, como ya es habitual, la JORNADA NACIONAL DE MANOS UNIDAS, Campaña contra el Hambre nº. 64, con el Lema “FRENAR LA DESIGUALDAD ESTÁ EN TUS MANOS”.

         La desigualdad se ha convertido en la mayor amenaza y el mayor desafío a nivel mundial. Para muchas personas, pensar en desigualdad y en hambre es pensar en un reto imposible, un problema sin solución, ante el que no se puede hacer nada.

          Desde manos Unidas queremos dar un giro a esta idea para desterrarla de nuestra mente y dejar la solución en manos en cada uno de nosotros y de todas las personas de buena voluntad. 

          Por eso, la imagen elegida para acompañarnos en 2.023 muestra una manos en blanco y negro; manos fuertes, que trasmiten ternura y nos invitan, al mismo tiempo, a tender las nuestras a nuestros hermanos más vulnerables y descartados… Para hacer frente a la desigualdad todas las manos suman, todas cuentan y todas son necesarias y pueden ayudar a acabar con esta lacra.

           

            Manos Unidas es una Asociación  de la Iglesia Católica que nació en 1.960. Un grupo de mujeres de Acción Católica se organizaron para que, a través de proyectos de desarrollo, el hambre del mundo fuera erradicado.  

           Con el lema y la imagen de esta campaña, Manos Unidas quiere hacer un llamamiento a la sociedad para luchar por la dignidad y promover un mundo donde todos valgamos lo mismo y nadie se quede atrás. Quiere que la sociedad una sus manos a las nuestras para terminar con la desigualdad y el hambre.

            Este año los proyectos que Manos Unidas le ha asignado a la Diócesis de Jaén, han sido dos: Serán desarrollados en el Congo (África) y en Camboya (Asía). El valor de los dos proyectos asciende a 357.402 euros. Y con ellos se pretende construir un pozo para facilitar el acceso el agua potable en un barrio del Congo y mejorar la salud de mujeres y niños en 16 aldeas de Camboya.

        

            El Evangelio de hoy nos ha dado unas pautas claras sobre las cuáles cimentar nuestro compromiso: Frenar nuestras egoísmos, toda forma de agresividad y de ira…, antes de llegar a la violencia. Jesús nos pide que nos abstengamos de toda forma de violencia empezando por nuestros sentimientos y nuestros labios…

             Lo mismo ocurre con la riqueza, que no es fácil de compartirla con los más necesitados…

              Los cristianos y los voluntarios de Manos Unidas sentimos la llamada de Jesucristo para dar testimonio de su amor, para cubrir las necesidades de nuestros hermanos que viven en los países del sur.

               ¡QUE NADIE LOS OLVIDE, ESTÁN AHÍ Y NOS NECESITAN! 

                

                LAS COLECTAS DE ESTE FIN DE SEMANA SON PARA FINANCIAR ESTOS DOS PROYECTOS. 

         Seguro que como otros años los conseguiremos llevar adelante.

         Somos un pueblo que ha conocido el amor de Dios, que nos ha revelado Jesucristo y que podemos vivir gracias al Espíritu Santo que ha sido derramado en nuestros corazones. SEAMOS, PUES, GENEROSOS Y COMPARTAMOS UN AÑO MÁS, sabiendo que “el que siembra generosamente, generosamente recoge”.

         Que esta Eucaristía, en la que Jesucristo, Pan vivo bajado del cielo, se nos da del todo y para todos, haga posible con sus discípulos, la multiplicación y distribución de los panes. Así sea.