DOMINGO V
DE PASCUA “B”
Queridos hermanos la
experiencia de Cristo bebería ser normal en el cristiano. El cristiano no es el
que sabe de oídas sobre Cristo, sino el que conoce por experiencia la realidad
maravillosa de su amor, de manera que su vida queda ya siempre marcada y
orientada por Él.
VER A CRISTO
¡Con qué seguridad habla Pablo de su
experiencia de Cristo! “He visto al
Señor en el camino”. Casi podía decir: He visto al Señor que es el camino.
Desde entonces, desde que el Señor salió al encuentro de Saulo en el camino;
desde que el Señor le habló y se dejó ver, Jesús será su sol y su Señor; Jesús
será su imán, su tesoro y su encanto, su pasión y su canción, su fuerza y su
sabiduría, la vida de su vida. Pablo Ojos nuevos y corazón nuevo.
Sería bueno que cada uno de nosotros pudiera decir con Pablo: “He visto al Señor en el camino” y
pudiéramos contar los efectos de nuestra experiencia, de nuestro encuentro. Has
podido encontrarlo en la Palabra, escrita o proclamada, en la celebración, en
la comunidad, en el éxito o en el fracaso; en el hermano al que sirves o con
quien trabajas; en el hijo que nace o en el amigo que muere... Donde quiera el
Señor sale a tu encuentro.
ESTAR CON CRISTO
Pero no debemos conformarnos
con ver a Jesús. Debemos aspirar a estar con Él. Se trata, pues, de una
experiencia permanente, no pasajera; de una comunión estable: consistiría en
acoger a Cristo y escucharle, en tener sus mismos sentimientos y actitudes, es
vivir y morir en Él, es vivir en libertad y amor, es vivir la filiación y la
fraternidad
LA VID Y LOS
SARMIENTOS
Juan nos ha expresado esta experiencia en términos alegórica: “Yo soy la vid y los sarmientos”. Nos
habla de una unión permanente, de poda constante, de frutos abundante.
UNION PERMANENTE: Nos insiste, pues no quiere el
Señor encuentros esporádicos, sino que no nos separemos de su órbita. Que
nuestros ojos y nuestros corazones estén siempre levantados hacia Él. Que nos
revistamos de Cristo; pero no con un vestido de quita y pon, sino un vestido
entrañable. “Permaneced en mi amor”,
sintiéndonos amados siempre por Él y amándole nosotros a El.
UNIÓN CON LOS DEMÁS MIEMBROS: Si todos los sarmientos estamos
unidos a la vid, a la cepa, necesariamente estaremos unidos entre nosotros. Si
corre por ellos la misma savia, no puede haber distancias y diferencias y mucho
menos rivalidades... Si Cristo está en todos los sarmientos, la unión con
Cristo significa estar unidos a todas sus ramificaciones y prolongaciones.
Cristo se prolonga en todos los hermanos. No se puede conocer y amar a Cristo y
desconocer y no amar al otro cristo.
PODA CONSTANTE: Para ello, poda constante, no siempre es fácil de
entender; nos da pena y nos cuesta utilizar el hacha o las tijeras, pero es
necesaria la poda. Se trata de un corte purificador y liberador. Para nuestros
ambientes consumistas, la poda es bien necesaria. No debemos descuidarnos.
Necesitamos más austeridad, más sobriedad... Para cada uno, Instituciones,
Iglesia...
FRUTOS ABUNDANTES: A ciertos árboles se le pide solo sombra; a las
plantas flores. Pero a la vid solo le pedimos sus frutos abundantes y
sazonados. Los que Dios quiere: Derecho,
justicia, respeto, compasión, servicio, verdad, amor, ; con obras y según la
verdad de Jesús.
EUCRISTIA: “El que me come permanece en Mí y yo en él; como yo vivo por el Padre,
que vive, así el que me come, vivirá por Mí”. Así la Eucaristía es el
resumen condensado de todos los lazos de unión con Cristo; y por tanto, la
fuente de todos los frutos.
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