CARTA
A LOS COLABORADORES DE LA PARROQUIA.
Queridos hermanos y hermanas: Os deseo
salud, paz y bien de parte de Dios Padre y de Jesucristo, su Hijo.
Jesús acaba de comenzar su vida pública
con el Bautismo en el Jordán. Dios Padre lo confirma como su Hijo muy amado. Es
ungido por el Espíritu Santo para realizar su misión “abrir los ojos a los ciegos, sacar a los cautivos de la prisión y de
la mazmorra a los que habitan…”
También todos nosotros hemos recibido el
Espíritu Santo para continuar su misma misión, el servicio y la entrega. Somos
como nuestro Maestro, buenos samaritanos que tienden la mano al hombre
caído…, los médicos que no abandonan al hermano enfermo y herido, al
huérfano y a la viuda que no tiene protector… Con el denario de nuestro amor los
conduciremos al mesón seguro que es la Casa del Padre.
Es verdad que tenemos dificultades, que
también nosotros estamos heridos, débiles, apocados, con miedo, pero Jesucristo
y el Espíritu Santo nos fortalecen, nos animan y nos siguen enviando para
CONTINUAR SU TAREA. Así pues, no desfallezcamos y todos y cada uno de nosotros
continuemos con la tarea que el Señor ha puesto en nuestras manos: Catequesis,
Liturgia, Caritas, Salud (enfermos e impedidos), Cofradías-Hermandades, Pastoral
familiar, Adoración Nocturna, Vida Ascendente, Voluntarios, Coros…
Y no olvidemos que la Virgen María, Madre de Jesús y Madre nuestra, nos acompaña. Unidos todos en la oración, en la Eucaristía.
Vuestro párroco, Manuel.
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