HOMILÍA DEL DOMINGO

DOMINGO OCTAVO DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO “C”

     Queridos hermanos: La Liturgia de hoy nos invita a cerrar una etapa del año litúrgico, durante la cual hemos ido siguiendo los inicios del misterio de de la vida de Jesús, para iniciar la próxima semana, la Cuaresma, un tiempo fuerte con todo lo que comporta.

     ESTILO SAPIENCIAL. En laprimera lectura tomada del libro del Eclesiástico, a partir de varias imágenes (la criba, el horno, el fruto del árbol), se nos dice que LA BONDAD DE LA PERSONA SE MANIFIESTA  AUTENTICAMENTE DESPUÉS DE SER PROBADA, DESPUES DE HABER SIDO EXAMINADA. Tan sólo entonces se constata si es algo solo superficial ó si es algo que mana de lo hondo del corazón: “No alabes a nadie antes que razone porque esa es la prueba del hombre”.

    

     También EL EVANGELIOutiliza el mismo estilo de imágenes: el ciego y el hoyo; el discípulo y el maestro, la mota y la viga en ojo, el árbol y sus frutos, el corazón y la boca. Pues bien, con estas imágenesel mensaje que Jesús nos quiere dar es QUE VALOREMOS LO INTERIOR. Jesús nos invita a la profundidad, y a la sinceridad de corazón; a no quedarse  con la imagen exterior, que sólo viene a ser un reflejo de la interioridad de la persona.

    

     Y concretando, nos hace una llamada a la humildad, a la sencillez, a la hora de valorarnos a nosotros y a los demás. Una llamada a serconscientes de la propia limitación, a la capacidad de la autocritica. Y a partir de la falsa situación y contradicción de ver sólo el mal fuera de nosotros…, Jesús nos invita a que descubramos nuestra propia realidad, que se fragua en el fondo del corazón.

     Lo que vale en cada persona no es lo que dice, ni lo que hace, sino lo que hay en su corazón; y lo que hay en su corazón se expresa después en sus palabras y en sus obras.

     CONCLUSIÓN: Jesús quiere inculcarnos el cultivo de la dimensión interior de la persona, la parte más profunda  y auténtica de su ser: su bondad. Que se ha de cultivar para que dé su fruto. Por eso es tan importante cultivar (trabajar) la vida interior de las personas, su capacidad de reflexión, de escucha, de meditación, de silencio…

     LA VIDA INTERIOR DEL CRISTIANO.

    

     El cristiano ha de ir modelando su corazón según Dios, siguiendo el estilo de Jesús. El mensaje del Evangelio de hoy y de estos Domingos (El Sermón de la llanura) pasados, pide interiorización, arraigarlo en el corazón para poder vivirlo de verdad. Así nos lo recordaba el Salmo de hoy. Cuando las raíces son hondas y arraigadas en el Señor: “El justo crecerá como una palmera, se alzará como un cedro en el Líbano, plantado en la casa del Señor”  

     Del mismo modo San Pablonos recordaba en la segunda lectura, dónde se encuentra el fundamento de nuestra esperanza: La victoria de Cristo que ha engullido la muerte.

     Si arraigamos nuestro corazón en esta convinción, nuestra vida será un auténtico testimonio de la fe que profesamos: “¡Demos gracias a Dios, que nos da la victoria por nuestro Señor Jesucristo! Así pues, hermanos queridos, manteneos firmes y constantes. Trabajad siempre por el Señor, sin reservas, convencidos de que el Señor no dejará sin recompensa vuestra fatiga”.

     En definitiva, se trata de buscar la renovación del corazón. La encontraremos en la lectura del Evangelio, bien fundamentados en Cristo muerto y resucitado.

     La Cuaresma (tiempo de gracia y de renovación) cuyo programa de la Parroquia se os entrega, nos ayudará todavía más a avanzar en esta línea de interiorización y de renovación.