CONTACTA CON NOSOTROS

Todos los que queráis mandarnos vuestros comentarios y sugerencias podéis hacerlo a: parroquiasanpablo2011@gmail.com

domingo, 30 de septiembre de 2018

REFLEXIÓN DE DON MANUEL

DOMINGO XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO B
     “¡Ojalá todo el pueblo del Señor fuera profeta y recibiera el Espíritu del Señor!” así termina la  primera lectura proclamada del libro de los NúmerosDeseo y esperanza que Dios realizó por medio de su Hijo Jesucristo, después de su muerte y resurrección, enviando el Espíritu Santo a su Iglesia el día de Pentecostés.
     Desde entonces  Jesús en el bautismo realiza en cada cristiano ese gran regalo de Dios: el don del Espíritu Santo que nos hace profetas, sacerdotes y reyes al estilo de Cristo. El sacerdote ungiendo con el Santo Crisma nuestra cabeza, nos dijo: “Dios todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que te ha liberado del pecado y dado nueva vida por el agua y el Espíritu Santo, te consagre con el crisma de la salvación, para entres a formar parte de la Iglesia y seas para siempre miembro de Cristo, Sacerdote, Profeta y Rey”. Sí, somos un pueblo de profetas:
     -Que escucha atentamente a Dios. -Que proclama y vive su Palabra, pues sus mandatos son verdaderos y enteramente justos. -Que denuncia el mal, la injusticia, el pecado que corrompe la dignidad y la vida del hombre.-Que busca la voluntad de Dios: que todos sus hijos tengan vida abundante y eterna.
      Así nos lo expone hoy el Apóstol Santiago con unas palabras duras denunciando a los ricos deshonestos  la explotación de los trabajadores,invitándoles a la conversión y a abandonar sus obras contrarias a la voluntad de Dios. Desenmascara algo que humana y cristianamente es intolerable: la riqueza que engorda con el jornal defraudado a los trabajadores…
                                        
     Así lo ratifica Jesucristo en el Evangelio con sus palabras de profeta con su intransigencia ante el mal, ante quien le niega o es escándalo para la fe: “Si tu mano te hace caer, córtatela… Si tu pie te hace caer, córtatelo… Si tu ojo te hace caer, sácatelo…”
     Es verdad que no debemos entenderlas literalmente, pero tampoco quitarle fuerza. Se trata de nuestra adhesión y seguimiento a Cristo. Y si reflexionamos nuestra vida tiene, puede tener ciertos pecados, desviaciones, vicios tan adheridos a nuestra actuación que necesiten cortar, podar, extirpar: comodidad, pereza, falta de entrega… y que nos duelen tanto arrancarlos como a nuestros miembros físicos.
     También Jesucristo nos pide hoy que con nuestra actuaciónno pongamos obstáculos a la fe de las demás personas, escandalizando a los pequeños, a aquellas personas que tienen una fe débil, incipiente e incierta para que puedan llegar a una fe personal madura: Los niños, los jóvenes, los alejados de la Iglesia…
     Deberíamos preguntarnos hoy si como cristianos, como comunidad, por nuestro modo de vivir ofrecemos una imagen con suficiente coherencia para que nuestros jóvenes, niños, alejados puedan sentirse atraídos a seguir a Jesucristo. Este planteamiento exige unaconversión constante a la persona de Cristo y a los hermanos. Para Jesús es una cuestión importante, como echarse al mar con una rueda de molino. La Palabra de Jesús tiene poder para ir transformando nuestra vida, y con su cuerpo que vamos a recibir poder vivir su evangelio, su estilo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario