DOMINGO DE RAMOS: HOMILIA
Queridos... hermanos. Hemos fijado nuestra mirada en aquel que es el centro de todo cuanto celebramos y vamos a celebrar estos días santos: Jesús, el Hijo de Dios, nuestro Señor que, con toda fidelidad y amor, sigue el camino que le lleva a la cruz, y nos abrirá a nosotros las puertas de la vida.
SE VACÍA Y SE ANONADA.
Se nos presenta a un Mesías de condición divina, pero que se olvida de ella... Que se abaja y se rebaja, se oscurece, se empequeñece, se vacía y anonada hasta aparecer como esclavo, como un cualquiera...
Se nos presenta un Mesías vendido y traicionado por uno de los suyos y abandonado por casi todos; agonizando en Getsemaní entre fríos sudores de sangre. Juzgado escandalosamente por tribunales, burlado, abofeteado apaleado, para terminar en la cruz.
Esa luz es el Amor. Es lo que da sentido a toda esta lectura, la clave de interpretación de esta historia, de esta vida, y de tantas otras vidas..., la tuya también. Sin esa luz, sin ese amor todo se convertiría en una tragedia absurda. Pero no, hay un Amor que todo lo explica y que convierte la tragedia en una victoria final... Podríamos cada uno concretar testimonios...
Misterio de Cristo. Pero no de una manera folclórica, superficial, sentimental. Nuestra celebración ha de ser compasiva, comprometida y viva. Y ELLO SUPONE:
a) Personalizar: No conocer teóricamente, sino comulgar, asumir, compenetrarse, complementar sus padecimientos y su resurrección. Que Jesús entre en ti y prolongue su pasión y resurrección en ti.
b) Actualizar: No sufrió, sino que sufre; no sólo en los oficios..., sino en los enfermos, en los que padecen, en todos los que sufren...
c) Desde la esperanza: El amor es más fuerte que el pecado y que la muerte... La esperanza es posible porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestro corazón.
d) Estos días, nuestras Celebraciones litúrgicas han de ser festivas, pues el Señor está grande con nosotros y estamos alegres.
La Eucaristía que celebramos hoy es la pasión, muerte y resurrección de Cristo y con Él todos y cada uno de nosotros.
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