CONTACTA CON NOSOTROS

Todos los que queráis mandarnos vuestros comentarios y sugerencias podéis hacerlo a: parroquiasanpablo2011@gmail.com

domingo, 24 de septiembre de 2017

REFLEXIÓN DE DON MANUEL

DOMINGO XXV DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO “A”
     “Buscad al Señor, nuestro Dios, que es rico en misericordia…, pues mis planes no son vuestros planes, vuestros caminos no son mis caminos… Mis caminos son más altos que los vuestros, mis planes que vuestros planes”.
     En estos versículos del Profeta Isaías se encuentra el objetivo fundamental y permanente de nuestra vida  cristiana. El creyente intenta buscar al Señor y conocer sus caminos y sus planes para que sean los suyos;  trata de conformar siempre su vida con los planes de Dios.
     Y lo hacemos ahora, después de la etapa del verano, cuando quizás nos hayamos desorientado algo, o bien abandonado los caminos del Señor, la oración, la Eucaristía, la fidelidad, los compromisos…
     Y lo hacemos ahora, cuando comenzamos un nuevo curso, con ganas de empezar de nuevo, de organizarnos, de querer hacerlo bien…  De reorganizar nuestra vida.
     Pues bien, El Señor nos llama a trabajar en su viña. En ella hay trabajo para todos sea cual sea la edad, la situación… de cada uno. En la parcela del Señor (su viña), que es nuestra Parroquia, nuestra sociedad, nuestra familia,  ambiente de trabajo, apostolado…
     Debemos preguntarnos ¿cuál es el plan de trabajo que Dios nos propone? Y lo primero que nos propone hoy  en su Palabra es que captemos sus criterios para que nos identifiquemos con ellos. Más que el trabajo, nos señala su estilo: - Un Dios, rico en misericordia, que va llamando una y otra vez sin cansarse, con constancia y paciencia.
                                         
 - Un Dios que no funciona con criterios de justicia humana, sino con criterios de amor, que se derrama más allá de toda consideración: sus medidas no son de una justicia mezquina, exacta, restringida.
     Así nos lo muestra Jesucristo, su Hijo: Su amor trasciende nuestras medidas: Perdón a los enemigos, a los pecadores, para quien los últimos son los primeros…
 Sus Palabras: “…Se os dijo: ojo por ojo, diente por diente, pero yo os digo: perdonar a vuestros enemigos…”
Sus obras: A los extranjeros, a los pecadores, a los marginados…     Jesús quiere que entendamos el modo de hacer de Dios que está por encima de una sensibilidad nacionalista, discriminatoria…Dios habla otro lenguaje; tiene corazón de Dios, no de hombre. En Él preside la gratuidad absoluta, porque es rico en misericordia.
     Así lo entendió, lo experimentó y lo vivió San Pablo: Que el amor de Dios consiste no en que nosotros le hayamos amado, sino que Él nos amó primero: “Todo de Él y por tanto, todo para Él”.
     Desde esta perspectiva consideraba San Pablo su servicio a Cristo. Pensaba que sus logros humanos eran una pérdida en comparación con el sublime conocimiento de Cristo. Creía que vivir es Cristo y morir una ganancia; por eso, a pesar de que sufría, padecía, se esforzaba por ganar el premio celestial.
     TRES CONCLUSIONES PARA NUESTRA VIDA:
1ª.- Nosotros hemos recibido una llamada que nos ha cogido el corazón y la hemos seguido. Trabajaremos tanto como podamos, todas las horas que sea necesario y no miraremos de reojo a los que no se sabe muy bien si trabajan o no, esperando cobrar más que ellos. Estaremos pendientes de nosotros mismos.
2ª.-Nosotros como viñadores, como cristianos ¿cómo consideramos nuestro servicio a Cristo? ¿Cómo carga? ¿O pensamos y vivimos que todo el tiempo que pasamos al servicio de Dios es una gran bendición?
3ª.- Y esto en un mundo donde el trabajo se enfoca como ganancia, donde el dinero es un dios, donde lo gratuito escasea
     El cristiano debe tener confianza de que servir al Señor es una gran bendición, sin importar cuando sea que empecemos. Que el Espíritu Santo que habita en nosotros eleve nuestra mente hacia el Cielo y los bienes que perduran. Busquemos al Señor mientras podamos encontrarlo y llamarlo mientras está cerca.
     Nuestro premio por seguir a Cristo será el gozo diario de experimentar sus bendiciones y su amor. Alegrémonos porque tenemos al Señor Justo y Bueno que responde a todos los que invocan su nombre y “`protege a los que le aman”
La Eucaristía es el salario para todos, ¿Quién lo merece más y mejor? En ella Dios nos desborda con su amor; y demos gratis lo que recibimos gratis. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario