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martes, 1 de agosto de 2017

Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (13,36-43):

En aquel tiempo, Jesús dejó a la gente y se fue a casa.
Los discípulos se le acercaron a decirle: «Acláranos la parábola de la cizaña en el campo.»
Él les contestó: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del reino; la cizaña son los partidarios del Maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del tiempo, y los segadores los ángeles. Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así será al fin del tiempo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y arrancarán de su reino a todos los corruptores y malvados y los arrojarán al horno encendido; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga.»

Palabra del Señor

Reflexión del Papa Francisco

Hará bien preguntarnos: ¿Yo siembro paz? Por ejemplo, con mi lengua, ¿siembro paz o siembro cizaña?¿Cuántas veces hemos oído decir de una persona: "Pero, tiene una lengua de serpiente", porque hace siempre lo que hizo la serpiente con Adán y Eva, ha destruido la paz.

Y esto es un mal, esta es una enfermedad en nuestra Iglesia: sembrar división, sembrar el odio, no sembrar la paz.

Es bueno para nosotros que cada día nos hagamos esta pregunta: "¿Hoy sembré paz o sembré cizaña?". Pero, a veces, hay que decir las cosas, porque aquél y aquella... Con esta actitud, ¿qué siembras tú?

Los cristianos, por lo tanto, están llamados a ser como Jesús, que vino a nosotros para pacificar y reconciliar.

Si una persona, durante su vida, no hace otra cosa que reconciliar y pacificar, se la puede canonizar: esa persona es santa.

Pero, debemos crecer en esto, debemos convertirnos: nunca una palabra que sea para dividir, nunca. Nunca una palabra que traiga guerra, pequeñas guerras, nunca las habladurías.

Yo pienso: ¿qué son las habladurías? Eh, nada, decir una palabrita contra otro o contar una historia: hizo esto. No. Decir habladurías es terrorismo porque el que las hace es como un terrorista que tira una bomba y se va, destruye: con la lengua destruye, no hace la paz. Pero, ¿es vivo eh? No es un terrorista suicida, no, no, él se cuida bien.

Cada vez que me viene a la boca decir algo que sea sembrar cizaña y división y hablar mal del otro... ¡morderse la lengua!

Se los aseguro, ¿eh? Que si ustedes hacen este ejercicio de morderse la lengua en lugar de sembrar cizaña, las primeras veces se les hinchará la lengua, herida, porque el diablo nos ayuda en esto porque es su trabajo, su oficio: dividir. (Homilía en Santa Marta, 9 de abril de 2015)

"La misericordia de Dios es eterna; no termina, no se agota, no se rinde ante la cerrazón y no se cansa jamás.". Papa Francisco

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