CONTACTA CON NOSOTROS

Todos los que queráis mandarnos vuestros comentarios y sugerencias podéis hacerlo a: parroquiasanpablo2011@gmail.com

domingo, 30 de julio de 2017

REFLEXIÓN DE DON MANUEL

DOMINGO XVII DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO “A”
Estos días de verano además de ser propicios para el descanso, también lo pueden ser para la aventura y la practica de deportes, ya sea en la montaña o en la playa… Pero, ¿por qué no ejercitarnos durante estos meses estivales en la aventura de encontrar a Dios en nuestra vida? Juguemos a buscarlo, porque de verdad que merece la pena intentarlo.
En la vida todo tiene un precio y elegir no es fácil. ¿Hay algo por lo que merezca dejarlo todo?¿Hay algo que valga tanto que a su lado lo demás se haga claramente prescindible?
Lo cierto es que hay cosas que valen y cosas que se disipan como el humo. ¡Qué difícil es distinguir! ¡Cuántas veces el darlo todo acaba dejándonos sin nada! Y cuantas veces el no elegir acaba dejándonos sin nada también.
Las parábolas del Evangelio nos presentan el comportamiento y la actitud de aquellos que han encontrado el Reino de Dios en sus días, han descubierto a Cristo resucitado y se han dado cuenta de que la fe no es solamente cosa del pasado. Para ellos ya nada es lo mismo, todo se torna diferente, nada volverá a ser como antes…
Sentir a Dios en su vida: un Padre que te escucha, que te guía, que te quiere, que te perdona infinitamente… produce la misma alegría que aquel que ha encontrado un tesoro en el campo, o aquel mercader que ha encontrado una perla de incalculable valor. ¡Un hallazgo incalculable! La fe, creer, sentirnos parte de este Reino, de una comunidad de creyentes, debería hacernos sentir profundamente dichosos, experimentar en carne propia lo que San Francisco de Asís un día bautizó como verdadera alegría.
No nos engañemosLo único que vale de verdad es Dios y si perdemos a Dios lo perdemos todo. Santa teresa lo decía claramente: “quien a Dios tiene nada le falta: sólo Dios basta”
San Agustín insistía: “Nos has hecho, Señor, para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti”.
Ese es el único tesoro que vale. Pero para encontrar a Dios hay que mirar atentamente, hay que dejar de lado todo los “mundos sutiles, ingrávidos y gentiles como bombas de jabón”; todos los fuegos de artificio que brillan un momento y desaparecen dejando solo la oscuridad.
El mensaje de hoy es claro: Hay que encontrar el tesoro y la perla, no podemos dejarlo para luego. Nos estamos jugando la vida.
 Pero seamos sinceros:
-¿La fe provoca este estado de ánimo y alegría en tu vida?
-¿Te sientes dichoso por la fe que profesas?
-¿Das gracias a Dios por haberlo encontrado?
-¿Los demás se contagian de esta alegría al ver tu vida?

No hay comentarios:

Publicar un comentario