CONTACTA CON NOSOTROS

Todos los que queráis mandarnos vuestros comentarios y sugerencias podéis hacerlo a: parroquiasanpablo2011@gmail.com

miércoles, 5 de julio de 2017

Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (8,28-34):

En aquel tiempo, llegó Jesús a la otra orilla, a la región de los gerasenos. Desde el cementerio, dos endemoniados salieron a su encuentro; eran tan furiosos que nadie se atrevía a transitar por aquel camino.
Y le dijeron a gritos: «¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido a atormentarnos antes de tiempo?»
Una gran piara de cerdos a distancia estaba hozando.
Los demonios le rogaron: «Si nos echas, mándanos a la piara.»
Jesús les dijo: «Id.»
Salieron y se metieron en los cerdos. Y la piara entera se abalanzó acantilado abajo y se ahogó en el agua. Los porquerizos huyeron al pueblo y lo contaron todo, incluyendo lo de los endemoniados. Entonces el pueblo entero salió a donde estaba Jesús y, al verlo, le rogaron que se marchara de su país.

Palabra del Señor
 "El sufrimiento es una llamada a la conversión: nos recuerda que somos débiles y vulnerables". Papa Francisco
Reflexión del Papa Francisco

Hay algunos sacerdotes que cuando leen este pasaje del Evangelio, este y otros, dicen: "Pero, Jesús ha sanado a una persona con una enfermedad mental". No leen esto aquí, ¿no?

Es verdad que en aquel tiempo se podía confundir una epilepsia con la posesión de demonio; pero también es cierto que existía el demonio. Y nosotros no tenemos derecho a simplificar las cosas, como diciendo: "Todos esos no estaban poseídos; eran enfermos mentales". No

La presencia del demonio está en la primera página de la Biblia y la Biblia termina también con la presencia del demonio, con la victoria de Dios sobre el demonio. Por esta razón no debemos ser ingenuos.

El Señor nos da algunos criterios para discernir la presencia del mal y para seguir el camino cristiano cuando hay tentaciones.

Uno de los criterios es no seguir la victoria de Jesús sobre el mal sólo a medias. O estás conmigo - dice el Señor - o estás contra mí.

Jesús ha venido para destruir al demonio, a liberarnos de la esclavitud del demonio sobre nosotros. Y, no se puede decir que así exageramos.

En este tema no hay matices. Es una lucha donde se juega la salud, la salud eterna, la salvación eterna de todos nosotros.

Luego está el criterio de la vigilancia. Siempre debemos vigilar, vigilar contra el engaño, contra la seducción del maligno.

Podemos hacernos la pregunta: "¿vigilo sobre mí, sobre mi corazón, sobre mis sentimientos, sobre mis pensamientos? ¿Custodio el tesoro de la gracia? ¿Custodio la presencia del Espíritu Santo en mí? ¿O dejo las cosas así, seguro, creyendo que todo está bien?"

Si tú no te custodias, viene aquel que es más fuerte que tú. Pero si llega uno más fuerte que él y lo vence, le quita las armas en las que confiaba y reparte el botín. La vigilancia

Pero, tres criterios, eh. No hay que confundir la verdad. Jesús lucha contra el demonio: primer criterio.

Segundo criterio: quien no está con Jesús, está en contra de Jesús. No hay posiciones a medias.

Tercer criterio: la vigilancia sobre nuestro corazón, porque el demonio es astuto. Jamás ha sido expulsado para siempre. Sólo el último día lo será. (Homilía en Santa Marta, 11 de octubre de 2013)

No hay comentarios:

Publicar un comentario