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sábado, 8 de julio de 2017

 Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (9,14-17):

En aquel tiempo, se acercaron los discípulos de Juan a Jesús, preguntándole: «¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?»
Jesús les dijo: «¿Es que pueden guardar luto los invitados a la boda, mientras el novio está con ellos? Llegará un día en que se lleven al novio, y entonces ayunarán. Nadie echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto y deja un roto peor. Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos, porque revientan los odres; se derrama el vino, y los odres se estropean; el vino nuevo se echa en odres nuevos, y así las dos cosas se conservan.»

Palabra del Señor
Reflexión del Papa Francisco

Jesús dice: "El vino nuevo debe echarse en odres nuevos". Por lo tanto, "a vino nuevo, odres nuevos". Aquí está la novedad del Evangelio. Por lo demás, ¿qué nos trae el Evangelio? Alegría y novedad.

Los doctores de la Ley estaban encerrados en sus preceptos, en sus prescripciones. Hasta tal punto que san Pablo, hablando de ellos, nos dice que antes que llegara la fe, es decir, Jesús, todos nosotros estábamos custodiados como prisioneros bajo la ley.

Pero esta ley no era mala: "custodiados pero prisioneros, en espera de que llegara la fe". Precisamente, la fe que se revelaría en Jesús mismo.

El pueblo tenía la ley que le había dado Moisés. Y también costumbres y pequeñas leyes que habían codificado los doctores, los teólogos.

Por eso la Ley los custodiaba, pero como prisioneros. Y ellos estaban a la espera de la libertad, de la libertad definitiva que Dios daría a su pueblo con su Hijo.

También san Pablo nos dice que cuando llegó la plenitud de los tiempos, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar.

Y la novedad del Evangelio es esta: es para rescatar de la Ley. Algunos de ustedes puede decirme: "pero padre, ¿los cristianos no tienen ley?" Sí, Jesús dijo: no vengo a abolir la Ley, sino a darle plenitud.

Y la plenitud de la Ley, por ejemplo, son las bienaventuranzas, la ley del amor, el amor total, como Él, Jesús, nos amó.

[...] "A vino nuevo, odres nuevos". Por eso la Iglesia nos pide a todos nosotros algunos cambios. Nos pide que dejemos de lado las estructuras anticuadas: ¡no sirven! Y que tomemos odres nuevos, los del Evangelio.

No se puede comprender, por ejemplo, la mentalidad de estos doctores de la Ley, de estos teólogos fariseos, con el espíritu del Evangelio. Son cosas diversas.

En efecto, el estilo del Evangelio es un estilo diverso, que da plenitud a la ley, pero de un modo nuevo: es el vino nuevo en odres nuevos.

A la pregunta de esos fariseos y escribas, Jesús responde:

"No podemos ayunar como ustedes mientras estamos de fiesta. Días vendrán en que les será arrebatado el esposo".

Y al decir esto, pensaba en su Pasión, pensaba en el tiempo de la pasión de tantos cristianos, incluso de nuestras pasiones, en las que estará la cruz. (Homilía en Santa Marta, 05 de septiembre de 2014)

"La cultura del descarte produce muchos frutos amargos, como el desperdicio de alimentos y el aislamiento de muchos ancianos". Papa Francisco

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