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martes, 28 de febrero de 2017

Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (10,28-31):

EN aquel tiempo, Pedro se puso a decir a Jesús:
«Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido».
Jesús dijo:
«En verdad os digo que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, que no reciba ahora, en este tiempo, cien veces más —casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones— y en la edad futura, vida eterna. Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos primeros».

Palabra del Señor

 Reflexión del Papa Francisco

Pedro le pregunta: «Está bien, ¿y nosotros? Nosotros hemos dejado todo por Ti. ¿Cuál será el salario? ¿Cómo será el premio?».

La respuesta de Jesús, tal vez, es un poco irónica: pero sí, «también tú y todos vosotros que habéis dejado casa, hermanos, hermanas, madre, hijo, campos, tendréis el ciento por uno de esto». Sin embargo, les advierte queAldarian afrontar la persecución, descrita como el salario o mejor la paga del discípulo.

A quien le sigue, Jesús asegura la pertenencia a la familia de los cristianos y recuerda que somos todos hermanos. Pero advierte también que habrá persecuciones, dificultades. Vuelve sobre el mismo tema: quien me sigue, debe seguir el mismo camino que hice yo. Un camino que conduce a abajarse y que termina en la cruz.

Siempre habrá dificultades que vienen del mundo y las persecuciones, porque Él siguió este camino primero.

Cuando un cristiano no tiene dificultades en la vida y todo va bien, todo es bello, algo no funciona. Da que pensar que haya cedido a la tentación de seguir el espíritu del mundo antes que a Jesús.

Seguir a Jesús significa seguirle hasta las últimas consecuencias. El seguimiento de Cristo no puede permanecer sólo en una expresión cultural. Mucho menos puede ser un modo para adquirir más poder.

Algunos sacerdotes, algunos obispos, no son muchos, pero algunos piensan que seguir a Jesús es hacer carrera. Pero muchos cristianos, tentados por el espíritu del mundo, piensan que seguir a Jesús es una cosa buena porque «así se puede hacer carrera, se puede ir más allá. Sin embargo ese no es el espíritu. Es más bien la actitud de Pedro, que pregunta: «Y nosotros, ¿qué carrera hacemos?». La respuesta de Jesús, en cambio, es: «Sí, te daré todo, con la persecución».

No es posible quitar la cruz del camino de Jesús, está siempre. Ciertamente el cristiano no debe provocarse el mal. «No es eso».

El cristiano sigue a Jesús por amor, y cuando se sigue a Jesús con amor, la envidia del diablo hace muchas cosas. El espíritu del mundo no tolera esto, no tolera el testimonio.

De aquí la invitación a pensar en la respuesta de Jesús: «Nadie que haya dejado casa o hermanos, hermanas o madre o padre o hijos o campos por causa mía o por causa del Evangelio, que no reciba ya ahora, en este mundo, cien veces más, en casas, hermanos... junto a las persecuciones. No lo olvidemos.

Seguir a Jesús con amor paso a paso: éste es el seguimiento de Cristo. Pero el espíritu del mundo seguirá sin tolerarlo y hará sufrir a los cristianos. Se trata, sin embargo, de un sufrimiento como el que soportó Jesús.

Pidamos esta gracia: seguir a Jesús por el camino que Él nos mostró, que Él nos enseñó. Esto es hermoso: Él no nos deja nunca solos, nunca. Está siempre con nosotros.(Homilía en Santa Marta, 29 de mayo de 2013)

Aprendamos a decir “gracias” a Dios, a los demás. Lo enseñamos a los niños, pero luego lo olvidamos". Papa Francisco

lunes, 27 de febrero de 2017


 Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (10,17-27):

EN aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló ante él y le preguntó:
«Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?».
Jesús le contestó:
«Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre».
Él replicó:
«Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud».
Jesús se quedó mirándolo, lo amó y le dijo:
«Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dáselo a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego ven y sígueme».
A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó triste porque era muy rico.
Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos:
«¿Qué difícil les será entrar en el reino de Dios a los que tienen riquezas!».
Los discípulos quedaron sorprendidos de estas palabras. Pero Jesús añadió:
«Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios».
Ellos se espantaron y comentaban:
«Entonces, ¿quién puede salvarse?».
Jesús se les quedó mirando y les dijo:
«Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo».

Palabra del Señor

Reflexión del Papa Francisco

Cada uno de nosotros tiene sus riquezas, todos. Hay siempre una riqueza que nos impide ir hacia Jesús. Y esta se busca. Todos debemos hacer un examen de conciencia sobre cuáles son nuestras riquezas, porque nos impiden acercarnos a Jesús en el camino de la vida.

En primer lugar la cultura del bienestar, que nos hace apocados, nos hace vagos, nos hace egoístas. El bienestar nos anestesia, es una anestesia.

«No, no, más de un hijo no, porque no podemos irnos de vacaciones, no podemos ir allí, no podemos comprarnos una casa». Está bien seguir al Señor, pero hasta un cierto punto. Esto es lo que nos hace el bienestar.

Todos sabemos bien como es el bienestar, pero esto nos hace arrastrarnos, nos despoja de la valentía, del coraje de ir cerca de Jesús. Esta es la primera riqueza de nuestra cultura de hoy, la cultura del bienestar.

Otra riqueza de nuestra cultura, una riqueza que nos impide ir hacia Jesús es la fascinación de lo pasajero. Nosotros estamos enamorados de lo pasajero. Las propuestas definitivas que nos hace Jesús no nos gustan. Lo pasajero nos gusta, porque tenemos miedo del tiempo de Dios  que es definitivo.

Él es el Señor del tiempo, nosotros somos los señores del momento, ¿por qué? Porque en el momentos somos señores: hasta ahora sigo al Señor, después veremos… Escuché decir a uno que quería convertirse en sacerdote, pero sólo para diez años…

¡Cuántas parejas, cuántas parejas se casan, sin decirlo, pero con el corazón, el pensamiento: «hasta que el amor dure… ¡luego veremos!» La fascinación de lo pasajero: esta es una riqueza.

Debemos convertirnos en señores del tiempo, reducimos el tiempo a un momento. Estas dos riquezas son las que en este momento nos impiden avanzar.

Pidamos al Señor que nos dé el coraje de seguir adelante, despojándonos de esta cultura del bienestar, con la esperanza –al final del camino, donde Él nos espera- en el tiempo. No con la pequeña esperanza del momento que no sirve de nada. Así sea.(Homilía en Santa Marta, 27 de mayo de 2013)

"El amor cristiano es un amor sin cálculos. Ésta es la lección del Buen Samaritano; ésta es la lección de Jesús". Papa Francisco

domingo, 26 de febrero de 2017

 Reflexión del Papa Francisco

Dios no se olvida de nosotros, de ninguno de nosotros, ¿eh? De ninguno de nosotros, nos recuerda con nombre y apellido. Nos ama y no se olvida. Que hermoso es pensar en esto.

"Miren los pájaros del cielo –dice Jesús- ellos no siembran ni cosechan, ni acumulan en graneros, y sin embargo, el Padre que está en el cielo los alimenta.… Miren los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer. Yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos." (Mt 6,26.28-29).

Pero pensando en tantas personas que viven en condiciones de precariedad, o incluso en la miseria que ofende su dignidad, estas palabras de Jesús podrían parecer abstractas, si no ilusorias.

¡En realidad son más que nunca actuales! Nos recuerdan que no se puede servir a dos patrones: Dios y la riqueza. Mientras cada uno busque acumular para sí, jamás habrá justicia.

Debemos escuchar bien esto, ¿eh? Mientras cada uno busque acumular para sí, jamás habrá justicia. SiAldarhoio, confiando en la providencia de Dios, buscamos juntos su Reino, entonces a nadie faltará lo necesario para vivir dignamente.

Un corazón ocupado por la furia de poseer es un corazón lleno de esta furia de poseer, pero vacío de Dios. Por eso Jesús ha advertido varias veces a los ricos, porque en ellos es fuerte el riesgo de colocar la propia seguridad en los bienes de este mundo, y la seguridad, la seguridad definitiva, está en Dios.

En un corazón poseído por las riquezas, no hay más espacio para la fe. Todo está ocupado por las riquezas, no hay lugar para la fe.

Si en cambio se deja a Dios el lugar que le espera, o sea el primer lugar, entonces su amor conduce a compartir también las riquezas, a ponerlas al servicio de proyectos de solidaridad y de desarrollo, como demuestran tantos ejemplos, también recientes, en la historia de la Iglesia.

Y asi, la Providencia de Dios pasa a través de nuestro servicio a los demás, nuestro compartir con los demás. Si cada uno de nosotros no acumula riquezas solamente para sí sino que las pone al servicio de los demás, en este caso la Providencia de Dios se hace visible como un gesto de solidaridad.

Si en cambio alguien acumula solo para sí, ¿qué le pasará cuando será llamado por Dios? No podrá llevarse las riquezas consigo porque -sepan- la mortaja ¡no tiene bolsillos!

Es mejor compartir, porque solamente llevamos al cielo aquello que hemos compartido con los demás. (Reflexión antes del rezo del Ángelus, 02 de marzo de 2014)


Lectura del santo evangelio según san Mateo (6,24-34):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Nadie puede servir a dos señores. Porque despreciará a uno y amará al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.
Por eso os digo: no estéis agobiados por vuestra vida pensando qué vais a comer, ni por vuestro cuerpo pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad los pájaros del cielo: no siembran ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos?
¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida?
¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos. Pues si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se arroja al horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gante de poca fe? No andéis agobiados pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir. Los paganos se afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso.
Buscad sobre todo el reino de Dios y su justicia; y todo esto se os dará por añadidura. Por tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le basta su desgracia».

Palabra del Señor

"Donde haya odio y oscuridad, pongamos un poco de amor y de esperanza, para darle un rostro más humano a la sociedad". (Papa Francisco)
PRESENTADO EL CARTEL DE LA FIESTA DE LA ESPIGA EL 1 DE JULIO EN PORCUNA

REFLEXIÓN DE DON MANUEL

DOMINGO VIII DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO”A”
 
         “Confiar incondicionalmente en Dios”. He aquí otra “revelación”, enseñanza importantísima de nuestro Maestro Jesús, como la del Domingo pasado “Vosotros amad a vuestros enemigos”. Y es que los cristianos tenemos la experiencia de que Dios no nos olvida, no abandona jamás a sus hijos: “¿Es que puede una madre olvidarse de su criatura, no conmoverse por el hijo de sus entrañas? Pues aunque ella se olvide, yo no te olvidaré”, afirma Isaías.
         Tampoco nosotros debemos olvidarnos de Él ni del progreso del mundo,“rechazando la tentación de una espiritualidad oculta e individualista que poco tiene que ver con las exigencias de la caridad, con la lógica de la Encarnación”, como nos decía  San Juan Pablo II.
        
           De ahí que el Evangelio de hoy, confiar plenamente en Dios, no nos aparta de la construcción del mundo, ni de ocuparnos del bien de nuestros semejantes. El cristiano comprometido en el progreso técnico, social y político ha de velar por el desarrollo de la dignidad de todos los seres humanos, pero confiando su vida y su trabajo plenamente en Dios.
         Por eso, tanto la mesa de la Palabra, como la mesa de la Eucaristía de este Domingo  dan sentido a nuestras actividades cotidianas, con el fin de que no nos quedemos en mero activismo, y vayamos a lo verdaderamente importante, escogiendo bien el amo de nuestra existencia.
          “Que la gente sólo vea en vosotros servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios”, nos dice San Pablo la segunda lectura.
           Y en el Evangelio“Dijo Jesús a sus discípulos: nadie puede estar al servicio de dos amos. Porque despreciará a uno y querrá al otro... No podéis servir a Dios y al dinero”.
             El Maestro nos urge, pues, a caminar sirviendo a Dios que nos ama como el mejor Padre y la mejor Madre, pero quiere que decidamos con plena libertad.
 
          Por desgracia el corazón de muchos hombres gira alrededor del dinero, y no de Dios. Es preciso subrayar que el dinero no es malo. El dinero hace malo al hombre cuando el hombre lo adora, lo convierte en un ídolo y sacrifica su vida y la de los demás para acumular más y más riquezas materiales.
         “Por eso os digo: no estéis agobiados por la vida pensando qué vais a comer, ni por el cuerpo pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido?”. Dios nos dará lo que necesitemos.
         “Buscad el Reino de Dios y su justicia y lo demás se os dará por añadidura”; esta es la orientación que desea Jesús para nuestra vida de cada día, nuestra principal preocupación. La justicia de Dios es una justicia de padre. Jesús es la justicia de Dios, y quiere que seamos  dóciles a los planes de Dios en todos nuestros actos, orientando bien la vida lejos del egoísmo y la avaricia.
         Confianza absoluta en Dios y abandono en Dios: “Ya sabe vuestro Padre del cielo que tenéis necesidad de todo eso”.Santa  Teresa de Jesús nos trasmite su experiencia: “Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza. Quien a Dios tiene  nada le falta, sólo Dios basta”.
            Así lo han vivido y viven los misioneros que salieron de nuestra tierra para evangelizar América. De este continente ha venido el Papa Francisco, que nos invita a llevar a los demás la alegría del Evangelio. De ahí el lema del Día de Hispanoamérica que celebraremos el Domingo próximo: “Vayan sin miedo para servir".
            Que esta Jornada sirva para dar gracias a Dios por la generosidad de nuestros misioneros y por su entrega al servicio del reino de Dios; y para pedir que Dios suscite en todas las diócesis españolas, en comunidades religiosas y en movimientos eclesiales, nuevas y  muchas más vocaciones misioneras…

sábado, 25 de febrero de 2017


 Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (10,13-16):

EN aquel tiempo, le acercaban a Jesús niños para que los tocara, pero los discípulos los regañaban.
Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo:
«Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis, pues de los que son como ellos es el reino de Dios. En verdad os digo que quien no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él».
Y tomándolos en brazos los bendecía imponiéndoles las manos.

Palabra del Señor
Reflexión del Papa Francisco

Los niños nos recuerdan a todos que, en los primeros años de la vida, hemos sido totalmente dependientes de los cuidados y de la bondad de los otros. Y el Hijo de Dios no se ha ahorrado este paso...

[...] Es curioso, Dios no tiene dificultad a hacerse entender por los niños, y los niños no tienen problemas para entender a Dios.  No por casualidad en el Evangelio hay algunas palabras muy bonitas y fuerte de Jesús sobre los “pequeños”.

Este término, “pequeños”, indica a todas las personas que dependen de la ayuda de los otros, y en particular a los niños. Por ejemplo Jesús dice:

"Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños".

Y también dice:

"Cuídense de despreciar a cualquiera de estos pequeños, porque les aseguro que sus ángeles en el cielo están constantemente en presencia de mi Padre celestial".

Por tanto, los niños son en sí mismos un riqueza para la humanidad y para la Iglesia, porque nos llaman constantemente a la condición necesaria para entrar en el Reino de Dios: la de no considerarse autosuficientes, sino necesitados de ayuda, de amor, de perdón. Y todos estamos necesitados de ayuda, amor y perdón. Todos.

Los niños nos recuerdan otra cosa bonita, nos recuerdan que siempre somos hijos: también si uno se convierte en adulto, o anciano, también si se convierte en padre, se ocupa un puesta de responsabilidad, por encima de todo esto permanece la identidad de hijo. ¡Todos somos hijos! Y esto nos lleva siempre al hecho de que la vida no nos la hemos dado solos, sino que la hemos recibido.

[...] Pero hay muchos dones, muchas riquezas que los niños llevan a la humanidad. Recuerdo solo algunos. Llevan su modo de ver la realidad, con una mirada confiada y pura.

El niño tienen una espontánea confianza en el papá y en la mamá, y tiene un confianza espontánea en Dios, en Jesús, en la Virgen.

Al mismo tiempo, su mirada interior es pura, aún sin contaminar por la maldad, la duplicidad, lo que ensucia la vida que endurece el corazón. Sabemos que también los niños tienen el pecado original, que tienen sus egoísmos, pero conservan una pureza, una sencillez interior.

[...] Los niños, además en su sencillez interior, llevan consigo la capacidad de recibir y dar ternura. Ternura es tener un corazón “de carne” y no “de piedra” como dice la Biblia...

Por todos estos motivos Jesús invita a sus discípulos a hacerse como niños porque “a quien es como ellos pertenece el Reino de Dios”. (Catequesis, Audiencia General, 18  de mayo de 2015)
"El reto de los esposos cristianos: estar juntos, aprender a amarse para siempre y buscar el modo de que el amor crezca". Papa Francisco

viernes, 24 de febrero de 2017

PRESENTACIÓN DEL PROGRAMA DE SEMANA SANTA 2017



Magnifica presentacion del programa oficial de la Semana Santa EGO SUM, por parte de Carmen Puche, vocal de formacion de la Agrupación Arciprestal de Cofradias.
Siendo la portada una instantánea del rostro de la Virgen Fervorosa, fotografía de José Delgado, ganadora del concurso Portada Programa de Semana Santa 2017.
El acto finalizo con un emotivo concierto de Francisco Lázaro al piano y Maria José Pérez al saxo de marchas de Semana Santa.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (10,1-12):

EN aquel tiempo, Jesús se marchó a Judea y a Transjordania; otra vez se le fue reuniendo gente por el camino y según su costumbre les enseñaba.
Acercándose unos fariseos, le preguntaban para ponerlo a prueba:
«¿Le es lícito al hombre repudiar a su mujer?».
Él les replicó:
«¿Qué os ha mandado Moisés?».
Contestaron:
«Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla».
Jesús les dijo:
«Por la dureza de vuestro corazón dejó escrito Moisés este precepto. Pero al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.
De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre».
En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo.
Él les dijo:
«Si uno repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera, Y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio».

Palabra del Señor
Reflexión del Papa Francisco

Hoy quisiera detener nuestra atención sobre otra realidad: cómo cuidar a aquellos que, después del irreversible fracaso de su vínculo matrimonial, han comenzado una nueva unión.

La Iglesia sabe bien que una situación tal contradice el Sacramento cristiano... Si luego miramos también estos nuevos lazos con los ojos de los hijos pequeños, los pequeños miran, los niños, vemos aún más la urgencia de desarrollar en nuestras comunidades una acogida real hacia las personas que viven tales situaciones.

Por esto, es importante que el estilo de la comunidad, su lenguaje, sus actitudes, estén siempre atentos a las personas, a partir de los pequeños. Ellos son quienes más sufren estas situaciones.

Después de todo, ¿cómo podríamos aconsejar a estos padres hacer de todo para educar a los hijos a la vida cristiana, dando ellos el ejemplo de una fe convencida y practicada, si los tenemos alejados de la vida de la comunidad como si fueran excomulgados?

No se deben agregar otros pesos a aquellos que ya los hijos, en estas situaciones, ¡ya deben cargar!... Es importante que ellos sientan a la Iglesia como madre atenta a todos, dispuesta siempre a la escucha y al encuentro.

[...] Las personas que han establecido una nueva convivencia no son de hecho excomulgadas, no están excomulgados, y no deben ser absolutamente tratadas como tales: ellas forman parte siempre de la Iglesia.

De ahí la reiterada invitación de los Pastores a manifestar abiertamente y coherentemente la disponibilidad de la comunidad a acogerlos y a animarlos, para que vivan y desarrollen cada vez más su pertenencia a Cristo, y a la Iglesia: con la oración, con la escucha de la Palabra de Dios, con la frecuencia a la liturgia, con la educación cristiana de los hijos, con la caridad y el servicio a los pobres, con el compromiso por la justicia y la paz.

La Iglesia está llamada a ser siempre la casa abierta del Padre […] Ninguna puerta cerrada. Todos pueden participar de alguna manera en la vida eclesial, todos pueden integrar la comunidad. La Iglesia […] es la casa paterna donde hay lugar para cada uno con su vida a cuestas

[...] Las familias cristianas pueden colaborar con Jesús cuidando a las familias heridas, acompañándolas en la vida de fe de la comunidad".(Catequesis Audiencia General, 05 de agosto de 2015)

"Es importante tener amigos en quien poder confiar. Pero es esencial tener confianza en el Señor, que nunca falla". Papa Francisco

jueves, 23 de febrero de 2017

Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (9,41-50):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«El que os dé a beber un vaso de agua porque sois de Cristo, en verdad os digo que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te induce a pecar, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manosa la ugehennan al fuego que no se apaga.
Y, si tu pie te induce a pecar, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies a la “gehenna”.
Y, si tu ojo te induce a pecar, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser echado con los dos ojos a la “gehenna”, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.
Todos serán salados a fuego. Buena es la sal; pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salaréis? Tened sal entre vosotros y vivid en paz unos con otros».

Palabra del Señor

Reflexión del Papa Francisco

El cristiano incoherente hace mucho mal, y la imagen fuerte usada por Jesús es muy elocuente. Por lo tanto, la vida del cristiano está en la senda de la coherencia, pero también tiene que vérselas con la tentación de no ser coherente y de dar tanto escándalo. Y el escándalo mata.

Las consecuencias, además, saltan a la vista de todos. Todos los cristianos han oído decir: "Yo creo en Dios, pero no en la Iglesia, porque ustedes cristianos dicen una cosa y hacen otra".

Son palabras que todos hemos escuchado: "yo creo en Dios, pero no en ustedes". Y esto sucede precisamente por la incoherencia de los cristianos

[...] Para vivir con coherencia cristiana es necesaria la oración, porque la coherencia cristiana es un don de Dios. Es un don que debemos esforzarnos por pedir, diciendo:

"Señor, que yo sea coherente. Señor, que no escandalice nunca. Que sea una persona que piense como cristiano, que sienta como cristiano, que actúe como cristiano".

Y ésta es la oración de hoy para todos nosotros: tenemos necesidad de coherencia.

Obrar más y menos palabras

Significativo fue el ejemplo práctico que sugirió: "Si te encuentras ante un ateo que te dice que no cree en Dios, puedes leerle toda una biblioteca donde se dice que Dios existe, y aunque se pruebe que Dios existe, él no tendrá fe".

Pero, si delante de este ateo das testimonio de coherencia y de vida cristiana, algo comenzará a trabajar en su corazón. Y será precisamente tu testimonio el que le creará la inquietud sobre la cual trabajará el Espíritu Santo.

Todos nosotros, toda la Iglesia, debemos pedir al Señor la gracia de ser coherentes, reconociéndonos pecadores, débiles, incoherentes, pero siempre dispuestos a pedir perdón a Dios.

En efecto, todos nosotros tenemos la capacidad de pedir perdón, y Dios jamás se cansa de perdonar. Por lo tanto, es importante tener la humildad de pedir perdón cuando no hemos sido coherentes.

En el fondo, se trata de ir adelante en la vida con coherencia cristiana, dando testimonio de que creemos en Jesucristo y sabiendo que somos pecadores.

Pero con la valentía de pedir perdón cuando nos equivocamos y teniendo mucho miedo de escandalizar... (Homilía en Santa Marta, 27 de febrero de 2014)
"Recemos por los cristianos que son perseguidos, para que sepan vencer el mal con el bien". Papa Francisco

miércoles, 22 de febrero de 2017




 Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (16,13-19):

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?»
Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.»
Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»
Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.»
Jesús le respondió: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.»

Palabra del Señor

Reflexión del Papa Francisco

Jesús llama «bienaventurado» a Simón por su fe, reconociendo en ella un don, un doAldariial del Padre, y le dice: «Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia».

Jesús atribuye a Simón este nuevo nombre: "Pedro", que en la lengua de Jesús suena "Cefas", una palabra que significa "piedra".

En la Biblia este nombre, "piedra", está referido a Dios. Jesús lo atribuye a Simón, no por sus cualidades o sus méritos humanos, sino por su fe genuina y firme, que le viene de lo alto.

Jesús siente en su corazón una gran alegría, porque reconoce en Simón la mano del Padre, la acción del Espíritu Santo. Reconoce que Dios Padre ha dado a Simón una fe fiable, sobre la cual Él, Jesús, podrá edificar su Iglesia, es decir su comunidad. Es decir, todos nosotros. Todos nosotros.

Jesús tiene el propósito de dar vida a su Iglesia, un pueblo fundado ya no en su descendencia, sino en la fe, es decir, en la relación con Él mismo, una relación de amor y de confianza...

Hermanos y hermanas, lo que sucedió de modo único en San Pedro, sucede también en cada cristiano que madura una fe sincera en Jesús, el Cristo, el Hijo del Dios vivo. Esta Palabra de Dios interpela a cada uno de nosotros. ¿Cómo va tu fe?

Cada uno responda en su corazón, eh. ¿Cómo va tu fe? ¿Cómo es? ¿Qué encuentra el Señor en nuestros corazones? ¿Un corazón firme como la piedra o un corazón arenoso, es decir, dudoso, difidente, incrédulo?

Si el Señor encuentra en nuestro corazón, una fe, no digo perfecta, pero sincera, genuina, entonces Él ve también en nosotros piedras vivas con las cuales construir su comunidad.

Oremos a Dios Padre, para que nos dé la respuesta y por intercesión de la Virgen María; pidámosle que nos dé la gracia de responder, con corazón sincero: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo».Ésta es una confesión de fe. Éste es precisamente el Credo.

Pero podemos repetirlo tres veces todos juntos: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo». Todos juntos: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo». «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo». «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo». (Homilía en Santa Marta, 24 de agosto de 2014)

"No nos limitemos a decir que somos cristianos. Debemos vivir la fe, no sólo con las palabras, sino también con obras". (Papa Francisco)

martes, 21 de febrero de 2017

“ESCUCHA LA VOZ DE DIOS”
Retiro de Cuaresma para Jóvenes
El Centenillo, 3 al 5 de marzo de 2017

Porque no solo de pan vive el hombre. Acalla los ruidos. Abre tu oído. Dispón tu corazón. Déjate alimentar por la palabra.

En un mundo de tantos ruidos, te invitamos a que abras tu corazón y todos tus sentidos a la voz de Dios. ¡Porque solo él conoce lo que hay en tu corazón, y lo que necesitas para ser verdaderamente feliz!

El Papa Francisco, en la carta Misericordia et misera nos indica que ahora, “es tiempo de mirar hacia delante y de comprender cómo vivir con fidelidad, alegría y entusiasmo la riqueza de la misericordia divina” (n. 5). En este fin de semana de retiro podrás podrás vivir con otros jóvenes de nuestra diócesis, el inmenso gozo de saber que Dios te ama y te espera, ¡siempre!

Detalles del Retiro:

– Tendrá lugar los días 3, 4 y 5 de marzo en El Centenillo.
– El coste de todo el fin de semana es de 30 €, comidas incluidas.
– Saldremos en autobús hacia El Centenillo el viernes día 3, a las 18:30, de la puerta de El Corte Inglés, en Jaén.
– Edad mínima: 16 años

ES PRECISO INSCRIBIRSE* EN ESTA ACTIVIDAD PARA PODER PARTICIPAR
EN ELLA. Puedes hacerlo desde el siguiente enlace: espacioseguro.com/jmjjaen/index.php

El pago ha de hacerse por transferencia de los 30 € en la siguiente cuenta:
IBAN: ES62 3067 0100 2422 1501 2721 (Caja Rural), poniendo en concepto: Retiro, tu nombre y tu teléfono para que podamos llamarte.

Una vez realizado el ingreso, envia fotocopia del resguardo a: delejujaen@gmail.com (puede ser simplemente una foto con el móvil)

Fecha máxima de inscripción: miércoles 1 de marzo.

¡TE ESPERAMOS!

 Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (9,30-37):

EN aquel tiempo, Jesús y sus discípulos atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos.
Les decía:
«El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres y lo matarán; y después de muerto, a los tres días resucitará».
Pero no entendían lo que decía, y les daba miedo preguntarle. Llegaron a Cafarnaún, y una vez en casa, les preguntó:
«¿De qué discutíais por el camino?».
Ellos callaban, pues por el camino habían discutido quién era el más importante.
Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo:
«Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos».
Y tomando un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo:
«El que acoge a un niño como este en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado».

Palabra del Señor
Reflexión del Papa Francisco

Las divisiones entre los cristianos hieren a la Iglesia y a Cristo. Jesús deseaba que sus discípulos estuvieran unidos en su amor.

Ya en ese tiempo, esa unidad peligraba y Jesús exhortó a sus discípulos a hablar con unanimidad para que no hubiera divisiones entre ellos y estuvieran en perfecta unión en el pensamiento y el sentimiento.

El demonio, durante toda la historia, ha tentado a la Iglesia intentando dividirla y de cómo por desgracia, la Iglesia ha estado marcada por graves y dolorosas divisiones que a veces han durado mucho tiempo, llegando hasta nuestros días, por lo que resulta difícil reconstruir todas las motivaciones y sobre todo encontrar posibles soluciones.

Detrás de todas estas heridas se encuentran siempre la soberbia y el egoísmo que son la causa del desacuerdo y nos hacen intolerantes e incapaces de escuchar y de aceptar a quienes tienen una visión o una posición diferente a la nuestra.

Ante todo esto ¿hay algo que cada uno de nosotros como miembros de la Santa Madre Iglesia podamos y debamos hacer? Sin duda no debe faltar la oración...

Y junto a la oración, el Señor nos pide una renovada apertura: nos pide que no nos cerremos al diálogo y al encuentro; es más, que acojamos todo lo válido y positivo que nos ofrecen incluso aquellos que no piensan como nosotros... Nos pide que no nos centremos en lo que nos divide sino en lo que nos une...

[...] Todos caminamos juntos, estamos en camino, ¡ayudémonos los unos a los otros!... Recibamos la comunión en el camino. Esto se llama ecumenismo espiritual: recorrer el camino de la vida todos juntos en nuestra fe, en Jesucristo el Señor´´. (Reflexión antes del rezo del ángelus, 14 de julio de 2014)
"¿Cómo ser felices en el matrimonio? Unidos en el Señor, que hace siempre nuevo el amor y más fuerte que ninguna dificultad". Papa Francisco

lunes, 20 de febrero de 2017


Comunicado Agrupación de Cofradías.

Una vez presentadas las distintas propuestas de Medalla de Oro, a la Comisión Permanente de la Agrupación de Cofradías de Baeza, ésta ha considerado otorgar tal reconocimiento por su incansable labor y entrega a nuestra Semana Santa y Cofradías a DON FERNANDO LUCENA PARRILLA.

Fernando fue Presidente de la Agrupación de Cofradías en el año 1993, realizando en ese mismo año uno de los acontecimientos más importantes del mundo cofrade baezano, como fue la exposición de dolorosas en la Capilla de San Juan Evangelista.

Desde el año 1994 hasta 1996, fue Vocal de Asuntos Económicos de la Agrupación de Cofradías, durante la presidencia de Doña Victoria Bonilla.

Volvió a ser Presidente de la Agrupación de Cofradías, desde los años 1997 a 1999, realizando estos años una revolución para la Semana Santa, como fue la creación del acto de la Presentación del Cartel de Semana Santa, o la realización de la Carrera Oficial, y engalanamiento de balcones de la misma. Finalizando su último año como Presidente de la Agrupación de Cofradías, con la retransmisión de la Semana Santa en Televisión Española.

Desde los años 2005 a 2010, ha sido Hermano Mayor de la Cofradía de la Santa Vera Cruz, ostentando en el año 2012 la Cruz de Oro de dicha Hermandad. Actualmente es Vice Hermano Mayor de la misma.

Es hermano de las Cofradías del Santo Entierro, Fervorosa, Vera Cruz, Virgen del Alcázar, Virgen del Rosel, Descendimiento, Virgen del Rocío, San Isidro Labrador y hermano fundador de la Cofradía de las Escuelas, y miembro de la Tertulia Cofrade “El Capirote”

Desde la Agrupación de Cofradías felicitamos a D. Fernando por tal reconocimiento.
 Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (9,14-29):

EN aquel tiempo, Jesús y los tres discípulos bajaron del monte y volvieron a donde estaban los demás discípulos, vieron mucha gente alrededor y a unos escribas discutiendo con ellos.
Al ver a Jesús, la gente se sorprendió y corrió a saludarlo. El les preguntó:
«¡De qué discutís?».
Uno de la gente le contestó:
«Maestro, te he traído a mi hijo; tiene un espíritu que no lo deja hablar; y cuando lo agarra, lo tira al suelo, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda rígido. He pedido a tus discípulos que lo echen y no han sido capaces».
Él, tomando la palabra, les dice:
«Generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo».
Se lo llevaron.
El espíritu, en cuanto vio a Jesús, retorció al niño; este cayó por tierra y se revolcaba echando espumarajos.
Jesús preguntó al padre:
«Cuánto tiempo hace que le pasa esto?».
Contestó él:
«Desde pequeño. Y muchas veces hasta lo ha echado al fuego y al agua para acabar con él. Si algo puedes, ten compasión de nosotros y ayúdanos».
Jesús replicó:
«Si puedo? Todo es posible al que tiene fe».
Entonces el padre del muchacho se puso a gritar:
«Creo, pero ayuda mi falta de fe».
Jesús, al ver que acudía gente, increpó al espíritu inmundo, diciendo:
«Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: sal de él y no vuelvas a entrar en él».
Gritando y sacudiéndolo violentamente, salió.
El niño se quedó como un cadáver, de modo que muchos decían que estaba muerto.
Pero Jesús lo levantó cogiéndolo de la mano y el niño se puso en pie.
Al entrar en casa, sus discípulos le preguntaron a solas:
«Por qué no pudimos echarlo nosotros?».
El les respondió:
«Esta especie solo puede salir con oración».

Palabra del Señor

Reflexión del Papa Francisco:

La liturgia del día nos propone el pasaje del Evangelio en el que los discípulos no logran sanar a un muchacho; el mismo Jesús debe intervenir, lamentando la incredulidad de los presentes; y al padre de aquel chico que le pide ayuda, responde que “todo es posible para el que cree”. A menudo, también aquellos que aman a Jesús no arriesgan mucho en su fe y no se confían completamente a Él.

Pero ¿por qué, esta incredulidad? Creo que es justamente el corazón que no se abre, el corazón cerrado, el corazón que quiere tener todo bajo control.

Es un corazón que no se abre y no deja a Jesús el control de las cosas, y cuando los discípulos le preguntan por qué no han podido sanar al joven, el Señor responde que aquel tipo de demonio no se puede eliminar sino solo con la oración.

Todos nosotros llevamos un poco de incredulidad, dentro. Es necesaria una oración fuerte, y esta oración humilde y fuerte hace que Jesús pueda obrar el milagro. La oración para pedir un milagro, para pedir una acción extraordinaria debe ser una oración coral, que nos involucre a todos.

Les cuento un episodio ocurrido en Argentina:

una niña de 7 años se enfermó gravemente y los médicos le dieron pocas horas de vida. El papá, un electricista, hombre de fe, enloqueció y en aquella locura tomó un autobús para ir al Santuario mariano de Lujan, distante 70 kilómetro.

Llegó ahí pasadas las 9 de la noche, cuando todo estaba cerrado. Y comenzó a rezar a la Virgen, con las manos aferradas a la reja de fierro. Y rezaba, y rezaba, y lloraba, y rezaba …

Y así, permaneció toda la noche. Pero este hombre luchaba: luchaba con Dios, luchaba junto a Dios por la sanación de su hija.

Luego, después de las 6 de la mañana, fue al terminal, tomó el bus y llegó a casa, al hospital, a las 9, más o menos. Encontró a su esposa llorando. Se imaginó lo peor. "¿Qué ha pasado? ¡No entiendo, no entiendo! ¿Qué ha pasado?". "Han venido los doctores y me han dicho que la fiebre ha pasado, que respira bien, que ¡no tiene nada! La dejarán en reposo por dos días más, pero no entienden ¡qué cosa ha pasado!".

¡Esto todavía sucede, ¿eh?, los milagros existen!. Pero es necesario orar con el corazón

Una oración valiente, que lucha por llegar a aquel milagro; no aquellas oraciones de circunstancia, "Ah, rezaré por ti": rezo un Padre Nuestro, un Ave María y, después me olvido. No: oración valiente, como aquella de Abraham que luchaba junto al Señor por salvar la ciudad, como aquella de Moisés que tenía las manos en alto y se cansaba, rezando al Señor; como aquella de tantas personas, de tanta gente que tiene fe y con la fe reza, reza.

La oración hace milagros, pero ¡debemos creer!... (Homilía en Santa Marta, 20 de mayo de 2013)

"Un saludo agradecido a todos los que se dedican a la enseñanza en las escuelas católicas. Educar es un acto de amor, es como dar la vida". (Papa Francisco)

domingo, 19 de febrero de 2017


PROYECCIÓN DE LA PELÍCULA "ROCÍO, REINA Y MADRE DE ANDALUCÍA, UNA DEVOCIÓN UNIVERSAL"

El Grupo Joven de la Hdad. de Ntra. Sra. del Rocío de Baeza organiza el próximo 26 de febrero a las 18:30 h la proyección de la película "ROCÍO, Reina y Madre de Andalucía, una devoción universal" en su sede de la plaza de toros. A continuación disfrutaremos de una convivencia (en la que se aportará un plato cada dos asistentes) .... No lo dudes.. ¡¡TE ESPERAMOS!!...

:Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,38-48):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído que se dijo: “Ojo por ojo, diente por diente”. Pero yo os digo: no hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también el manto; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas.
Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo”.
Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludáis solo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».

Palabra de Dios

"Vivir la vocación de ser protectores de la obra de Dios no consiste en un aspecto secundario de la experiencia cristiana". Papa Francisco

 Reflexión del Papa Francisco

¿Cómo podemos amar a nuestros enemigos? ¿Cómo se puede amar a aquellos que toman la decisión de bombardear y asesinar a tantas personas? ¿Cómo se puede amar a aquellos que por amor al dinero no dejan que las medicinas lleguen a los ancianos y los dejan morir? ¿O a aquellos que sólo buscan el propio interés, el propio poder y hacen tanto mal?

Amar al enemigo parece una cosa difícil, pero Jesús nos lo pide. La liturgia de estos días, nos propone justamente esta actualización de las leyes que hace Jesús, desde la ley del Monte Sinaí a la Ley del Monte de las Bienaventuranzas.

Todos nosotros tenemos enemigos, pero en el fondo nosotros mismos podemos convertirnos en enemigos de los otros.

Tantas veces también nosotros nos convertimos en enemigosde otros, no los queremos. Y Jesús nos dice que debemos ¡amar a los enemigos! ¡Y esto no es fácil!  No es fácil...

Pensamos que Jesús ¡nos pide demasiado! Dejamos esto para las monjas de clausura, que son santas; dejamos esto para alguna alma santa, pero en la vida común esto no se puede. Y esto ¡tiene que poderse!

Jesús dice: "No, ¡debemos hacer esto! Porque de lo contrario ustedes son como los publicanos, como los paganos. No son cristianos".
¿Cómo amar a nuestros enemigos? Jesús dice que debemos hacer dos cosas:

1.- Mirar al Padre que hace salir el sol sobre malos y buenos y hace llover sobre justos e injustos. Dios tiene amor para todos.

2.- Ser perfectos como es perfecto el Padre Celestial, imitar al Padre con aquella perfección del amor. Jesús, agregó, perdona a sus enemigos, hace de todo para perdonarlos. Vengarse, en cambio, no es cristiano.

¿Cómo podemos llegar a amar a nuestros enemigos?

Rezando. Cuando uno reza por aquél que nos hace sufrir es como que el Señor viene con el aceite y prepara nuestros corazones a la paz

¡Rezar! Es lo que nos aconseja Jesús:  "¡Recen por sus enemigos! ¡Recen por aquellos que los persiguen! ¡Recen!". Y decirle a Dios:

"Cámbiale el corazón. Tiene un corazón de piedra, pero cámbialo, dale un corazón de carne, que sienta y que ame".

Les dejo sólo esta pregunta y cada uno responda en su corazón: ¿Rezo por mis enemigos? ¿Rezo por aquellos que no me quieren? Si decimos: ¡Si!, yo diré: "¡Adelante, reza cada vez más, aquel es un buen camino!" Si la respuesta es: ¡no!, el Señor dice: "Pobrecito, ¡También tú eres enemigo de los otros!". Rezar para que el Señor cambie el corazón de aquellos. (Homilía en Santa Marta, 18 de junio de 2013)

REFLEXIÓN DE DON MANUEL

DOMINGO VII DEL TIEMPO ORDINARIO “A”
 
         Queridos hermanos: Llevamos varios Domingos reflexionando el Sermón de La Montaña, en el que Jesús, nuestro Maestro, expone la Ética o Moral fundamental para sus seguidores. En la homilía sólo podemos destacar los rasgos fundamentales...
         El Domingo pasado Jesús nos invitaba a ir siempre más allá de la letra de la Ley, para vivir el espíritu  que pide progresar cada vez más en la voluntad de Dios. Hoy nos señala que estamos llamados a vivir como hijos de Dios Padre. Muy especialmente a amar como Él ama; a modelar nuestro corazón a su imagen y semejanza.
 
1.- Nos dice: “Seréis santos, porque yo, el Señor vuestro Dios, soy santo”. Y Jesús culmina: “Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto”.
         ¿En que consiste la santidad, la perfección de Dios?: - Es compasivo y misericordioso, lento a la ira, lleno de paciencia y de ternura para con sus hijos.
- Es padre que reparte el sol y la lluvia sin discriminación entre aquellos que le aman, que le odian, y que le maldicen
DIOS ES AMOR.
 
2.- “Sed santos también vosotros”. Sed imágenes de Dios. Sed amor. ¿Cómo? Jesús hoy no habla en abstracto con teorías maravillosas, sino que hace concreto el amor al dirigirse al mundo de la violencia, de la injusticia, de los enfrentamientos entre hermanos. La gratuidad del amor tiene la última palabra. Lo describe con aplicaciones de la vida: Leer...Perdón, magnanimidad, no violencia, amor sin excepción, universal..
         Se nos presenta una de las revelaciones más sobresalientes del Nuevo Testamento: el amor a los enemigos. El punto límite del amor desinteresado. Algo que parece imposible, humanamente hablando, y que únicamente puede explicarse desde una dimensión opuesta a la sabiduría y cálculos humanos:
 
“Si alguno de vosotros se cree sabio en este mundo, que se haga necio para llegar a ser sabio”.
         El cristiano, pues, no ha de poner límites, ni fronteras a la bondad, y a su capacidad de compartir, de compadecer, de comprender, de perdonar.. Y nunca pierde la esperanza; siempre espera  que su amor, don de Dios, pueda más, venza a sus enemigos , a sus armas, y los pueda cambiar en hermanos.
         Esta es la plenitud de la Ley que trae Jesús para sus discípulos, ya vivida por Él y por muchísimos cristianos, ya que el Espíritu Santo habita en vosotros.
 
         3.- Aplicación. El Concilio Vaticano II nos dice: “La Iglesia es sacramento eficaz de Cristo, signo eficaz de Jesucristo. Es el mismo Cuerpo de Cristo. El mismo Cristo prolongado y continuado a través de los siglos”.
         Ahora bien, Jesús es la manifestación plena del amor del Padre; en Cristo el amor del Padre se ha hecho realidad y acontecimiento: El Buen Samaritano.
         De la misma manera, por la fuerza de la Gracia de Dios, en Cristo y en el Espíritu, cada cristiano, la Iglesia entera esta llamada a continuar “la presencia de Dios Padre en el mundo como amor y misericordia” . Juan Pablo II en “Dives in misericordia”.
         Es, pues, este Evangelio una llamada concreta a la vida personal de cada uno y una llamada a la oración personal, diciendo con San Francisco:“Oh, Señor, haz de mí un instrumento de tu paz. Que donde haya odio, lleve yo tu amor. Donde haya ofensa, lleve tu perdón. Donde haya discordia, siempre armonía...”
        
         ¿Confiamos en que somos hijos del Padre celestial? ¿Amamos y perdonamos como Dios quiere?
 
         Señor, que sepamos amar y perdonar a los que no  nos aman y a los enemigos y rezar por ellos.

sábado, 18 de febrero de 2017

REUNIÓN DE TARSICIOS DEL MES DE FEBRERO




Esta mañana de sábado ha tenido lugar lel encuentro de niños Tarsicios de este mes de febrero.
En esta ocasión nuestro consiliario Don Manuel no ha podido asistir por lo que no ha habido Exposición pero si oración ante el Sagrario.
Después hemos visto una pelicula sobre la Doctora de la Iglesia Santa Teresa de Jesús y comentado sobre ella.
Para finalizar con unos juegos en el patio entre todos los niños.
Como siempre una gran experiencia de amor.
¡VIVA JESÚS SACRAMENTADO!
SEA POR SIEMPRE BENDITO Y ALABADO
 Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (9,2-13):

EN aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, subió aparte con ellos solos a un monte alto, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo.
Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús:
«Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías».
No sabía qué decir, pues estaban asustados.
Se formó una nube que los cubrió y salió una voz de la nube:
«Este es mi Hijo, el amado; escuchadlo».
De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.
Cuando bajaban del monte, les ordenó que no contasen a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos.
Esto se les quedó grabado y discutían qué quería decir aquello de resucitar de entre los muertos.
Le preguntaron:
«¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?».
Les contestó él:
«Elías vendrá primero y lo renovará todo. Ahora, ¿por qué está escrito que el Hijo del hombre tiene que padecer mucho y ser despreciado? Os digo que Elías ya ha venido y han hecho con él lo que han querido, como estaba escrito acerca de él».

Palabra del Señor
Reflexión del Papa Francisco

Jesús toma la decisión de mostrar a Pedro, Santiago y Juan una anticipación de su gloria, aquella que tendrá después de la Resurrección, para confirmarlos en la fe y alentarlos a seguirlo en el camino de la prueba, en el camino de la Cruz.

Y así sobre un monte alto, en profunda oración, se transfigura delante de ellos: su rostro y toda su persona irradian una luz resplandeciente. Los tres discípulos se asustan, mientras una nube los envuelve y de lo alto resuena – como en el bautismo del Jordán – la voz del Padre: «Este es mi Hijo, el amado: ¡escúchenlo!».

Jesús es el Hijo hecho Servidor, enviado al mundo para realizar por medio de la Cruz el plan de salvación. ¡Para salvarnos a todos nosotros! Su plena adhesión a la voluntad del Padre hace que su humanidad sea transparente a la gloria de Dios, que es el Amor.

Así Jesús se revela como el ícono perfecto del Padre, la irradiación de su gloria. Es el cumplimiento de la revelación; por ello junto a Él transfigurado aparecen Moisés y Elías, que representan la Ley y los Profetas. Esto significa que todo termina e inicia en Jesús, en su Pasión y en su Gloria.

El mensaje para los discípulos y para nosotros es este: "!Escuchémoslo!" Escuchar a Jesús. Es Él el Salvador: síganlo.

Escuchar a Cristo, de hecho, significa asumir la lógica de su misterio pascual,  ponerse en camino con Él para hacer de la propia existencia un don de amor para los demás, en dócil obediencia a la voluntad de Dios, con una actitud de desapego de las cosas mundanas y de libertad interior.

Es necesario, estar listos a perder la propia vida, donándola para que todos los hombres se salven y nos encontremos en la felicidad eterna.

El camino de Jesús nos lleva siempre a la felicidad. No lo olvidemos: ¡el camino de Jesús nos lleva siempre a la felicidad! Habrá siempre en medio una cruz, las pruebas, pero al final siempre nos lleva a la felicidad. ¡Jesús no nos engaña! Nos ha prometido la felicidad y nos la dará, si nosotros seguimos su camino.

Con Pedro, Santiago y Juan subamos también nosotros al monte de la Transfiguración y permanezcamos en contemplación del rostro de Jesús, para recibir el mensaje y traducirlo en nuestra vida; para que también nosotros podamos ser transfigurados por el Amor.

En realidad el Amor es capaz de transfigurar todo: ¡el Amor transfigura todo! ¿Creen ustedes en esto? ¿Creen?... (Reflexión antes del rezo del Ángelus, 01 de marzo de 2015)

"Si el Evangelio arraiga profundamente en nuestras vidas, seremos capaces de llevarlo a los demás". Papa Francisco

viernes, 17 de febrero de 2017

ESTE SÁBADO A LAS 12, OS ESPERAMOS


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (8,27-33):

EN aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Filipo; por el camino preguntó a sus discípulos:
«¿Quién dice la gente que soy yo?».
Ellos le contestaron:
«Unos, Juan el Bautista; otros, Elías, y otros, uno de los profetas».
Él les preguntó:
«Y vosotros, ¿quién decís que soy?».
Tomando la palabra Pedro le dijo:
«Tú eres el Mesías».
Y les conminó a que no hablaran a nadie acerca de esto.
Y empezó a instruirlos:
«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser reprobado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días».
Se lo explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo. Pero él se volvió y, mirando a los discípulos, increpó a Pedro:
«Ponte detrás de mí, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!».

Palabra del Señor
Reflexión del Papa Francisco

[...] El Señor les plantea directamente a sus discípulos esta pregunta: «Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?». Pedro responde en nombre de todos: «El Cristo de Dios. ¡Esta es tu identidad! ¡Tú eres el Mesías! ¡Tú eres el Cristo de Dios! ¡Tú eres el ungido, el que nosotros esperamos!». Pero también en esta situación Jesús les ordenó severamente que no lo refirieran a nadie.

Él quería proteger su identidad. Y luego comienza a dar la catequesis sobre la verdadera identidad. Y dice que el Hijo del hombre, es decir, el Mesías, debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, por los jefes de los sacerdotes y los escribas; y ser matado y resucitar...

Pero ellos no quieren entender y se ve cómo Pedro rechaza esto: No, ¡no, Señor!. Por eso con los discípulos el Señor «comienza a abrir el misterio de su propia identidad» confiándoles:

"Si, yo soy el Hijo de Dios. Pero este es el camino: debo ir por este camino de sufrimiento".

[...] No se puede entender a Jesucristo redentor sin la cruz. Y podemos llegar hasta pensar que es un gran profeta, hace cosas buenas, es un santo.

Pero el Cristo redentor sin la cruz no se le puede entender. Pero los corazones de los discípulos, los corazones de la gente no estaban preparados para entenderlo: no habían entendido las profecías, no habían entendido que Él precisamente era el cordero para el sacrificio...

La primera confesión de su identidad, fue hecha al final, después de la muerte. Ya antes de la muerte, indirectamente, la hizo el buen ladrón; pero después de la muerte fue hecha la primera confesión: "¡verdaderamente este era el justo! ¡El díkaios!". Y quien dijo estas palabras, destacó, es un pagano, el centurión.

La pedagogía de Jesús, también con nosotros, es así: paso a paso nos prepara para entenderlo bien. Y también nos prepara a acompañarlo con nuestras cruces en su camino hacia la redención.

En la práctica nos prepara a ser los cirineos para ayudarle a llevar la cruz. De modo que nuestra vida cristiana sin esto no es cristiana. Es solamente una vida espiritual, buena. Y Jesús mismo se convierte sólo en el gran profeta.

La realidad es otra: Jesús nos salvó a todos haciéndonos seguir el mismo camino escogido por Él. Así también debe ser protegida nuestra identidad de cristianos.

Y no se debe caer en la tentación de creer que ser cristianos es un mérito, es un camino espiritual de perfección: no es un mérito, es pura gracia.

Es también un camino de perfección, pero que por sí solo no es suficiente. Porque ser cristiano es la parte de Jesús en su propia identidad, en ese misterio de la muerte y de la resurrección. (Homilía en Santa Marta, 26 de septiembre de 2014)
"Señor, concédenos la gracia de las lágrimas, para llorar por nuestros pecados y recibir tu perdón". Papa Francisco

jueves, 16 de febrero de 2017

Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (8,27-33):

EN aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Filipo; por el camino preguntó a sus discípulos:
«¿Quién dice la gente que soy yo?».
Ellos le contestaron:
«Unos, Juan el Bautista; otros, Elías, y otros, uno de los profetas».
Él les preguntó:
«Y vosotros, ¿quién decís que soy?».
Tomando la palabra Pedro le dijo:
«Tú eres el Mesías».
Y les conminó a que no hablaran a nadie acerca de esto.
Y empezó a instruirlos:
«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser reprobado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días».
Se lo explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo. Pero él se volvió y, mirando a los discípulos, increpó a Pedro:
«Ponte detrás de mí, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!».

Palabra del Señor

Reflexión del Papa Francisco

[...] El Señor les plantea directamente a sus discípulos esta pregunta: «Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?». Pedro responde en nombre de todos: «El Cristo de Dios. ¡Esta es tu identidad! ¡Tú eres el Mesías! ¡Tú eres el Cristo de Dios! ¡Tú eres el ungido, el que nosotros esperamos!». Pero también en esta situación Jesús les ordenó severamente que no lo refirieran a nadie.

Él quería proteger su identidad. Y luego comienza a dar la catequesis sobre la verdadera identidad. Y dice que el Hijo del hombre, es decir, el Mesías, debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, por los jefes de los sacerdotes y los escribas; y ser matado y resucitar...

Pero ellos no quieren entender y se ve cómo Pedro rechaza esto: No, ¡no, Señor!. Por eso con los discípulos el Señor «comienza a abrir el misterio de su propia identidad» confiándoles:

"Si, yo soy el Hijo de Dios. Pero este es el camino: debo ir por este camino de sufrimiento".

[...] No se puede entender a Jesucristo redentor sin la cruz. Y podemos llegar hasta pensar que es un gran profeta, hace cosas buenas, es un santo.

Pero el Cristo redentor sin la cruz no se le puede entender. Pero los corazones de los discípulos, los corazones de la gente no estaban preparados para entenderlo: no habían entendido las profecías, no habían entendido que Él precisamente era el cordero para el sacrificio...

La primera confesión de su identidad, fue hecha al final, después de la muerte. Ya antes de la muerte, indirectamente, la hizo el buen ladrón; pero después de la muerte fue hecha la primera confesión: "¡verdaderamente este era el justo! ¡El díkaios!". Y quien dijo estas palabras, destacó, es un pagano, el centurión.

La pedagogía de Jesús, también con nosotros, es así: paso a paso nos prepara para entenderlo bien. Y también nos prepara a acompañarlo con nuestras cruces en su camino hacia la redención.

En la práctica nos prepara a ser los cirineos para ayudarle a llevar la cruz. De modo que nuestra vida cristiana sin esto no es cristiana. Es solamente una vida espiritual, buena. Y Jesús mismo se convierte sólo en el gran profeta.

La realidad es otra: Jesús nos salvó a todos haciéndonos seguir el mismo camino escogido por Él. Así también debe ser protegida nuestra identidad de cristianos.

Y no se debe caer en la tentación de creer que ser cristianos es un mérito, es un camino espiritual de perfección: no es un mérito, es pura gracia.

Es también un camino de perfección, pero que por sí solo no es suficiente. Porque ser cristiano es la parte de Jesús en su propia identidad, en ese misterio de la muerte y de la resurrección. (Homilía en Santa Marta, 26 de septiembre de 2014)

 "Señor, concédenos la gracia de las lágrimas, para llorar por nuestros pecados y recibir tu perdón". Papa Francisco

miércoles, 15 de febrero de 2017


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (8,22-26):

EN aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron a Betsaida.
Y le trajeron a un ciego pidiéndole que lo tocase.
Él lo sacó de la aldea, llevándolo de la mano, le untó saliva en los ojos, le impuso las manos y le preguntó:
«Ves algo?».
Levantando los ojos dijo:
«Veo hombres, me parecen árboles, pero andan».
Le puso otra vez las manos en los ojos; el hombre miró: estaba curado y veía todo con claridad.
Jesús lo mandó a casa diciéndole que no entrase en la aldea.

Palabra del Señor
 Reflexión del Papa Francisco:

[...] Debemos de ponernos en guardia sobre la tentación de la indiferencia y la hostilidad que nos vuelven ciegos y sordos ante el sufrimiento de los demás

[...] La figura de este hombre ciego representa tristemente a tantas personas que, aún hoy, sufren discriminación y rechazo por parte de los demás.

[...] Indiferencia y hostilidad, insensibilidad y rechazo. Hablando en italiano el Santo Padre describió situaciones que suceden a menudo en nuestras calles, como cuando “vemos gente necesitada, enferma, que no tiene qué comer”, o también “como cuando encontramos a tantos prófugos y refugiados” y “sentimos fastidio”, dijo. “Todos sentimos la tentación (del fastidio, ndr). Todos, también yo. Por eso, dijo el Papa, la Palabra de Dios “nos enseña”.

“Como entonces, también ahora la indiferencia y la hostilidad causan ceguera y sordera, que impiden percibir las necesidades de los hermanos y reconocer en ellos la presencia del Señor.

En contraste con esta actitud, Jesús que pasa, no es indiferente al grito del ciego que, movido por la fe, quiere encontrarlo e invoca su ayuda.

Y el Señor, como humilde servidor, escucha la súplica del ciego y le devuelve la vista. Gracias a su fe, el hombre ve, pero sobre todo, experimenta el amor de Dios que, en Jesús, se hace siervo del hombre pecador.

[...] Recordemos las palabras de Moisés: “Nunca dejará de haber pobres en la tierra; por eso yo te mando: Abre tu mano al pobre, al hermano necesitado que vive en tu tierra”. (Dt 15, 11).

[...] Seamos Misericordiosos como el Padre. Misericordiosos como el Señor, que pasa, se detiene, se dirige al ciego y le pregunta: ¿qué puedo hacer por ti?

Que Cristo, en el que brilla la fuerza de la misericordia de Dios, ilumine y sane también nuestros corazones, para que aprendamos a estar atentos a las necesidades de nuestros hermanos y celebremos las maravillas de su amor misericordioso. Muchas gracias. (Catequesis, Audiencia General, 15 de junio de 2014)
"Servir con amor y con ternura a las personas que necesitan ayuda nos hace crecer en humanidad.". Papa Francisco