MISA DEL GALLO:
NAVIDAD DE 2.016
Queridos hermanos: Estamos en noche Buena. ESTA NOCHE
ES NOCHE BUENA, la noche en que ocurre un suceso único, porque nada mejor puede
suceder. En esta noche-día las promesas de Dios se cumplen y las
esperanzas de las personas se realizan.
-Noche
Buena, porque el cielo nos da todo lo bueno, lo mejor.
-N.
B., porque Dios mismo se ha dado a nosotros y ese don será ya definitivo.
Porque Dios se hace “Enmanuel”,
Dios con nosotros.
-N.
B., porque en ella la naturaleza humana ha alcanzado la perfección. Dios está
al alcance del hombre.
-N.
B., porque en ella el cielo y la tierra se reconcilian definitivamente, porque
ya resulta más fácil perdonarse, porque se abre la puerta a todos los que
llaman, porque se está más cerca de los que sufren.
-En definitiva,
porque el amor de Dios ha sido derramado en todos los corazones humanos y una
ola de ternura, paz y alegría y de buenos deseos recorre la faz de la tierra. Porque ¡TANTO AMÓ DIOS AL MUNDO QUE
LE DA A SU HIJO ÚNICO!
¿Hay alguien, pues, que se pueda considerar más rico que yo? Si tengo a Dios
tengo todo: “Quien a Dios tiene,
nada le falta”. Dios es mío y, por tanto, todas las riquezas son mías. Así
lo expresaba San Juan de la Cruz: “No
me quitarás, Dios mío, lo que una vez me diste en tu Único Hijo Jesucristo, en
quien me diste todo lo que quiero. Míos son los cielos y mía la tierra. Mías
son las gentes, los justos son míos y míos los pecadores. Los Ángeles son míos,
y la Madre de Dios y todas las cosas son mías. Y el mismo Dios es mío y para
mí, porque Cristo es mío y todo para mí”
En estos entrañables días..., y en AGRADECIMIENTO al amor de Dios, todos
queremos RENOVARNOS, hacer buenos propósitos de ser mejores, más humanos, más
cristianos. Mirando, contemplando a ese Niño que se nos ha regalado, nos
sentimos forzados a imitarle. Contemplando su Misterio de amor, descubrimos su
sentido para nuestra vida:
-Nace desnudo para que tú puedas
despojarte de ti mismo. Podía nacer vestido con todo su poder y gloría; pero se
despoja de sus atavíos reales, de sí mismo. Quería marcarnos el camino de
nuestra restauración, y la raíz más difícil de sanar es la del propio yo: un yo
herido que nos arrastra a la prepotencia, al egoísmo puro...
-Nace pobre para que tú puedas
considerarle como la única riqueza.
“Siendo rico, se hizo pobre por nosotros”. Ha querido curarnos de nuestra
pasión posesiva, de nuestras ansias de tener... Enseñarnos que los verdaderos
tesoros no son las cosas, sino las personas..., llenarse de amor.
-Nace pequeño para que no
busquemos dominar a los demás. El Dios grande se hace pequeño, un niño
indefenso, en el último rincón del mundo. Escoge el último lugar y quiere ser
servidor de todos, ponerse a los pies de todos. Dios quiere estar debajo de
todos, para que aprendamos a ser como Dios; es decir, a no dominar a nadie, a
servir a todos, a compartir con todos, a amarlos.
Nace débil para que no tengas
miedo de acercarte a Él. Decimos que Dios es Todopoderoso; pero todo el poder y
la fuerza de Dios están en el poder y la fuerza de su amor, que no se impone,
sino que se entrega. Un Dios débil para compartir nuestras debilidades; para que
no tengamos miedo y podamos acariciarle y besarle; para que nos acerquemos a Él
con toda confianza.
-Nace en un pesebre para que
comprendamos que está a disposición de todos. No todos podían acercarse a Dios,
sólo los privilegiados (Moisés...) No nació en un palacio..., sino en un
pesebre, en un portal, establo de animales, para que todo el mundo pueda acudir
a Él; para ponerse a disposición de todos, en especial de los pobres, enfermos
y pecadores...
-Nace por amor para que tú nunca
dudes de su amor. Sólo desde el amor y para amar, ha bajado Dios del cielo a la
tierra. Y el amor no tiene motivaciones, ni busca interés alguno. Nos ama
porque sí. A ver si aprendemos de una vez para siempre que Dios nos ama siempre
pase lo que pase… Que Dios es amor.
Esta es la Buena Noticia, la gran alegría que celebramos en la Liturgia,
en la Eucaristía de esta Noche Buena, de esta Navidad. Porque Dios se ha hecho
carne, puede ser también el pan y el vino que alimenta y alegra nuestro
corazón, nuestro camino de cada día, nuestro amor gracioso a todos los
hermanos, hasta la vida eterna.
Con Jesús, con su amor... podremos caminar como María, su Madre y nuestra
Madre, con plena fidelidad a los planes de Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario