CONTACTA CON NOSOTROS

Todos los que queráis mandarnos vuestros comentarios y sugerencias podéis hacerlo a: parroquiasanpablo2011@gmail.com

sábado, 3 de diciembre de 2016

: Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (9,35–10,1.6-8):

EN aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando el evangelio del reino y curando toda enfermedad y toda dolencia.
Al ver a las muchedumbres, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, «como ovejas que no tienen pastor».
Entonces dice a sus discípulos:
«La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies».
Llamó a sus doce discípulos y les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y toda dolencia.
A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones:
«Id a las ovejas descarriadas de Israel. Id y proclamad que ha llegado el reino de los cielos. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, arrojad demonios. Gratis habéis recibido, dad gratis».

Palabra del Señor

Reflexión del Papa Francisco

Jesús envía a sus apóstoles y les da las instrucciones para la misión que les espera. Son indicaciones muy sencilla... Una misión de salvación, añade Jesús, que consiste en curar a los enfermos, resucitar a los muertos, purificar a los leprosos y expulsar los demonios.

Se trata de una misión para acercar a los hombres al Reino de Dios, para darles la buena noticia de que el reino de Dios está cerca, es más, ya está aquí. Pero el Señor quiere para los apóstoles sencillez de corazón y disponibilidad para dejar espacio al poder de la Palabra de Dios.

Por lo demás, si ellos no hubieran tenido una gran confianza en la Palabra de Dios, tal vez hubieran hecho otra cosa, pero no habrían anunciado el Evangelio.

La frase clave de las consignas de Cristo a sus discípulos es precisamente: «Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente»: palabras en las que se comprende toda la gratuidad de la salvación. Porque no podemos predicar, anunciar el reino de Dios, sin esta certeza interior de que todo es gratuito, todo es gracia...

Por lo demás, que la predicación evangélica nace de la gratuidad lo testimonian diversos episodios de la vida de los primeros apóstoles.

San Pedro no tenía una cuenta en el banco y cuando tuvo que pagar los impuestos, el Señor le mandó al mar a pescar para encontrar dentro del pez la moneda con la cual pagar.

Y Felipe, cuando encontró al ministro de la reina Candace no pensó crear una organización para sostener el Evangelio, no negoció; al contrario, anunció, bautizó y se marchó.

La buena noticia, por lo tanto, se difunde sembrando la Palabra de Dios. Jesús mismo lo dice: "el reino de Dios es como la semilla que Dios da, es un don gratuito"

[...] Al anuncio del evangelio debe pasar por el camino de la pobreza, por el testimonio de esta pobreza. "No tengo riquezas, mi riqueza es sólo el don que he recibido de Dios. Esta gratuidad es nuestra riqueza". Es una pobreza que nos salva de convertirnos en organizadores, empresarios.

El Papa es consciente de que se deben llevar adelante obras de la Iglesia y que algunas son un poco complejas, pero es necesario hacerlo con corazón de pobreza, no con corazón de inversión o como un empresario.

La Iglesia no es una ONG: es otra cosa, más importante. Nace de esta gratuidad recibida y anunciada (Homilía en Santa Marta, 02 de juinio de 2013)

 "La guerra destruye, mata, causa pobreza. Señor, danos tu paz". Papa Francisco

No hay comentarios:

Publicar un comentario