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sábado, 31 de diciembre de 2016

 Evangelio de hoy
Comienzo del santo evangelio según san Juan (1,1-18):

En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió. Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios. Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Juan da testimonio de él y grita diciendo: «Éste es de quien dije: "El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo."»
Pues de su plenitud todos hemos recibido gracia tras gracia. Porque la Ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.

Palabra del Señor

Reflexión del Papa Francisco

Jesús es el renuevo, es humilde, es manso, y vino para los humildes, para los mansos, a traer la salvación a los enfermos, a los pobres, a los oprimidos, como Él mismo dice en el cuarto capítulo de san Lucas al visitar la sinagoga de Nazaret.

Jesús vino precisamente para los marginados: Él se margina, no considera un valor innegociable ser igual a Dios. En efecto, se humilló a sí mismo, se anonadó. Él se marginó, se humilló para darnos el misterio del Padre y el suyo.

No se puede recibir esta revelación fuera, al margen, del modo como la trae Jesús: en humildad, abajándose a sí mismo». Nunca se puede olvidar que el Verbo se hizo carne, se marginó para traer la salvación a los marginados.

[...] Resulta evidente que la grandeza del misterio de Dios sólo se conoce en el misterio de Jesús, y el misterio de Jesús es precisamente un misterio de abajarse, de anonadarse, de humillarse, y trae la salvación a los pobres, a quienes son aniquilados por muchas enfermedades, pecados y situaciones difíciles.

Fuera de este marco no se puede comprender el misterio de Jesús, no se puede comprender esta unción del Espíritu Santo que lo hace gozar...

Pidamos la gracia al Señor de acercarnos más, más, más a su misterio, y de hacerlo por el camino que Él quiere que recorramos: la senda de la humildad, la senda de la mansedumbre, la senda de la pobreza, la senda de sentirnos pecadores. Porque es así como Él viene a salvarnos, a liberarnos (Homilía en Santa Marta, 02 de diciembre de 2014)

"El consumismo nos impulsa a desechar. Pero la comida que se tira a la basura es el alimento que se roba al pobre, al que pasa hambre". (Papa Francisco)

viernes, 30 de diciembre de 2016

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (2,13-15.19-23):

Cuando se marcharon los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.»
José se levantó, cogió al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta: «Llamé a mi hijo, para que saliera de Egipto.»
Cuando murió Herodes, el ángel del Señor se apareció de nuevo en sueños a José en Egipto y le dijo: «Levántate, coge al niño y a su madre y vuélvete a Israel; ya han muerto los que atentaban contra la vida del niño.»
Se levantó, cogió al niño y a su madre y volvió a Israel. Pero, al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea como sucesor de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allá. Y, avisado en sueños, se retiró a Galilea y se estableció en un pueblo llamado Nazaret. Así se cumplió lo que dijeron los profetas, que se llamaría Nazareno.

Palabra del Señor


martes, 27 de diciembre de 2016

La Cofradía Religiosa del Santísimo Cristo se la Buena Muerte convoca a todos sus hermanos, fieles y devotos a la celebración de la

*Misa por la Vida*

Que tendra lugar mañana 28 de Diciembre, día de los Santos Inocentes, tal y como llevamos haciendo desde el año 2009.

La Santa Misa será aplicada por todos aquellos niños que la mano del hombre les priva del derecho a nacer, así como por esas madres que sufren el drama del aborto.

La celebración del Santo Sacrificio de la Misa será en la Parroquia de San Pablo a las 19:00 Horas

*Sí a la vida*

La Real Cofradía de Nuestra Señora del Carmen invita a todos los baezanos y amigos a visitar el Belén de esta Cofradía situado en la calle Patrocinio Biedma n° 1 en horario;

Mañana: 11;30 a 13 Horas
Tarde: 18 a 20;30 Horas

*Felices Fiestas de la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo*
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (20,2-8):

El primer día de la semana, María Magdalena echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.»
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.

Palabra del Señor

Reflexión del Papa Francisco

La mañana de Pascua, Pedro y Juan, advertidos por las mujeres, corrieron al sepulcro y lo encontraron abierto y vacío. Entonces, se acercaron y se inclinaron para entrar en la tumba.

Para entrar en el misterio hay que inclinarse, abajarse. Sólo quien se abaja comprende la glorificación de Jesús y puede seguirlo en su camino.

El mundo propone imponerse a toda costa, competir, hacerse valer... Pero los cristianos, por la gracia de Cristo muerto y resucitado, son los brotes de otra humanidad, en la cual tratamos de vivir al servicio de los demás, de no ser altivos, sino disponibles y respetuosos.

Esto no es debilidad, sino auténtica fuerza. Quien lleva en sí el poder de Dios, de su amor y su justicia, no necesita usar violencia, sino que habla y actúa con la fuerza de la verdad, de la belleza y del amor.

Imploremos hoy al Señor resucitado la gracia de no ceder al orgullo que fomenta la violencia y las guerras, sino de tener el valor humilde del perdón y de la paz.

Pedimos a Jesús victorioso que alivie el sufrimiento de tantos hermanos nuestros perseguidos a causa de su nombre, así como de todos los que padecen injustamente las consecuencias de los conflictos y las violencias que se están produciendo, y que son tantas.. (Homilía en la Bsílica Vaticana, 05 de abril de 2015)
"Nuestra alegría proviene de la certeza de que el Señor está cerca con su ternura, su misericordia, su perdón y su amor". Papa Francisco

lunes, 26 de diciembre de 2016


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (10,17-22):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «No os fiéis de la gente, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes, por mi causa; así daréis testimonio ante ellos y ante los gentiles. Cuando os arresten, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en su momento se os sugerirá lo que tenéis que decir; no seréis vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros. Los hermanos entregarán a sus hermanos para que los maten, los padres a los hijos; se rebelarán los hijos contra sus padres, y los matarán. Todos os odiarán por mi nombre; el que persevere hasta el final se salvará.»

Palabra del Señor

NAVIDAD 2.016

              INTRODUCCIÓN: Queridos hermanos, ¡Feliz Navidad!, ¡Feliz Navidad cristiana! Un año más os traigo la Buena Noticia, la gran alegría para todos: “Hoy os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor. Y ahí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre”.

              Durante el Adviento hemos suplicado continuamente “Ven, Señor Jesús. Te deseamos, te necesitamos, ven”. Y hoy se realizan nuestros deseos. El Señor ha escuchado nuestras súplicas, y viene a nosotros, colmando hasta rebosar todas nuestras esperanzas...

              Dios nace hoy, pero no sólo en Belén, nace en el mundo, nace en la Iglesia, nace en la comunidad creyente, nace en las familias, en y entre los pobres, nace en cada corazón. Dios hoy nace aquí y ahora, Dios nace en ti y en mí...

              Y no es que la Navidad sea fruto del Adviento y de nuestro esfuerzo. La Encarnación y la Navidad arrancan, tienen su origen de otra fuente, que no puede ser otra que el amor de Dios: “Tanto amó Dios al mundo que le envió a Hijo Unigénito”

              Esta es la noticia que nos toca de lleno. Es lo que la humanidad esperó durante siglos y que hacia cantar a los profetas: “Verán los confines de la tierra la victoria, la salvación de nuestro Dios”. Pues bien, esta Buena Noticia se ha producido y se sigue realizando para todas las personas y para todos los pueblos: VERDADERAMENTE SE HA REVELADO EL AMOR DE DIOS, y la salvación llega para todo el mundo de un modo bien real y concreto: “Un niño nos ha nacido, un Hijo se nos ha dado”.

DIOS HERMANO Y AMIGO DE LA HUMANIDAD SUFRIENTE


              Este es el hecho central e importante de la Navidad: Dios se hace hermano, amigo, compañero de los hombres y mujeres de nuestro mundo. Ya no caminamos solos, ni a oscuras, abandonados a nuestra suerte o a nuestra dificultad. De un modo discreto, eficaz, rebajándose hasta nuestra poca altura, Dios mismo se pone a nuestro lado para ayudarnos a avanzar por los caminos de la vida y hasta la vida plena.

              Y este acercamiento de Dios se hace de una manera peculiar: Cristo nace pobre entre los pobres. Por eso, la Navidad desvela en nosotros la ternura del amor de verdad, de amar como Dios mismo nos enseña, de amar de verdad a los pobres y a los que sufren...

LOS CONFINES DE LA TIERRA VERÁN LA SALVACIÓN DE DIOS

                Este mensaje se tiene que realizar. Todo el mundo, comenzando por los más débiles, debe  llegar a ver, a sentir, a palpar la salvación. Es verdad que estos días de Navidad todos nos sentimos más dispuestos, más generosos, más capaces de bondad. Por eso decimos que sea Navidad cada día. Y lo decimos como un deseo, como algo que sería maravilloso, pero... tan difícil que se realice, que nos parece imposible.

LA NAVIDAD DE CADA DIA

               Yo quisiera afirmar hoy con vosotros la esperanza y la confianza en nosotros mismos, en la humanidad y en la vida real de cada día. Y decirnos: Navidad, de hecho, es cada día. Es una invitación a mirar nuestras vidas y nuestro mundo y a descubrir también los signos de vida y de esperanza, de la presencia del Señor y de su amor. La Navidad de Jesús, de María y de José, de los Ángeles y los pastores, no fue una Navidad fácil, una Navidad luminosa y triunfal, fue la Navidad de la generosidad y de la entrega de María, de la confianza y buena fe de José, de la sorpresa de los pastores.

              Fijémonos cómo también se realiza entre nosotros la Navidad de cada día: porque se realiza en el amor de los esposos y en la paciencia y el servicio mutuo a la familia, en la preocupación y la alegría de los hijos; en la paz y buena fe de los abuelos y en la inquietud y generosidad de los jóvenes. Y en el trabajo cotidiano y en los gestos de donación. Y en todo el esfuerzo humano y servicio de tantas personas y tantos grupos de la Parroquia, en la ciudad...

En medio de todo esto, Dios nace entre nosotros cada día. Él nos se echa atrás, sino que acompaña nuestro esfuerzo para que vayamos mucho más allá de lo que nos atreveríamos a imaginar...
 

              Que esta sea nuestra Navidad de 2.016: un descubrir más a Cristo pobre, a un Cristo que se pone a nuestro lado. Una Navidad que nos ayude a crear vida..., que nos ayude a amar más, para gloría de Dios y para poner paz, alegría, amor y vida en nuestro mundo.

              La Buena Noticia de este día, la gran alegría que celebramos se hace presente siempre en la Eucaristía, porque ya que Dios ha tomado un cuerpo, podemos recibirlo cada día, para prestarle nuestra vida …y que sea Él quien viva en nosotros. Como lo acogió y lo vivió la Virgen María para entregarlo y salve al mundo. 


domingo, 25 de diciembre de 2016

LA NAVIDAD VIVIDA CON LOS NIÑOS DE LA PARROQUIA







Excelente acogida entre nuestros feligreses y visitantes de los dulces de las monjas del Convento de San Antonio.
Muchas gracias a todos

 Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (1,1-18):

EN el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios.
Él estaba en el principio junto a Dios.
Por medio de él se hizo todo, y sin él no se hizo nada de cuanto se ha hecho.
En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
Y la luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no lo recibió.
Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio d él.
No era él la luz, sino el que daba testimonio de la luz.
El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, viniendo al mundo.
En el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de él, y el mundo no lo conoció.
Vino a su casa, y los suyos no lo recibieron.
Pero a cuantos lo recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre.
Estos no han nacido de sangre, ni de deseo de carne,
ni de deseo de varón, sino que han nacido de Dios.
Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Juan da testimonio de él y grita diciendo:
«Este es de quien dije: el que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo».
Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia.
Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad nos ha llegado por medio de Jesucristo.
A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.

Palabra del Señor

 Reflexión del Papa Francisco

En esta noche bendita, hemos venido a la casa de Dios atravesando las tinieblas que envuelven la tierra, guiados por la llama de la fe que ilumina nuestros pasos y animados por la esperanza de encontrar la «luz grande».

Abriendo nuestro corazón, tenemos también nosotros la posibilidad de contemplar el milagro de ese niño-sol que, viniendo de lo alto, ilumina el horizonte.

[...] A lo largo del camino de la historia, la luz que disipa la oscuridad nos revela que Dios es Padre y que su paciente fidelidad es más fuerte que las tinieblas y que la corrupción. En esto consiste el anuncio de la noche de Navidad.

Dios no conoce los arrebatos de ira y la impaciencia; está siempre ahí, como el padre de la parábola del hijo pródigo, esperando atisbar a lo lejos el retorno del hijo perdido. Y todos los días con paciencia. La paciencia de Dios.

La profecía de Isaías anuncia la aparición de una gran luz que disipa la oscuridad. Esa luz nació en Belén y fue recibida por las manos tiernas de María, por el cariño de José, por el asombro de los pastores.

Cuando los ángeles anunciaron a los pastores el nacimiento del Redentor, lo hicieron con estas palabras: «Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre» (Lc 2,12).

La señal es precisamente la humildad de Dios, la humildad de Dios llevada hasta el extremo; es el amor con el que, aquella noche, asumió nuestra fragilidad, nuestros sufrimientos, nuestras angustias, nuestros anhelos y nuestras limitaciones.

El mensaje que todos esperaban, que buscaban en lo más profundo de su alma, no era otro que la ternura de Dios: Dios que nos mira con ojos llenos de afecto, que acepta nuestra miseria, Dios enamorado de nuestra pequeñez.

Esta noche santa, en la que contemplamos al Niño Jesús apenas nacido y acostado en un pesebre, nos invita a reflexionar. ¿Cómo acogemos la ternura de Dios? ¿Me dejo alcanzar por él, me dejo abrazar por él, o le impido que se acerque? «Pero si yo busco al Señor» – podríamos responder –.

Sin embargo, lo más importante no es buscarlo, sino dejar que sea él quien me busque, quien me encuentre y me acaricie con cariño. Ésta es la pregunta que el Niño nos hace con su sola presencia: ¿permito a Dios que me quiera?

[...] Queridos hermanos y hermanas, en esta noche santa contemplemos el misterio: allí "el pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande" (Is 9,1). La vio la gente sencilla, dispuesta a acoger el don de Dios. En cambio, no la vieron los arrogantes, los soberbios, los que establecen las leyes según sus propios criterios personales, los que adoptan actitudes de cerrazón.

Miremos al misterio y recemos, pidiendo a la Virgen Madre: «María, muéstranos a Jesús. (Solemnidad de la Navidad del Señor, 25 de diciembre de 2014)
"Acojamos a Cristo en nuestra vida, ocupémonos unos de otros, respetemos la creación con amor". Papa Francisco

sábado, 24 de diciembre de 2016


MAÑANA A LA SALIDA DE MISA POR LA MAÑANA ESTAREMOS COLABORANDO CON LAS MONJAS DEL CONVENTO DE SAN ANTONIO.
OS ESPERAMOS
Evangelio del día: Hoy nos nace un Salvador: el Dios de la historia



Mateo 1,1-25 - Misa de la Vigilia: Natividad del Señor. Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán
Para mí la vida es Cristo | 24/12/2016

Santo Evangelio según San Mateo 1,1-25

El nacimiento de Jesús: "Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham: Abraham fue padre de Isaac; Isaac, padre de Jacob; Jacob, padre de Judá y de sus hermanos. Judá fue padre de Fares y de Zará, y la madre de estos fue Tamar. Fares fue padre de Esrón; Esrón, padre de Arám; Arám, padre de Aminadab; Aminadab, padre de Naasón; Naasón, padre de Salmón. Salmón fue padre de Booz, y la madre de este fue Rahab. Booz fue padre de Obed, y la madre de este fue Rut. Obed fue padre de Jesé; Jesé, padre del rey David. David fue padre de Salomón, y la madre de este fue la que había sido mujer de Urías. Salomón fue padre de Roboám; Roboám, padre de Abías; Abías, padre de Asaf; Asaf, padre de Josafat; Josafat, padre de Jorám; Jorám, padre de Ozías. Ozías fue padre de Joatám; Joatám, padre de Acaz; Acaz, padre de Ezequías; Ezequías, padre de Manasés. Manasés fue padre de Amós; Amós, padre de Josías; Josías, padre de Jeconías y de sus hermanos, durante el destierro en Babilonia. Después del destierro en Babilonia: Jeconías fue padre de Salatiel; Salatiel, padre de Zorobabel; Zorobabel, padre de Abiud; Abiud, padre de Eliacím; Eliacím, padre de Azor. Azor fue padre de Sadoc; Sadoc, padre de Aquím; Aquím, padre de Eliud; Eliud, padre de Eleazar; Eleazar, padre de Matán; Matán, padre de Jacob. Jacob fue padre de José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo. El total de las generaciones es, por lo tanto: desde Abraham hasta David, catorce generaciones; desde David hasta el destierro en Babilonia, catorce generaciones; desde el destierro en Babilonia hasta Cristo, catorce generaciones.

Este fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto. Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: "José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados".Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el Profeta: La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que traducido significa: "Dios con nosotros". Al despertar, José hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado: llevó a María a su casa, y sin que hubieran hecho vida en común, ella dio a luz un hijo, y él le puso el nombre de Jesús". Palabra del Señor


MISA DEL GALLO:  NAVIDAD DE 2.016

              Queridos hermanos: Estamos en noche Buena. ESTA NOCHE ES NOCHE BUENA, la noche en que ocurre un suceso único, porque nada mejor puede suceder. En esta noche-día las promesas de Dios se cumplen y  las esperanzas de las personas se realizan.

-Noche Buena, porque el cielo nos da todo lo bueno, lo mejor.

-N. B., porque Dios mismo se ha dado a nosotros y ese don será ya definitivo. Porque Dios se hace “Enmanuel”, Dios con nosotros.

-N. B., porque en ella la naturaleza humana ha alcanzado la perfección. Dios está al alcance del hombre.

-N. B., porque en ella el cielo y la tierra se reconcilian definitivamente, porque ya resulta más fácil perdonarse, porque se abre la puerta a todos los que llaman, porque se está más cerca de los que sufren.

-En definitiva, porque el amor de Dios ha sido derramado en todos los corazones humanos y una ola de ternura, paz y alegría y de buenos deseos recorre la faz de la tierra. Porque ¡TANTO AMÓ DIOS AL MUNDO QUE LE DA A SU HIJO ÚNICO!
              ¿Hay alguien, pues, que se pueda considerar más rico que yo? Si tengo a Dios tengo todo: “Quien a Dios tiene, nada le falta”. Dios es mío y, por tanto, todas las riquezas son mías. Así lo expresaba San Juan de la Cruz: “No me quitarás, Dios mío, lo que una vez me diste en tu Único Hijo Jesucristo, en quien me diste todo lo que quiero. Míos son los cielos y mía la tierra. Mías son las gentes, los justos son míos y míos los pecadores. Los Ángeles son míos, y la Madre de Dios y todas las cosas son mías. Y el mismo Dios es mío y para mí, porque Cristo es mío y todo para mí”

              En estos entrañables días..., y en AGRADECIMIENTO al amor de Dios, todos queremos RENOVARNOS, hacer buenos propósitos de ser mejores, más humanos, más cristianos. Mirando, contemplando a ese Niño que se nos ha regalado, nos sentimos forzados a imitarle. Contemplando su Misterio de amor, descubrimos su sentido para nuestra vida:

                           -Nace desnudo para que tú puedas despojarte de ti mismo. Podía nacer vestido con todo su poder y gloría; pero se despoja de sus atavíos reales, de sí mismo. Quería marcarnos el camino de nuestra restauración, y la raíz más difícil de sanar es la del propio yo: un yo herido que nos arrastra a la prepotencia, al egoísmo puro...           

              -Nace pobre para que tú puedas considerarle como la única riqueza. “Siendo rico, se hizo pobre por nosotros”. Ha querido curarnos de nuestra pasión posesiva, de nuestras ansias de tener... Enseñarnos que los verdaderos tesoros no son las cosas, sino las personas..., llenarse de amor.

              -Nace pequeño para que no busquemos dominar a los demás. El Dios grande se hace pequeño, un niño indefenso, en el último rincón del mundo. Escoge el último lugar y quiere ser servidor de todos, ponerse a los pies de todos. Dios quiere estar debajo de todos, para que aprendamos a ser como Dios; es decir, a no dominar a nadie, a servir a todos, a compartir con todos, a amarlos.

              Nace débil para que no tengas miedo de acercarte a Él. Decimos que Dios es Todopoderoso; pero todo el poder y la fuerza de Dios están en el poder y la fuerza de su amor, que no se impone, sino que se entrega. Un Dios débil para compartir nuestras debilidades; para que no tengamos miedo y podamos acariciarle y besarle; para que nos acerquemos a Él con toda confianza.

              -Nace en un pesebre para que comprendamos que está a disposición de todos. No todos podían acercarse a Dios, sólo los privilegiados (Moisés...) No nació en un palacio..., sino en un pesebre, en un portal, establo de animales, para que todo el mundo pueda acudir a Él; para ponerse a disposición de todos, en especial de los pobres, enfermos y pecadores...

              -Nace por amor para que tú nunca dudes de su amor. Sólo desde el amor y para amar, ha bajado Dios del cielo a la tierra. Y el amor no tiene motivaciones, ni busca interés alguno. Nos ama porque sí. A ver si aprendemos de una vez para siempre que Dios nos ama siempre pase lo que pase… Que Dios es amor.

              Esta es la Buena Noticia, la gran alegría que celebramos en la Liturgia,  en la Eucaristía de esta Noche Buena, de esta Navidad. Porque Dios se ha hecho carne, puede ser también el pan y el vino que alimenta y alegra nuestro corazón, nuestro camino de cada día, nuestro amor gracioso a todos los hermanos, hasta la vida eterna.

              Con Jesús, con su amor... podremos caminar como María, su Madre y nuestra Madre, con plena fidelidad a los planes de Dios.



CELEBRACIONES DE NAVIDAD EN SAN PABLO

DIA 24:

-19 H. MISA VESPERTINA.

-24 H. MISA DEL GALLO.

DIA 25:

-11 H. MISA EN S.IGNACIO

-12,30 H. MISA CON NIÑOS

-19 H. MISA DE NAVIDAD

DIA30:

-19 H. FIESTA SAGRADA

            FAMILIA.

DIA 31-1: COMO DOMINGO.

DIA 5-6: COMO DOMINGO.

viernes, 23 de diciembre de 2016

Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,57-66):

A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y se alegraban con ella.
A los ocho días vinieron a circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre; pero la madre intervino diciendo:
«¡No! Se va a llamar Juan».
Y le dijeron:
«Ninguno de tus parientes se llama así».
Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre». Y todos se quedaron maravillados.
Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios.
Los vecinos quedaron sobrecogidos, y se comentaban todos estos hechos por toda la montaña de Judea. Y todos los que los oían reflexionaban diciendo:
«Pues ¿qué será este niño?»
Porque la mano del Señor estaba con él.

Palabra del Señor

jueves, 22 de diciembre de 2016

Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,46-56):

EN aquel tiempo, María dijo:
«Proclama mi alma la grandeza del Señor,
“se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humildad de su esclava”.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí:
“su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación”.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
“derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia”
—como lo había prometido a “nuestros padres”—
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre».
María se quedó con Isabel unos tres meses y volvió a su casa.

Palabra del Señor

miércoles, 21 de diciembre de 2016

Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,39-45):

EN aquellos días, María se levantó y puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y, levantando la voz exclamó:
«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!
¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá».

Palabra del Señor

martes, 20 de diciembre de 2016

TARSICIOS MES DE DICIEMBRE



Reunión de Tarsicios del mes dr diciembre.
Jesús Eucaristía entre José y María. El nacimiento en el altar.
Los niños vieron una pequeña proyección rn dibujos animados sobre los acontecimientos que se desarrollaron en torno al nacimiento de Jesús y ccomentamos el papel de cada uno de los personajes.
Tras la oración finalizamos con actividades de interior organizadas por los premonitorrs debido al mal tiempo.
MENSAJE DE NAVIDAD DE NUESTRO OBISPO DON AMADEO

lunes, 19 de diciembre de 2016

 Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,5-25):

EN los días de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote de nombre Zacarías, del turno de Abías, casado con una descendiente de Aarón, cuyo nombre era Isabel.
Los dos eran justos ante Dios, y caminaban sin falta según los mandamientos y leyes del Señor. No tenían hijos, porque Isabel era estéril, y los dos eran de edad avanzada.
Una vez que Zacarías oficiaba delante de Dios con el grupo de su turno, según la costumbre de los sacerdotes, le tocó en suerte a él entrar en el santuario del Señor a ofrecer el incienso; la muchedumbre del pueblo estaba fuera rezando durante la ofrenda del incienso.
Y se le apareció el ángel del Señor, de pie a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías se sobresaltó y quedó sobrecogido de temor.
Pero el ángel le dijo:
«No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido escuchado: tu mujer Isabel te dará un hijo, y le pondrás por nombre Juan. Te llenarás de alegría y gozo, y muchos se alegrarán de su nacimiento. Pues será grande a los ojos del Señor: no beberá vino ni licor; estará lleno del Espíritu Santo ya en el vientre materno, y convertirá muchos hijos de Israel al Señor, su Dios. Irá delante del Señor, con el espíritu y poder de Elías, “para convertir los corazones de los padres hacía los hijos”, y a los desobedientes, a la sensatez de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto».
Zacarías replicó al ángel:
«¿Cómo estaré seguro de eso? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada».
Respondiendo el ángel, le dijo:
«Yo soy Gabriel, que sirvo en presencia de Dios; he sido enviado para hablarte y comunicarte esta buena noticia. Pero te quedarás mudo, sin poder hablar, hasta el día en que esto suceda, porque no has dado fe a mis palabras, que se cumplirán en su momento oportuno».
El pueblo, que estaba aguardando a Zacarías, se sorprendía de que tardase tanto en el santuario. Al salir no podía hablarles, y ellos comprendieron que había tenido una visión en el santuario. Él les hablaba por señas, porque seguía mudo.
Al cumplirse los días de su servicio en el templo, volvió a casa. Días después concibió Isabel, su mujer, y estuvo sin salir de casa cinco meses, diciendo:
«Esto es lo que ha hecho por mí el Señor, cuando se ha fijado en mi para quitar mi oprobio ante la gente».

Palabra del Señor
 Reflexión del Papa Francisco

Juan fue elegido por Dios para ir delante de Jesús a preparar su camino, y lo indicó al pueblo de Israel como el Mesías, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.

Juan se consagró completamente a Dios y a su enviado, Jesús. Pero al final, ¿qué sucedió?, murió por causa de la verdad, cuando denunció el adulterio del rey Herodes y de Herodías.

¡Cuántas personas pagan a caro precio el compromiso por la verdad! ¡Cuántos hombres rectos prefieren ir contracorriente, con tal de no renegar la voz de la conciencia, la voz de la verdad! Personas rectas que no tienen miedo de ir contracorriente, y nosotros no debemos tener miedo.

Entre ustedes hay tantos jóvenes. Pero a ustedes jóvenes les digo no tengan miedo de ir contracorriente. Cuando te quieren robar la esperanza, cuando te proponen estos valores que son valores descompuestos, valores como la comida descompuesta, cuando un alimento está mal nos hace mal.

Estos valores nos hacen mal por eso debemos ir contracorriente. Y ustedes jóvenes son los primeros que deben ir contracorriente. Y tener esta dignidad de ir precisamente contracorriente.

¡Adelante, sean valientes y vayan contracorriente! Y estén orgullosos de hacerlo.

Queridos amigos, recibamos con alegría esta palabra de Jesús. Es una regla de vida propuesta a todos. Y que san Juan Bautista nos ayude a ponerla en práctica.

Por este camino nos precede, como siempre, nuestra Madre, María Santísima: ella perdió su vida por Jesús, hasta la Cruz, y la recibió en plenitud, con toda la luz y la belleza de la Resurrección.

Que María nos ayude a hacer cada vez más nuestra la lógica del Evangelio (Reflexión antes del rezo del Ángelus, 23 de Junio de 2013)

"Todos somos pecadores. Dejémonos transformar por la misericordia de Dios". Papa Francisco

domingo, 18 de diciembre de 2016

REFLEXIÓN DE DON MANUEL PARA EL DÍA DE HOY


DOMINGO CUARTO DE ADVIENTO "CICLO A"

 1.- DIOS CON NOSOTROS. CERCANA YA LA NAVIDAD.

         Estamos a las puertas de la Navidad. Y la Palabra de Dios y todas las oraciones proclamadas nos quieren preparar a celebrarla bien.

         El Salmo no ha hecho exclamar: “Va a entrar el Rey de la Gloria”. Es verdad que hace dos mil años que se hizo hombre, pero ahora de nuevo quiere entrar en nuestra existencia, hoy y aquí, como si fuese la primera vez. Su nombre, según Isaías es Enmanuel, Dios con nosotros, Dios presente y Dios cercano.

         Y San Mateo completa su nombre, al decir el Ángel a José: El hijo de María se llamará Jesús, que significa “Dios salva”. Dios, por tanto está, viene a nosotros y viene salvando.

         Por eso, en las vísperas de la Navidad los cristianos de todo el mundo nos alegramos de esta maravillosa fiesta, por encima de otros varios aspectos de la fiesta, amables, pero más superficiales. Celebramos que Dios es Dios con nosotros y un Dios Salvador. Es la mejor fiesta que podamos imaginar y celebrar.

2.-MARIA LA QUE ESPERÓ CON INEFABLE AMOR DE MADRE.

         Hoy nuestra celebración está impregnada de un recuerdo entrañable: El de la Madre del Mesías, la Virgen María.

       Isaías anunciaba de parte de Dios que “la virgen dará a luz un hijo, y éste será el Enmanuel, el Dios con nosotros”. Y en María se cumple esta profecía como nos ha dicho San Mateo en el Evangelio. “María es la nueva Eva. Porque, si del antiguo adversario nos vino la ruina, del seno virginal de Maria ha brotado para todo el género humano la salvación y la paz. La gracia que Eva nos arrebató, nos ha sido devuelta en María”.

         El recuerdo de Maria es muy oportuno para que terminemos bien el adviento y celebremos con fe y profundidad la Navidad, a imitación de ella.

          Hoy, pues, miramos a la Madre del Señor, la Virgen Maria, nos gozamos con ella y aprendemos de ella a acoger al Salvador con fe y con amor, abriendo nuestra existencia a la acción del Espíritu Santo…

3.- UN JOVEN OBRERO QUE TAMBIÉN CREE EN DIOS.

         Al lado de la Virgen encontramos a José, su esposo. Un joven humilde, trabajador, que nos da un ejemplo de actitud abierta hacia Dios y a sus planes. El no entiende del todo el papel que Dios le asigna en la venida del Mesías. Tiene sus dudas: No comprende que él pueda caber (entrar) en los planes de Dios. Es el Ángel el que le asegura que sí, que va a ser esposo de María; y por eso va a hacer que el Mesías venga según la dinastía  de David. José acepta los planes de Dios. Como tantos otros en la historia que se encuentran desconcertados, pero que se fían de Dios; José acepta lo que Dios le encomienda y vive la Navidad desde una ejemplar actitud creyente.

         Junto con María, José también es un modelo para todos nosotros, abierto a la Palabra de Dios, obediente desde su vida de cada día a la misión que Dios le ha confiado. Por eso también podemos decir de él: “Feliz tú que has creído...”

 4.- CONCLUSIONES.

         En la ya próxima Navidad, celebramos un acontecimiento siempre nuevo: Dios que se hace Dios con nosotros. Dios Salvador. El recuerdo de María y de José nos debe ayudar a que esta fiesta no sea vacía: una Navidad sin Jesús, sino una Navidad en que gozosamente celebremos que Dios se ha hecho de nuestra familia, que ilumina toda nuestra existencia, y que nos pide una acogida de fe y de amor.

         Ahora nos pide nuestro consentimiento como a María y a José, para habitar en nuestra vida. Y una actitud de obediencia. Lo que supone sinceridad, confianza, dejar que actúe en nuestras situaciones, sean las que sean. Déjate y confía. EUCARISTÍA: Está viniendo, Dios con nosotros.

sábado, 17 de diciembre de 2016

Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (1,1-17):

LIBRO del origen de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán.
Abrahán engendró a Isaac, Isaac engendró a Jacob, Jacob engendró a Judá y a sus hermanos. Judá engendró, de Tamar, a Farés y a Zará, Farés engendró a Esrón, Esrón engendró a Aran, Aran engendró a Aminadab, Aminadab engendró a Naasón, Naasón engendró a Salmón, Salmón engendró, de Rajab, a Booz; Booz engendró, de Rut, a Obed; Obed engendró a Jesé, Jesé engendró a David, el rey.
David, de la mujer de Urías, engendró a Salomón, Salomón engendró a Roboán, Roboán engendró a Abías, Abías engendró a Asaf, Asaf engendró a Josafat, Josafat engendró a Jorán, Jorán engendró a Ozías, Ozías engendró a Joatán, Joatán engendró a Acaz, Acaz engendró a Ezequías, Ezequías engendró a Manasés, Manasés engendró a Amós, Amós engendró a Josías; Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando el destierro de Babilonia.
Después del destierro de Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel engendró a Zorobabel, Zorobabel engendró a Abiud, Abiud engendró a Eliaquín, Eliaquín engendró a Azor, Azor engendró a Sadoc, Sadoc engendró a Aquín, Aquín engendró a Eliud, Eliud engendró a Eleazar, Eleazar engendró a Matán, Matán engendró a Jacob; y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.
Así, las generaciones desde Abrahán a David fueron en total catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta el Cristo, catorce.

Palabra del Señor

viernes, 16 de diciembre de 2016


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (5,33-36):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:
«Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él ha dado testimonio en favor de la verdad. No es que yo dependa del testimonio de un hombre; si digo esto es para que vosotros os salvéis. Juan era la lámpara que ardía y brillaba, y vosotros quisisteis gozar un instante de su luz.
Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: las obras que el Padre me ha concedido llevar a cabo, esas obras que yo hago dan testimonio de mí: que el Padre me ha enviado».

Palabra del Señor