NAVIDAD 2.015
INTRODUCCIÓN: Queridos hermanos, ¡Feliz Navidad!, ¡Feliz Navidad cristiana! Un
año más os traigo la Buena Noticia, la gran alegría para todos: “Hoy os ha nacido un Salvador, el Mesías,
el Señor. Y ahí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y
acostado en un pesebre”.
Durante el Adviento hemos suplicado continuamente “Ven, Señor Jesús. Te deseamos, te
necesitamos, ven”. Y hoy se realizan nuestros deseos. El Señor ha escuchado
nuestras súplicas, y viene a nosotros, colmando hasta rebosar todas nuestras
esperanzas...
Dios nace hoy, pero no
sólo en Belén, nace en el mundo, nace en la Iglesia, nace en la comunidad
creyente, nace en las familias, en y entre los pobres, nace en cada corazón.
Dios hoy nace aquí y ahora, Dios nace en ti y en mí...
Y no es que la Navidad sea fruto del Adviento y de nuestro esfuerzo. La
Encarnación y la Navidad arrancan, tienen su origen de otra fuente, que no
puede ser otra que el amor de Dios: “Tanto
amó Dios al mundo que le envió a Hijo Unigénito”
Esta es la noticia que nos toca de lleno. Es lo que la humanidad esperó durante
siglos y que hacia cantar a los profetas: “Verán los confines de la tierra la
victoria, la salvación de nuestro Dios”. Pues bien, esta Buena Noticia se
ha producido y se sigue realizando para todas las personas y para todos los
pueblos: VERDADERAMENTE SE HA REVELADO EL AMOR DE DIOS, y la salvación llega
para todo el mundo de un modo bien real y concreto: “Un niño nos ha nacido, un Hijo se nos ha
dado”.
DIOS HERMANO Y AMIGO
DE LA HUMANIDAD SUFRIENTE
Este es el hecho central e importante de la Navidad: Dios se hace hermano,
amigo, compañero de los hombres y mujeres de nuestro mundo. Ya no caminamos
solos, ni a oscuras, abandonados a nuestra suerte o a nuestra dificultad. De un
modo discreto, eficaz, rebajándose hasta nuestra poca altura, Dios mismo se
pone a nuestro lado para ayudarnos a avanzar por los caminos de la vida y hasta
la vida plena.
Y este acercamiento
de Dios se hace de una manera peculiar: Cristo nace pobre entre los pobres. Por
eso, la Navidad desvela en nosotros la ternura del amor de verdad, de amar como
Dios mismo nos enseña, de amar de verdad a los pobres y a los que sufren...
LOS
CONFINES DE LA TIERRSA VERÁN LA SALVACIÓN DE NUESTRO DIOS. Este mensaje se
tiene que realizar. Todo el mundo, comenzando por los más débiles, debe
llegar a ver, a sentir, a palpar la salvación. Es verdad que estos días
de Navidad todos nos sentimos más dispuestos, más generosos, más capaces de
bondad. Por eso decimos que sea Navidad cada día. Y lo decimos como un deseo,
como algo que sería maravilloso, pero... tan difícil que se realice, que nos
parece imposible.
LA NAVIDAD DE CADA DIA
Fijémonos cómo también se realiza entre nosotros la Navidad de cada día: porque
se realiza en el amor de los esposos y en la paciencia y el servicio mutuo a la
familia, en la preocupación y la alegría de los hijos; en la paz y buena fe de
los abuelos y en la inquietud y generosidad de los jóvenes. Y en el trabajo
cotidiano y en los gestos de donación. Y en todo el esfuerzo humano y servicio
de tantas personas y tantos grupos de la Parroquia, en la ciudad...
En medio de todo esto, Dios nace entre
nosotros cada día. Él nos se echa atrás, sino que acompaña nuestro esfuerzo
para que vayamos mucho más allá de lo que nos atreveríamos a imaginar...
Que esta sea nuestra Navidad de 2.015: un descubrir más a Cristo pobre, a un
Cristo que se pone a nuestro lado. Una Navidad que nos ayude a crear vida...,
que nos ayude a amar más, para gloría de Dios y para poner paz, alegría, amor y
vida en nuestro mundo.
La Buena Noticia de este día, la gran alegría que celebramos se hace presente
siempre en la Eucaristía, porque ya que Dios ha tomado un cuerpo, podemos
recibirlo cada día, para prestarle nuestra vida …y que sea Él quien viva en
nosotros. Como lo acogió y lo vivió la Virgen María para entregarlo y salve al
mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario