“LA PRUDENCIA, GUÍA
EXPERTA PARA EL CAMINO”
Con motivo de la Fiesta
de San Cristóbal, patrono de los conductores, la Iglesia Española por medio del
Departamento de la Pastoral de la Carretera, dirige un saludo y un
mensaje a todas las personas cuya vida y actividad están relacionadas con
la carretera: camioneros, transportistas, taxistas, conductores de autobuses,
de autocares, de ambulancias, bomberos, guardia civil, policía de tráfico y
Cofradías de San Cristóbal.
Este año el mensaje se centra en el lema “La prudencia, guía experta para el
camino”. La prudencia es una de las cuatro virtudes cardinales, y muy útil
para que nos dejemos guiar por ella a la hora de usar la vía pública como
peatón o conductor.
El Concilio Vaticano II la definió
así: “La prudencia es la virtud que dispone la razón práctica a discernir en
toda circunstancia nuestro verdadero bien y a elegir los medios rectos para
realizarlo”.
La prudencia dice Santo Tomás, es la “regla recta de la acción”.
La prudencia es esencial a la hora de tomar un volante entre nuestras manos,
para que el viaje empiece y termine bien.
La sabiduría popular nos ha dejado muchos refranes referidos al uso de
la prudencia a la hora de conducir y que repetimos con frecuencia: “lo
importante es llegar”, “más vale tarde que nunca”, “las prisas para nada son
buenas”, “vísteme despacio, que tengo prisa”, “dar tiempo al tiempo”…
En el V centenario de Santa Teresa de Jesús, que tanto sabía de caminos,
decía “El que no deja de andar e ir adelante, aunque tarde, llega”. O lo
que es lo mismo, que las prisas no nos llevan a ninguna parte, lo importante es
llegar.
Refiriéndose a Santa Teresa, como “mujer inquieta y andariega”, dice el Papa
Francisco: “La imagen del camino
puede sintetizar muy bien la lección de su vida y de su obra”. Ella entendió su
vida como camino de perfección por el que Dios conduce al hombre, morada tras
morada, hasta Él y, al mismo tiempo, lo pone en marcha hacia los hombres. ¿Por
qué caminos quiere llevarnos el Señor tras las huellas y de la mano de Teresa?
Quisiera recordar cuatro que me hacen mucho bien: el camino de la alegría, de
la oración de la fraternidad y del propio tiempo”.
Caminos que siguen siendo válidos ahora como entonces; también cuando
conducimos o somos compañeros de viaje y, como al Papa, puede hacernos mucho
bien.
Camino de la alegría.
Una cualidad
sobresaliente en Santa Teresa de Jesús es la alegría. “Tristeza y
melancolía, dice ella, no las quiero en mi casa”. “No dejen de de andar
alegres y sirviendo”, recomendaba.
Cuando viajamos en familia o en compañía. Qué buenos momentos
podemos aprovechar para dialogar en un clima distendido y hacer un viaje feliz.
Sin embargo con demasiada frecuencia nos enfadamos y perdemos la serenidad y la
paz…
Camino de la oración
Si “entre los
pucheros anda Dios” como dice la Santa, también anda Dios en nuestras
carreteras y vehículos. Nuestro coche, nuestra cabina, nuestro taxi y demás
vehículos pueden ser lugares de oración, que ella describe “no ser otra
cosa, sino tratar de amistad… con quien sabemos que nos ama”.
Camino de fraternidad
Hermosas palabras que
aplicadas a la carretera nos invitan a ser positivos a la hora de compartir vehículo
y camino. Así el camino ha hecho muchos amigos y ha dado múltiples
oportunidades para ayudar al prójimo en algún problema…
Camino del propio tiempo
“Nada
te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza,
quien a Dios tiene nada le falta. ¡Solo Dios basta!”
Hermosas palabras que referidas al ajetreo
del tráfico…, nos invitan a la prudencia, al sosiego, a dar tiempo al tiempo y
a no dejarnos atrapar por las prisas, que nunca son buenas consejeras.
Prisas y volante
generalmente se llevan muy mal. Así lo confirman las estadísticas de la
Dirección General de Tráfico.
Conclusión. “Nada
te turbe… la paciencia todo lo alcanza”. Sería bueno repetirnos estas
palabras de Teresa de Jesús en nuestros viajes, desplazamientos, convivencias,
en nuestra vida.
Que Santa Teresa de Jesús y San Cristóbal nos alcancen de Dios la Virtud de la
Prudencia en nuestros caminos por la vida.
¡FELIZ VERANO!
Manuel Peláez Juárez, párroco
de San Pablo
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