CONTACTA CON NOSOTROS

Todos los que queráis mandarnos vuestros comentarios y sugerencias podéis hacerlo a: parroquiasanpablo2011@gmail.com

domingo, 28 de junio de 2015

REFLEXIÓN DE DON MANUEL PARA EL DÍA DE HOY


DOMINGO XIII DEL TIEMPO LITÚRGICO ORDINARIO “B”
     

         1.- DIOS NO QUIERE NI LA ENFERMEDAD NI LA MUERTE.

        Lo hemos escuchado en la primera lectura: “Dios no hizo la muerte”. Y sigue insistiendo: “No se recrea en la destrucción de los vivientes; todo lo creó para que subsistiera...” Más aún, “todas las criaturas que el Padre ha hecho, son saludables, no hay en ellas veneno de muerte”.

         Sin embargo, nosotros solemos decir: “Dios le ha enviado una enfermedad”; “Dios lo ha castigado”. “Esta enfermedad es una prueba de Dios”. Y hablando de la muerte, decimos: “Dios lo ha llamado” ó “Dios lo ha querido”.  Al hablar así, pensamos que hablamos de un modo muy cristiano. Sin embargo, nos equivocamos. Porque la Biblia, no habla así. Hoy lo hemos escuchado con bastante claridad.
                                                                                                               

         Según el lenguaje popular del Antiguo Testamento, fue el diablo el que introdujo este veneno de muerte en la Creación. Dios, en cambio, es el autor de la vida y quiere la vida para todos los hombres y mujeres. Dios no dijo: “Hágase la muerte” ó “Hágase enfermedad”. Según el Antiguo Testamento es el diablo el causante. Por eso, debemos revisar nuestros juicios y el modo de hablar y de pensar sobre la enfermedad, el mal y la muerte en el mundo.

         La muerte, la enfermedad, el mal... no los envía ni los quiere Dios; lo que hace Dios que ama la vida, es ayudarnos a sobrellevar con paciencia y amor estos males... que El nunca quiere.

          2.- LO QUE HACIA JESÚS Y LO QUE PODEMOS HACER NOSOTROS.

         Esto lo vemos claro en el Evangelio: Jesús no dice a los enfermos que tuvieran paciencia, que vieran en el sufrimiento una prueba de Dios. Ni que la muerte de deba aceptar resignadamente. No lo dice. Jesús ante la enfermedad, muerte... no habla. Jesús actúa; es decir, cura y resucita.


         Nosotros podemos preguntarnos que podemos y debemos hacer ante nuestros hermanos y hermanas enfermos... ó ante los que sufren la muerte de seres queridos... Lo que Jesús, el Maestro, hacía no lo podemos hacer... ¿Qué hacer, pues? Se trata no tanto de hablar, sino de actuar. Pero, ¿cómo? Procurando comunicar vida a quienes más la necesitan. Haciendo compañía, atendiendo con el máximo cariño, ayudando en todo lo que necesitan... Dicho de otro modo: Lo que nosotros podemos hacer es procurar COMPARTIR Y COMULGAR CON EL AMOR QUE DIOS TIENE PARA LOS QUE SUFREN POR LA ENFERMEDAD O CERCANIA DE LA MUERTE. No tenemos el poder de hacer milagros, pero tenemos el poder de amar, que es lo más importante.

         3.- CON FE

         Jesús necesitaba una cosa para poder actuar, curar... Necesitaba que quienes pedían, tuvieran fe. Así le dice a Jairo: “No temas, basta que tengas fe”. A la mujer afligida: “Tu fe te ha curado” ¿De qué fe se trata? La fe que pide Jesús es una gran confianza en la bondad de Dios, en que Dios es el Padre de la vida y quiere vida para todos. Y este gran anuncio se realizaba por Jesús.

         Esta fe en la bondad de Dios, creador y amante de la vida, que sufre por el dolor de los que sufren; esta fe que hemos recibido de Jesucristo, es lo que cada Domingo renovamos y celebramos en la Eucaristía, donde Él se entrega por amor y nos da la Vida.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario