CONTACTA CON NOSOTROS

Todos los que queráis mandarnos vuestros comentarios y sugerencias podéis hacerlo a: parroquiasanpablo2011@gmail.com

domingo, 3 de mayo de 2015

REFLEXION DE DON MANUEL


 DOMINGO V DE PASCUA “B”


                        Hermanos y hermanas: ¡Bendigamos a Dios Padre, que por medio de su Espíritu nos une a su Hijo Jesucristo resucitado que es la Vid verdadera!

                        La Palabra de Dios proclamada es alentadora: Nos habla de una presencia de Jesús en nosotros que es garantía de vida y de eficacia.
1º.- “YO SOY LA VID Y MI PADRE ES EL LABRADOR” Jesucristo Resucitado es la verdadera vid, plantada en la tierra desde la Encarnación por el Padre, que es el Labrador. Nosotros, por el bautismo, somos sarmientos unidos a esa vid, Jesucristo, y hemos de dar los frutos que esa unión (alianza) pide: Intimidad con Dios y vida de fraternidad y de amor con todos los hombres, especialmente con aquellos más necesitados...  Realidad.

2º.-  “PERMANECER EN MÍ Y YO EN VOSOTROS”. Estas palabras nos recuerdan la formula de la Antigua Alianza: “Yo soy vuestro Dios y vosotros sois mi pueblo”. Esta intimidad con Dios e íntima fraternidad con los hermanos se realiza por medio de Jesús, “Vid verdadera”, y que nos hace a nosotros permanecer en Él.
La Iglesia, nuestra comunidad, es la viña del Señor, unida a Cristo verdadera Vid del Padre. Así pues, hoy se nos insiste en la comunión de vida con Cristo: Revisémosla, pues de ella depende nuestra unión con el Padre y nuestra fraternidad con los hombres, nuestros hermanos.

                        Como la savia vital que fluye a los sarmientos y les permite dar fruto, así es nuestra comunión de vida con Cristo; y al revés, la separación de Cristo hace estéril toda vida en el individuo y en la comunidad.: “Sin Mí nada podéis hacer”.

3º.- “PERMANECED EN MÍ” Juan lo repite varias veces. El Señor Resucitado no solo quiere estar presente en medio de nosotros, ni solo que nosotros estemos con Él, o sigamos tras de Él, a seamos de Él, SINO QUE VIVAMOS EN ÉL.: Es todo un programa de comunión, para vivir la misma vida que Él vive.
                        El sarmiento vive, si está unido; muere si se separa, da fruto o no da fruto; ese “permanecer en”, no es una actitud pasiva y estática. Hay todo un dinamismo de vida, de savia comunicada, de frutos; y todos queremos dar fruto, nadie quiere ser estéril.
                        ¿Qué significa, pues, en la práctica esta imagen para la comunidad  o para el cristiano? Se puede traducir en varias direcciones:
                        1ª. Creer en Él es el primer y radical lazo que nos une: “Somos de la verdad”. Se nos propone “que creamos en el nombre de Jesús”, nuestro Dios y Señor.
                        2ª. El amor: La segunda lectura relaciona estrechamente el creer con el amor: “Creamos... y nos amemos unos a otros”. Este es el mandamiento, estos son los frutos de nuestra unión con Jesús. El amor que Dios nos tiene se traduce en el amor como clave de vida fraterna.
                        3ª. La oración: ¿Cómo podemos estar unidos a Cristo, sin el lazo de la oración? La personal, la comunitaria, los Sacramentos, etc.: Ese es un momento privilegiado de encuentro con Cristo y con su Palabra que permiten que sigan vivas la fe y el amor.
                        Pero también hay que tener en cuenta la comunidad. La unión con Cristo no es ajena a la unión con la Iglesia, con la comunidad. Nuestra unión con Cristo pasa por la unión con todos los hermanos.
                        Hay también una dirección interesante en la imagen: LA PODA.  A quienes se mantienen unidos a Cristo, Dios los poda, para que den más fruto. ¿Qué aspectos de nuestra existencia hemos dejado que sean podados en esta Cuaresma-Pascua.

4º.- LA EUCARISTÍA: “El que me come permanece en Mí y yo en él; como yo vivo por el Padre, que vive, así el que me come vivirá por Mí”. Así es la Eucaristía, es el resumen condensado de todos los lazos de unión con Cristo, y por tanto, la fuente de todos los frutos...


No hay comentarios:

Publicar un comentario