CONTACTA CON NOSOTROS

Todos los que queráis mandarnos vuestros comentarios y sugerencias podéis hacerlo a: parroquiasanpablo2011@gmail.com

domingo, 22 de marzo de 2015

REFLEXIÓN DE DON MANUEL PARA ESTE DOMINGO


DOMINGO V DE CUARESMA “B”  FIESTA DE NTRO.

PADRE JESÚS Y DEL S. CRISTO DE LA EXPIRACIÓN

       Sr. Presidente de la Agrupación arciprestal de Cofradías, Hermano Mayor y Junta de Gobierno de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Expiración... Queridos cofrades  y hermanos.

       Todos los años con la Fiesta en honor a vuestro Titular, nos acercamos a la Semana Santa, a la Semana Grande de los cristianos, para CELEBRAR LA PASCUA DE NTRO. SR. J. C., su paso de la muerte a la vida y todos nosotros con Él.

      Pero aún esta Semana seguimos haciendo nuestras la palabras del Maestro: “El que quiera servirme, que me siga y donde esté yo, allí también estará mi servidor, a quien me sirva el Padre le premiará”.  Así pues, seguimos al Señor, somos cristianos, y vamos con Él a Jerusalén a dar muerte al Príncipe de este mundo, a Satanás, al pecado… para vivir en la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Renovaremos y actualizaremos nuestro bautismo; pondremos a punto nuestra vida cristiana… Abandonaremos nuestro pecado y viviremos la alegría de nuestra fe.          

                          TODO ELLO, PORQUE

                            Se cumple  la promesa que en su día realizó Dios por medio del Profeta Jeremías: “Mirad que llegan días en que haré... una alianza nueva”. Meteré mi ley en su pecho, la escribiré en sus corazones”. Esta Alianza será definitiva, no quedará grabada en unas tablas de piedra, sino en los corazones. Por eso, hemos pedido repetidamente: “Oh Dios, crea en mí un corazón puro”.

                            Esa Nueva alianza, la definitiva la selló Cristo Jesús con su sangre en la Cruz, con su muerte. (El Cordero de Dios). Aquellos días de que habla Jeremías, son los días de Jesús de Nazaret, como  nos dice San Pablo. “Cristo, en los días de su vida inmortal, a gritos y con lágrimas, presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte...” Y en el Evangelio se nos habla hoy de la “Hora” de Jesús, refiriéndose a los días de su Pasión-Muerte y Resurrección; es decir, a los días de su glorificación, de su paso de este mundo al Padre; y con Él todos nosotros.

                            Ahora sí, ahora tenemos uno... Tenemos un mediador, un pontífice totalmente solidario con nosotros, que no es extraño a nuestra historia, que sabe comprender nuestros peores momentos de crisis, de dolor, de duda, de fatiga...
Los ha experimentado Él mismo en su propia carne. Solidarizándose con la humanidad hasta la cruz, hasta la muerte, ha hecho suyo el castigo que merecían nuestros pecados; y “se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación eterna.”

             EL GRANO DE TRIGO QUE MUERE DA FRUTO.

                              Sin embargo la Cruz no es la última palabra. El amor total (desvivirse) hasta la muerte tiene un sentido profundo de fecundidad. Jesús mismo nos lo ha explicado: “Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo. Pero si muere, da mucho fruto”. Ese es el camino de la salvación que Cristo ha elegido. El único camino que vale la pena seguir y que trae consigo la vida, la felicidad, la plenitud, aunque cueste. Aterrizar con ejemplos: El otro, los otros...  “El que se ame a sí mismo, se pierde”.

                            Consecuencias: Celebrar la Pascua es pasar de lo viejo a lo nuevo, de la muerte a la vida. Celebrar la Pascua supone renunciar al pecado y abrazar con decisión el estilo de vida de Jesucristo, e ir interiorizando, personalizando, la Alianza de Dios. Y este proceso comporta la mayoría de las veces lucha, dolor, sacrificio, conversión a los caminos de Dios, señalados en el Evangelio, y que no son los de este mundo.

                            El mejor fruto de la Pascua es que se note en nosotros el cambio de estilo de vida. En la noche de la Vigilia Pascual, la celebración principal del año para los cristianos, recordando nuestro bautismo, renunciaremos explícitamente al pecado... y profesaremos nuestra adhesión a Dios, a Cristo, al Espíritu Santo y a su Iglesia. Hemos de concretar nuestras renuncias y nuestra adhesión a Cristo…

                           Hoy también celebramos el Día del Seminario, cuyo lema elegido para este año es “SEÑOR, ¿QUÉ MANDAIS HACER DE MÍ? Invocación de Santa Teresa de Jesús al Señor al celebrar el 500 Aniversario de su nacimiento.

                           Sí, hermanos, el sacerdote es el hombre elegido y enviado por Dios para ser mensajero de su amor misericordioso, tanto con su palabra como con su vida y su misión. El sacerdote es un testigo privilegiado del amor de Dios, cuando Dios ha pensado en él, llamándole al ministerio sacerdotal.

                          Por su ministerio pasa la misericordia de Dios a través de la predicación, de modo eminente en la presidencia de la celebración de la Eucaristía y del Sacramento de la reconciliación.

 



No hay comentarios:

Publicar un comentario