DOMINGO CUARTO DE CUARESMA CICLO A
Muchos de nosotros
habremos conocido a alguna persona ciega. Una persona ciega es una pena, una
gran tristeza. No poder ver una luz, un color, un cielo azul, un bello rostro,
una mirada bella... Es una pena.
1.- CIEGO DE NACIMIENTO ES TODA PERSONA
Sin embargo, podemos
afirmar que toda persona que viene a este mundo padece ceguera: ciegos nuestros
ojos y turbios y enfermos y cansados. Pues vemos cosas, objetos, máquinas...
Vemos llagas, lágrimas, pobrezas, riñas, esclavitud... Y, aunque nuestros ojos han visto y ven
también muchas realidades buenas; la vida que nace, el amor que crece, el
esfuerzo que crea...
Podemos seguir
afirmando nuestra ceguera: VEMOS MUCHAS COSAS, PERO SE NOS ESCAPAN LAS MÁS
IMPORTANTES. Nuestros ojos se fijan en la estatura, y en las apariencias, pero
no ven el corazón. No son suficientes nuestros ojos. PARA VER EL CORAZÓN SE
NECESITAN OTROS OJOS, LOS DEL CORAZÓN.
Pues, ¿quién valora a
los pobres, a los niños, a los ancianos, a los deficientes…? Cierto joven
enfermo de Sida se cuestionaba, ¿por qué me amáis?
LA MASCARA Y EL
PERSONAJE
Somos ciegos incluso
para nosotros mismos. Nos da miedo mirarnos. No sólo cultivamos las
apariencias, sino que vivimos en ellas. Vemos la imagen que nos vamos formando,
no la
realidad.
Por eso, nos molesta tanto que alguien nos haga ver la realidad, lo que somos.
¿No te das cuenta de
que te buscas a ti mismo en todo, que eres mezquino, envidioso, egoísta? NO TE DASCUENTA DE QUE
ERES UN POBRE CIEGO? “No te das cuenta de que eres un desgraciado, digno de
compasión, pobre, ciego y desnudo”.
DIOS ESTÁ AHÍ. Somos ciegos porque no tenemos a Dios, porque
no vemos a Dios. Buscamos constantemente pruebas y exigimos signos, milagros,
sin embargo, Dios está ahí: en las estrellas, en el agua que acaricia, en el
beso de la madre, en la sonrisa del niño; en el servicio generoso y en el pobre
indefenso... Dios está aquí; hasta le podría sentir, respirar... PERO ESTOY
CIEGO.
2.- LA CURACIÓN DEL CIEGO
El ciego de nacimiento
tuvo la suerte , la gracia, de encontrarse con Jesús, que era un sol. No fue el
ciego, fue Jesús el que vio al ciego y, compadecido, quiso curarlo.
LAS
MEDIACIONES
Jesús podía haber curado al ciego inmediata y directamente, con una sola palabra o un solo golpe de gracia. Y, sin embargo, utiliza una serie de mediaciones. TODO UN PROCESO: La saliba, el barro en los ojos, la necesidad de lavarse en la piscina. Y es que Cristo necesita de NUESTRA COLABORACIÓN: El que no multiplica los panes, si no ofrecemos los pocos que quedan.
TAMPOCO CURA AL CIEGO:
-
Si primero no reconoce bien sus ceguera.
-
Si no escucha y acepta la Palabra.
-
Si no se deja conducir.
-
Si no se lava o se deja lavar en la
Piscina del Enviado.
RECONOCER LA CEGUERA: Y es que la Buena Noticia
llega para aquellos que sienten la necesidad de ser salvados. , su incapacidad
y valoran el poder de la gracia.
ESCUCHAR LA PALABRA:
Es salir de sí mismo y estar abierto al don que Dios nos promete. Es
empezar a confiar, empezar a creer.
DEJARSE CONDUCIR: El ciego no pone resistencia.
Cuando Jesús le embarra, se lava en la piscina cuando Jesús lo manda; se fía de
la palabra de Jesús. Es decir, no debemos poner resistencia y obstáculos a la
gracia. Hay que ponerse en las manos de Dios y dejarse llevar, aunque nos
siempre entiendas sus caminos.
LAVARSE EN LA PISCINA: La del Mesías, la piscina de
la Iglesia. Se trata de aceptar esas mediaciones humanas que Dios ha señalado.
Y no se trata del valor de esas mediaciones, sino de la fe. Todos nos podemos
salvar por la fe en la palabra y en la presencia de Jesús, que se conservan y
actualizan en la Iglesia.
3.- VER A JESÚS
El ciego tardó en ver a
Jesús. Después que es expulsado de la Sinagoga, Jesús sale otra vez a su
encuentro. El no puede abandonar a los que sufren persecución. Entonces, el
ciego vio a Jesús, pero aún no le conocía.
Pero ahora Jesús le va
a curar nuevamente y le va a añadir una sobredosis de luz. “Cree tú en el Hijo
del Hombre?... Lo estás viendo... Creo, Señor. Y se postró ante Él”. Ahora es
cuando el ciego está definitivamente curado de su ceguera. Ahora es cuando ha
recibido enteramente su salvación. Ha visto a Jesús; ha visto en él al Mesías;
y se postró ante Él.
Todo el que ha sido
curado de la ceguera, todo el que cree en Jesús, tiene que esforzarse por
verle, por descubrir también hoy su presencia entre nosotros.
Tampoco le resultará
fácil , necesitas que el Señor te cure diariamente los ojos, para que puedas
seguir viendo.
QUE VEAS COMO JESÚS
Y todavía se te pide
más: que nos sólo veas a Jesús, sino que veas como Jesús: que veas las cosas,
los hechos, las personas como Jesús las ve. Todo seria tan distinto. ¡ Ver con
los ojos de Jesús, ver con el corazón de Jesús!
Y un poco más: que
llegues a iluminar como Jesús.
Eucaristía: Palabra...
Confesión.... Comulgar... Proclamar...
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