DOMINGO PRIMERO DE CUARESMA CICLO “A”
Queridos
hermanos… El Señor nos concede la Cuaresma, cuarenta días caminando hacia la
Pascua, hacia la luz, ejercitándonos para el triunfo explosivo del amor. Un
verdadero maratón.
Pero
nadie puede alcanzar una meta sin conocer los caminos, sin preparar lo medios.
Nuestra meta deseada: RESUCITAR CON CRISTO, pero primero hemos de recorrer los
caminos de Getsemaní, de Jerusalén, Calvario. Pasar por la lucha, la agonía, la
cruz, la muerte. Morir mucho para vivir en Cristo.
Medios: No necesitamos cosas, nos estorban, debemos despojarnos para
correr con agilidad. Necesitamos acopio de fe y de amor, abundancia de la
Palabra, capacidad de escucha, para seguir las indicaciones del guía, el
Espíritu.
1.-
LAS TENTACIONES DEL VIEJO ADÁN.
Hoy
la Palabra nos hace poner la mirada en el viejo Adán, que es el hombre que
siempre es tentado. Es cada uno de nosotros. El viejo Adán es como un viejo
árbol que tiene siete raíces deñadas,
viciadas que envenenan todos sus frutos:
LA SOBERBIA. Es el deseo de dominar, prevalecer,
destacar, de brillar; es la pasión por el poder sin límites.
LA AVARICIA o la pasión por tener, el retener,
el acaparar. Es la tentación del consumo que hoy nos seduce y fascina…
LA LUJURIA. La seducción de la carne o el deseo
sin amor. Por la que a la sexualidad se le quita su dinamismo relacional, su
capacidad de apertura al otro, su trascendencia. Esta seducción es imperante y
dominante…
LA IRA. La tentación de la violencia, la ley del
más fuerte; que da lugar a una sociedad violenta y agresiva. Enseguida nos
enfadamos, amenazamos,,,
LA GULA: Es el yo epulón, vivir para comer,
vivir es beber. El estomago es el rey. Sociedad consumista donde todo se
convierte en una tarta que se puede devorar.
LA ENVIDIA: El no querer que el otro te supere en todo. Uno es el más guapo, el que
mejores notas saca. Por eso se le atraganta la belleza, la inteligencia…
LA PEREZA, es la tentación de no comprometerse
para nada; de no complicarse la vida para nada; de no esforzase para nada. “Que
trabajen los otros”, “yo no hago nada malo”, pero de olvida que no hace nada
bueno”, pero se olvida que no hace nada bueno.
SERPIENTE SEDUCCTORA. Por si fuera poco, a este árbol dañado…que es el
hombre, se le enrosca una serpiente engañosa. La serpiente es el símbolo de
todas las fuerzas malignas y opresoras que están fuera del hombre. Es el pecado
del mundo, es el ambiente de pecado que nos envuelve y nos arrastra; ejemplos
que vemos, los principios que escuchamos… Lo que decía Jesús, EL REINO DE LAS
TINIEBLAS.
¿QUIÉN PODRÁ SACARNOS DE ESTA SITUACIÓN?
2.-LAS TENTACIONES DEL NUEVO ADÁN: JESUCRISTO
También Jesús, el Hijo del hombre, lo vemos zarandeado por el espíritu
malo; y en Él aprendemos hermosas lecciones: a) Que la tentación no es mala.
b) Que la
tentación puede ser vencida.
La
tentación presenta a Jesús un mesianismo barato que utilice sus poderes para su
servicio, que utilice a Dios, que impresione en plan protagonista, un poderoso
Mesías que condujera a su pueblo de victoria en victoria: son las tentaciones
del tener, del poder y de la gloria.
Jesús
las supera (desierto, Getsemaní, cruz) y las supera con oración y con la
Palabra. Jesús necesitó orar. Su alimento fue la Palabra.
EL
ARBOL DE LA CRUZ: Jesús vence desde dentro. El árbol del Paraíso con sus siete
raíces envenenadas se transformará en el árbol de la Cruz, con raíces
totalmente limpias, que podemos resumirlas en tres:
LA HUMILDAD. Contra la tentación del poder se
anonadó y se humilló hasta la muerte de cruz. No bajará de ella como le
tentaban. Nos enseño a servir y a buscar el último lugar.
POBREZA. Contra la tentación del tener, se
despojó de todo, hasta morir desnudo, y nos lo dio todo hasta su propia sangre.
Nos enseña a la confianza en Dios y al compartir.
PACIENCIA. Contra la tentación de la ira,
venganza, placer, Jesús sería el Cordero llevado al matadero, entregado por
todos; nos enseña a perdonar, a asumir la cruz, a compartir con todos los que
sufren.
UNA SOLA RAIZ: EL AMOR. Estas tres raíces del
hombre nuevo, se reducen a una, EL AMOR. “Nadie
tiene más amor…” “Ha venido para que
donde abundo el pecado y con el pecado la muerte, sobreabundara la gracia y con
la gracia LA VIDA”. Por eso Él es la VIDA.
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