DOMINGO TERCERO DEL TIEMPO ORDINARIO “A” SANTA INFANCIA MISIONERA
Queridos
hermanos en Cristo Jesús, el Señor resucitado Hoy es el Día del Señor. Hoy es
el día de sus cristianos. En este hermoso día celebramos la Jornada de la
Infancia Misionera bajo el lema: “Los niños ayudan a los niños” Y
también seguimos pidiendo por la unidad de los cristianos.
La
Palabra de Dios proclamada nos ayuda a vivir es dos objetivos. San Mateo nos ha
presentado a Jesús en Galilea predicando el Evangelio del Reino, llamando a las
personas a convertirse, a volverse al Reino de Dios. Jesús también llama e
invita a seguirlo a personas concretas, para continuar su misión.
Con
Jesús, el Hijo de Dios… “el pueblo que habitaba en tinieblas vio una
luz grande, a los que habitaban en tierras de sombras una luz les brillo”;
pues anunciaba la Buena Noticia del Reino y curaba las dolencias y enfermedades
del pueblo.
Jesús
es la gran luz que disipa, rompe las tinieblas del mal, del pecado y de la
muerte. “Yo soy la luz del mundo. El que me sigue tendrá la luz de la vida”. Por
ello lo primero que hace es invitar a volverse a Él, a convertirse y a
seguirle. Desde entonces (dos mil años) miles y miles, millones y millones de
hombres y mujeres de todas las épocas y de todo el mundo hemos conocido, vivido
y celebrado su Reino…
A
pesar de ello, también ahora el mundo (muchas personas, niños, jóvenes y
mayores) viven en tinieblas y necesita la luz de Cristo. Así lo comprobamos al
ver El Materialismo, que ocupa el lugar de Dios, que rechaza la trascendencia,
quedando la vida vacía de sentido; la búsqueda de la felicidad que, reducida al
bienestar, queda cortada por el absurdo de la muerte y de la nada. El egoísmo,
la ambición, la fuerza y el poder de unos y el grito angustiado de los
desposeídos, son la base de todas las guerras interminables…Hay un gran
cantidad de conflictos mundiales en los que se mezclan la economía y las
diferencias étnicas, culturales y religiosas. Estamos muy lejos de un mundo
reconciliado en el que reine la justicia y el bienestar de todos.
¿Y
el mundo de los niños? Muchos son adultos antes de tiempo, explotados…
Preguntémonos qué hace un niño con un arma en la mano. Qué hace el mundo para
que un niño tenga un arma en la mano. Qué ha hecho un niño para caminar con una
sola pierna. “Cuando estás desesperado por el hambre, dicen unos niños de
Guatemala, no te preocupas por el sabor de una pizza o si está podrida”
Pues
bien, ante la realidad, si pensamos que no podemos hacer nada…, es que estamos
enfermos de corazón. El Papa Francisco llama “Fantasías de la Caridad” a las nuevas iniciativas que hemos de
emprender para conseguir una mayor igualdad… Millones de niños dependen de
nuestro ingenio… Ninguna iniciativa es pequeña. Uniéndolas todas podremos mirar
directamente a los ojos de esos miles de niños menos favorecidos.
Por otro lado, estamos haciendo grandes
esfuerzos de diálogo entre las distintas Iglesias cristianas (católicos,
ortodoxos, anglicanos…) para conseguir la unidad entre todos. Estos días
intensificamos nuestras plegarias para conseguirla, buscando más lo que nos une
que lo que nos separa.
Hermosas palabras de San Pablo hoy en
la segunda lectura, cuando denuncia enérgicamente las divisiones que ya había
en la comunidad cristiana de Corinto. Ante estas realidades, Jesús nos invita a
seguirle y a realizar nuestra misión que es la misma suya: Iluminar a nuestro
mundo… dando sentido a la historia humana que vamos haciendo día a día,
abriendo caminos sencillos de vida y de unidad y de paz para todos.
Como María cuando fue a ayudar a su
prima Isabel embarazada de Juan Bautista, vamos también nosotros a ayudar a
todos los niños a que nazcan sanos y a desarrollar su vida plenamente.
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