NAVIDAD 2.013
INTRODUCCIÓN: Queridos hermanos, ¡Feliz Navidad!, ¡Feliz Navidad
cristiana! Un año más os traigo la Buena Noticia, la gran alegría para todos: “Hoy
os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor. Y ahí tenéis la señal:
encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre”.
Durante el Adviento hemos suplicado continuamente “Ven, Señor Jesús. Te deseamos, te necesitamos, ven”. Y hoy se
realizan nuestros deseos. El Señor ha escuchado nuestras súplicas, y viene a
nosotros, colmando hasta rebosar todas nuestras esperanzas...
Dios nace hoy, pero no sólo en Belén, nace en el mundo, nace en la
Iglesia, nace en la comunidad creyente, nace en las familias, en y entre los
pobres, nace en cada corazón. Dios hoy nace aquí y ahora, Dios nace en ti y en
mí...
Y no es que la Navidad sea fruto del Adviento y de nuestro esfuerzo. La
Encarnación y la Navidad arrancan, tienen su origen de otra fuente, que no
puede ser otra que el amor de Dios: “Tanto amó Dios al mundo que le envió a
Hijo Unigénito”
Esta es la noticia que nos toca de lleno. Es lo que la humanidad esperó
durante siglos y que hacia cantar a los profetas: “Verán los confines de la
tierra la victoria, la salvación de nuestro Dios”. Pues bien, esta Buena
Noticia se ha producido y se sigue realizando para todas las personas y para
todos los pueblos: VERDADERAMENTE SE HA REVELADO EL AMOR DE DIOS, y la
salvación llega para todo el mundo de un modo bien real y concreto: “Un niño
nos ha nacido, un Hijo se nos ha dado”.
DIOS
HERMANO Y AMIGO DE LA HUMANIDAD SUFRIENTE
Este es el hecho central e
importante de la Navidad: Dios se hace hermano, amigo, compañero de los hombres
y mujeres de nuestro mundo. Ya no caminamos solos, ni a oscuras, abandonados a
nuestra suerte o a nuestra dificultad. De un modo discreto, eficaz, rebajándose
hasta nuestra poca altura, Dios mismo se pone a nuestro lado para ayudarnos a
avanzar por los caminos de la vida y hasta la vida plena.
Y este acercamiento de Dios se hace de una manera peculiar: Cristo nace
pobre entre los pobres. Por eso, la Navidad desvela en nosotros la ternura del
amor de verdad, de amar como Dios mismo nos enseña, de amar de verdad a los
pobres y a los que sufren...
LOS CONFINES DE LA TIERRSA VERÁN LA SALVACIÓN DE
NUESTRO DIOS. Este mensaje se tiene que realizar. Todo el mundo, comenzando por
los más débiles, debe llegar a ver, a
sentir, a palpar la salvación. Es verdad que estos días de Navidad todos nos
sentimos más dispuestos, más generosos, más capaces de bondad. Por eso decimos
que sea Navidad cada día. Y lo decimos como un deseo, como algo que sería
maravilloso, pero... tan difícil que se realice, que nos parece imposible.
LA
NAVIDAD DE CADA DIA
Yo quisiera afirmar hoy con
vosotros la esperanza y la confianza en nosotros mismos, en la humanidad y en
la vida real de cada día. Y decirnos: Navidad, de hecho, es cada día. Es una
invitación a mirar nuestras vidas y nuestro mundo y a descubrir también los
signos de vida y de esperanza, de la presencia del Señor y de su amor. La
Navidad de Jesús, de María y de José, de los Ángeles y los pastores, no fue una
Navidad fácil, una Navidad luminosa y triunfal, fue la Navidad de la
generosidad y de la entrega de María, de la confianza y buena fe de José, de la
sorpresa de los pastores.
Fijémonos cómo también se realiza
entre nosotros la Navidad de cada día: porque se realiza en el amor de los
esposos y en la paciencia y el servicio mutuo a la familia, en la preocupación
y la alegría de los hijos; en la paz y buena fe de los abuelos y en la
inquietud y generosidad de los jóvenes. Y en el trabajo cotidiano y en los
gestos de donación. Y en todo el esfuerzo humano y servicio de tantas personas
y tantos grupos de la Parroquia, en la ciudad...
En
medio de todo esto, Dios nace entre nosotros cada día. Él nos se echa atrás,
sino que acompaña nuestro esfuerzo para que vayamos mucho más allá de lo que
nos atreveríamos a imaginar...
Que esta sea nuestra Navidad de
2.012: un descubrir más a Cristo pobre, a un Cristo que se pone a nuestro lado.
Una Navidad que nos ayude a crear vida..., que nos ayude a amar más, para
gloría de Dios y para poner paz, alegría, amor y vida en nuestro mundo.
La Buena Noticia de este día, la
gran alegría que celebramos se hace presente siempre en la Eucaristía, porque
ya que Dios ha tomado un cuerpo, podemos recibirlo cada día, para prestarle
nuestra vida …y que sea Él quien viva en nosotros. Como lo acogió y lo vivió la
Virgen María para entregarlo y salve al mundo.
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