D MANUEL, PARA LA REFLEXIÓN

ORAMOS POR TODOS LOS DIFUNTOS

               Hoy es un día especial para todas las personas. Pues todos somos fruto de nuestros progenitores y de nuestros antepasados, que ya no están con nosotros. Y las preguntas son inevitables: ¿Dónde se encuentran?, ¿Es posible que tanto trabajo, tanto cariño, tanto esfuerzo por vivir y hacer vivir a otros (nosotros) se haya desvanecido en la nada? Al menos es difícil no recordarlos y no tener algún detalle con ellos.

             Para unos este recuerdo puede ser sólo nostálgico; es decir, de personas  queridas que ya pasaron y sin futuro alguno. Para otros es un recuerdo vivido desde la fe que les hace exclamar: “Nuestros muertos viven”, porque “nuestro Dios es un Dios de vivos y no de muertos”.

              Para estos, para los creyentes este día, además de recuerdo, es día de Fiesta. Celebran un hecho salvador: sus muertos viven. Y porque lo creen, lo proclaman así: Jesús murió y resucitó, y nos enseño a vivir y a morir para resucitar.

              En Baeza somos creyentes cristianos y asumimos la gran verdad de Cristo que nos dijo: “Yo soy la Resurrección y la Vida, el que cree en Mí, no morirá para siempre”. Por eso, HOY ORAMOS POR LOS DIFUNTOS, ya que tenemos fe en un amor más grande que el nuestro: el amor de Dios, mostrado en su Hijo Jesucristo, que va más allá de la barrera de la muerte.

             Podrá creerse o no en Jesucristo. Podrá afirmarse o no que no hay más vida que esta. Pero lo que no se puede es tener fe en Jesucristo y negar la resurrección de los muertos. Ser cristiano y creer en la resurrección es un binomio indisoluble. Si morimos con Cristo, si damos la vida por amor como Él, resucitaremos con Él y por Él.

             Es por lo que al recordar hoy a nuestros difuntos, este recuerdo se hace ante Dios y se hace oración y plegaria. Pedimos que su amor inmenso llene de vida, de paz y de gozo a todos los que han muerto, conocidos y desconocidos. Pedimos que su infinita misericordia perdone el mal que por debilidad, pudieron cometer. Pedimos que nos guie y nos fortalezca también a nosotros peregrinos, para poder llegar a gozar plenamente de la felicidad eterna con todos nuestros seres queridos