CONTACTA CON NOSOTROS

Todos los que queráis mandarnos vuestros comentarios y sugerencias podéis hacerlo a: parroquiasanpablo2011@gmail.com

domingo, 29 de julio de 2012

D. MANUEL REFLEXIÓN DEL DOMINGO XVII

INTRODUCCIÓN: Un pan que nunca se termina, que alcanza a todos; unos peces que pasan de mano a mano, y todo el mundo toma cuanto quiere. ¿Qué historia más sorprendente! Y al mismo tiempo, que historia más sugerente, que historia más expresiva de LO QUE DESAERÍAMOS QUE SIEMPRE SUCEDIERA: Que nosotros y todo el mundo, pudiera tener siempre lo que necesita, lo que anhela y lo que lo hace feliz.
EXPLICACIÓN: Sin duda esta historia nos ofrece enseñanzas útiles para nuestra vida. Aquella multitud seguía a Jesús porque habían visto los signos que hacia. Se sentían impresionados por su palabra y por sus obras. Esperaban mucho de Él y no lo dejaban.
Jesús  se dispone a hablarles, para hacerles ver que todo lo que él hace es signo de que está llegando el Reino de Dios, pero antes se da cuenta de que toda aquella gente no había comido.
EL GESTO PROFÉTICO: Jesús toma la iniciativa. Toma los panes, hace un gesto, hace el milagro. Es Jesús quien reparte, respetando la libertad de aceptar o no lo que se da. “Todo  lo que quisieron”
¿Qué quiere significar Jesús con este gesto? Jesús quiere significar con él SU VIDA de ahora y de después. Es un gesto profético: JESÚS ANTICIPA LO QUE DESPUÉS HARÁ: ENTREGARSE. El se repartirá como el pan de cebada,  el pan de los pobres. Jesús es ese pan de los pobres. Jesús repartiéndolo se da a sí mismo, se entrega por amor.
Este gesto, pues, anticipa su entrega por amor: Aquí hay una experiencia de gratuidad: que si uno se da por poca cosa que sea (no es necesario ser  importante…) genera una dinámica imparable de comunión, pues ya no sumamos, sino que multiplicamos.
COMPARTIR. Un segundo aspecto de este signo de Jesús alimentando a la multitud es fundamentalmente EL COMPARTIR LO QUE SE ES, AUNQUE SEA (MOS) POCA COSA. Sólo un muchacho tenia cinco panes de cebada y un par de peces. Pero esa pobreza, poca cosa compartida, se convierte en alimento para miles de personas y aún sobra. Efectivamente la disposición de seguir a Jesucristo, debe ir unida con una disposición de compartir lo que se es y lo que se tiene. No valen seguimientos egoístas. No valen excusas. LO PRIMERO ES COMPARTIR, aunque se tenga poco. Sólo el hombre abierto a los demás, dispuesto a compartir su vida puede abrirse y participar de la vida, de la riqueza de vida que aporta Jesucristo y viceversa.
CONCLUSIONES: Jesús  por su generosidad ha satisfecho nuestro apetito… Que todas las personas puedan satisfacer sus necesidades… por nosotros. La vida cristiana es una corriente, una multiplicación, una comunión.
La Eucaristía que ahora celebramos es expresión de este gesto profético de Jesús: Partir el pan para repartirse Él mismo. Jesús se da con generosidad; por eso con la fracción del pan, significamos que todos los hombres estamos llamados a la comunión, a una distribución solidaria de los panes que poseemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario