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jueves, 29 de septiembre de 2011

Rouco Varela preside una misa de acción de gracias en la catedral de La Almudena

"Sin Benedicto XVI no hubiera habido JMJ"
"El Papa se ha marchado, y la JMJ ha terminado. ¿Y ahora qué?"

"Han sido días de escucha de la palabra, de atención, de celebración, de alegría inmensa y de misión. Juntos hemos vivido con intensidad lo que es la Iglesia. La JMJ es un acontecimiento inolvidable". El cardenal de Madrid, Antonio María Rouco Varela, presidió esta tarde una Eucaristía de Acción de Gracias por el éxito de la pasada JMJ de Madrid, un evento que congregó en la capital de España, hace algo más de un mes, a más de millón y medio de jóvenes de todo el mundo.

"Sin Benedicto XVI no hubiera habido JMJ", proclamó Rouco Varela en una homilía sin papeles, donde repasó, emocionado y feliz, los principales hitos de los cuatro días del Papa en Madrid: Cibeles y Cuatro Vientos, las confesiones del Retiro y un Papa "cercano y maestro de todos". "Es la Iglesia la que da las gracias a Dios por la JMJ".

"El Papa se ha marchado, y la JMJ ha terminado. ¿Y ahora qué?", se preguntó el pupurado, quien incidió en que el acontecimiento supuso "un gran evento de gracia institucional. Gracia exterior y gracia interior. El don de Cristo a través de su Iglesia, extraordinariamente hermoso, bello, generoso...", que se vio en todos los asistentes, desde el Papa al último de los jóvenes.

También en los miles de personas que oraron para que la JMJ fuese un éxito. "Éramos tantos... No hay ninguna estadística que pueda acercarse siquiera mínimamente a ese misterio de la gracia que han recibido tantos jóvenes", añadió Rouco, quien incidió en que "sólo se puede acoger la gracia de Dios dando gracias".

"Dios nos regala, nosotros le devolvemos regalando la fe", pidió el cardenal. Y pidió que se hiciera "como Jesús lo hizo en la cruz, asumiendo esas entrañas de Cristo, acogiéndonos al perdón y la misericordia del Señor, entregando todo lo que hemos hecho y haciendo de esa ofrenda un presente y un futuro para nuestra vida, vivida en la Iglesia. Sólo en la Iglesia se le puede dar a Cristo el regalo del amor verdadero".

Rouco Varela tuvo palabras de agradecimiento a todos los voluntarios, la organización y las instituciones que hicieron posible la JMJ, pero en especial a la "generosidad y copiosidad inmensa" de Benedicto XVI. "No sólo vimos su técnica intelectual, su dominio de la doctrina, sino también su corazón de padre y de pastor. Que lo que decía lo vivía intensamente. Hablaba desde el corazón de la Iglesia. Forma de ser pastor y ser padre. Sin Benedicto XVI no hubiera habido JMJ 2011".

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