🟠 *Domingo V de Pascua*
🪔 Jn 13,31-33a.34-35
Después de haber salido Judas, Jesús dijo: “Ahora se manifiesta la gloria del Hijo del hombre, y la gloria de Dios se manifiesta en él. Y si él manifiesta la gloria de Dios, también Dios manifestará la gloria del Hijo del hombre. Hijitos míos, ya no estaré mucho tiempo con vosotros. Me buscaréis, pero lo mismo que dije a los judíos os digo ahora a vosotros: No podréis ir a donde yo voy. Os doy este mandamiento nuevo: Que os améis los unos a los otros. Así como yo os amo, debéis también amaros los unos a los otros. Si os amáis los unos a los otros, todo el mundo conocerá que sois mis discípulos”.
*Meditación*
San Pablo nos invita a reflexionar sobre nuestra propia resistencia ante la oposición de otros y las dificultades. ¿Cómo respondemos a las pruebas de nuestra vida cristiana? ¿Nos mantenemos firmes en nuestra confianza en el Señor, especialmente en tiempos de adversidad? El salmo nos alienta a bendecir el nombre de Dios eternamente. La práctica de bendecir a Dios en todas las circunstancias refuerza nuestra relación con Él y nos mantiene anclados en su amor y fidelidad. El Apocalipsis nos presenta la promesa divina de un futuro sin dolor, lágrimas, muerte o sufrimiento.
En el evangelio, Jesús nos da el mandamiento del amor. El amor que describe no es un sentimiento pasajero, sino una acción constante de la voluntad que busca el bien del otro. Debemos amar como Él nos amó. Este amor es el verdadero signo distintivo de los discípulos de Jesús. En un mundo que a menudo está dividido por el odio y la indiferencia, este mandamiento es tanto un desafío como una guía. ¿Refleja nuestra vida diaria el amor sacrificial de Jesús?
*Oracion*
Señor, fortalécenos para que podamos permanecer firmes en la fe a pesar de las dificultades, confiando en tu gracia y en tu guía. Enséñanos a amarnos unos a otros como tú nos has amado, para que en nuestro amor el mundo pueda reconocer la huella de tus discípulos. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario