DOMINGO
VII DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO “C”
1.- JESÚS INVITA AL REINO, PERO NO OBLIGA.
Queridos hermanos: A veces cuando
leemos los Evangelios nos podemos sentir incómodos ante su lenguaje,
pues lo encontramos poco preciso a la hora de ver qué tenemos que hacer: por
ejemplo, las bienaventuranzas del Domingo pasado. ¿Cómo aplicarlas? Desearíamos
que se nos concretaran y precisaran… qué hacer.
Otras veces encontramos
que el Evangelio concreta mucho y lo vemos demasiado exagerado, e
intentamos hacer algunas rebajas y descafeinarlo. Ejemplo: “La mejilla que hay que poner”…
Hay que reconocer que la
llamada de Jesús es muy exigente, y sólo la pueden comprender
aquellos que, algún día, se han sentido perdonados, y muy amados por Dios: “El Señor es bueno con los malvados y
desgraciados”.
Por otra parte, ¡Qué
difícil resulta en nuestra cultura “del interés” amar gratuitamente y perdonar!
Corremos el riesgo de relacionarnos solamente por el interés: Nadie da nada sin
que haya esperanza de recibir
Cuando se rompen las
relaciones en el ámbito familiar, laboral, etc, se reacciona con dureza,
con palabras tajantes: por ejemplo: “Me
las pagarás todas juntas”; “perdonar,
sí, pero olvidar jamás”; “a mí el que me la hace me la paga”.
En cambio el lenguaje de Jesús
es todo lo contrario. Nos da unos criterios claros para orientar
nuestras actitudes y comportamientos con nuestros hermanos.
2.- EL QUE SE RENUEVA, PUEDE
DISFRUTAR DEL REINO.
Acoger el amor de Dios Padre, comporta
unas opciones radicales que abarcan todos los aspectos de la existencia: el
propio corazón, la familia, las relaciones con los demás, los negocios, la vida
privada… Opciones
“Haced
a los demás lo que queréis que os hagan, porque si solo amáis a los que os ama,
hacéis lo que hace todo el mundo” Y “la medida que uséis, la usarán con vosotros”. Por eso decía Jesús “No juzguéis y no seréis juzgados”. “No condenéis y no serie condenados”.
“Perdonad” a aquel que habla mal de vosotros, que os hizo una mala jugada y
seréis perdonados”.
“Daos,
dad vuestro tiempo, y una buena parte de tu dinero…. Y se os dará” Y no olvidéis que Dios os verterá una medida
generosa, colmada, remecida, rebosante”.
3.- EL REINO DE DIOS NO PUEDE
CONFUNDIRSE CON EL REINO DE LOS TONTOS,
Podemos creer que estos textos
es una utopía irrealizable o que sería hacer el tonto… Sin
embargo vienen a decir: “Adelántate a
hacer ahora mismo lo que después querrás que te hagan a ti”.
San Juan de la Cruz decía: “Donde no hay amor, pon amor y sacarás amor”.
Se trata de reproducir aquí y ahora lo
que Dios hace continuamente: “Sed
misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso”, dice Jesús.
La manera de obrar de Dios,
plasmada en el salmo y que nosotros hemos reconocido en Jesús, es la que nos
sugiere el Evangelio, para que podamos saborear la felicidad ya en la tierra, a
pesar de que nos continúen saliendo enemigos sin buscarlos…
De ahí que, para vivir esto, conviene
que los cristianos nos reunamos, recordemos los testimonios de los que han
vivido nuestro mismo camino, y celebremos el memorial de Jesucristo que
ha vivido hasta la cruz los valores que ahora nos propone a nosotros. Si no nos
alimentamos nuestras fuerzas no nos conducirán al Reino inaugurado por Jesús.
La Eucaristía nos
da la fuerza para vivir este estilo de vida: ¿Quién podrá ayudarnos a tener un
amor constructivo hacia aquellos que nos
han hecho daño?
Sólo Él, que ahora se nos dará
en el pan y el vino de la Eucaristía, puede alimentar nuestra capacidad de
perdonar y entablar unas relaciones realmente nuevas y evangélicas.
Piensa en tu vida y reflexiona
ante Jesús, pidiendo su amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario