NAVIDAD 2.021
INTRODUCCIÓN: Queridos
hermanos, ¡Feliz Navidad!, ¡Feliz! Por lo que está sucediendo esta noche que llamamos BUENA. La noche en que ocurre un suceso único, porque nada mejor puede suceder. En esta noche, ahora, las promesas de Dios se cumplen y las esperanzas y deseos de las personas se realizan.
Durante
el Adviento hemos suplicado continuamente
“Ven, Señor Jesús. Te deseamos,
te necesitamos, ven”. Y esta noche (hoy) se realizan nuestros deseos. El Señor ha
escuchado nuestras súplicas, y viene a nosotros, colmando todas nuestras
esperanzas...
Dios nace hoy, pero no sólo en
Belén, nace en el mundo, nace en la Iglesia, nace en la comunidad creyente,
nace en las familias, en y entre los pobres, nace en cada corazón. Dios hoy
nace aquí y ahora, Dios nace en ti y en mí...
Y
no es que la Navidad sea fruto del Adviento y de nuestro esfuerzo. La
Encarnación y la Navidad arrancan, tienen su origen de otra fuente, que
no puede ser otra que el amor de Dios: “Tanto amó Dios al mundo que
le envió a Hijo Unigénito” (Ev.de S.Juan))
Esta
es la noticia que nos toca de lleno. Es lo que la humanidad esperó durante
siglos y que hacia cantar a los profetas: “Verán los confines de la tierra
la victoria, la salvación de nuestro Dios”. Pues bien, esta Buena Noticia
se ha producido y se sigue realizando para todas las personas y para todos los
pueblos: VERDADERAMENTE SE HA REVELADO EL AMOR DE DIOS, y la salvación
llega para todo el mundo de un modo bien real y concreto: “Un niño nos ha
nacido, un Hijo se nos ha dado”.
DIOS HERMANO Y AMIGO DE LA HUMANIDAD SUFRIENTE
Este es el hecho central e
importante de la Navidad: Dios se hace hombre hermano, amigo,
compañero de los hombres y mujeres de nuestro mundo. Ya no caminamos solos, ni
a oscuras, abandonados a nuestra suerte o a nuestra dificultad. De un modo
discreto, eficaz, rebajándose hasta nuestra poca altura, Dios mismo se pone a
nuestro lado para ayudarnos a avanzar por los caminos de la vida y hasta la
vida plena.
Y
este acercamiento de Dios se hace de una manera peculiar: Cristo nace pobre
entre los pobres. Por eso, la Navidad desvela en nosotros la ternura del amor
de verdad, de amar como Dios mismo nos enseña, de amar de verdad a los pobres y
a los que sufren...
LOS CONFINES DE LA TIERRA VERÁN LA SALVACIÓN DE DIOS
Este mensaje se tiene que realizar.
Todo el mundo, comenzando por los más débiles, debe llegar a ver, a sentir, a palpar la salvación.
Es verdad que estos días de Navidad todos nos sentimos más dispuestos, más
generosos, más capaces de bondad. Por eso decimos que sea Navidad cada día. Y
lo decimos como un deseo, como algo que sería maravilloso, pero... tan difícil
que se realice, que nos parece imposible.
LA NAVIDAD DE CADA DIA
Yo quisiera afirmar hoy con
vosotros la esperanza y la confianza en Dios, en nosotros mismos, en la humanidad y en
la vida real de cada día. Y decirnos: Navidad, de hecho, es cada día.
Es una invitación a mirar nuestras vidas y nuestro mundo y a descubrir también
los signos de vida y de esperanza, de la presencia del Señor y de su amor. La
Navidad de Jesús, de María y de José, de los Ángeles y los pastores, no fue una
Navidad fácil, una Navidad luminosa y triunfal, fue la Navidad de la
generosidad y de la entrega de María, de la confianza y buena fe de José, de la
sorpresa de los pastores.
Fijémonos cómo también se
realiza entre nosotros la Navidad de cada día: porque se realiza en el amor
de los esposos y en la paciencia y el servicio mutuo a la familia, en la
preocupación y la alegría de los hijos; en la paz y buena fe de los abuelos y
en la inquietud y generosidad de los jóvenes. Y en el trabajo cotidiano y en
los gestos de donación. Y en todo el esfuerzo humano y servicio de tantas
personas y tantos grupos de la Parroquia, en la ciudad...
En medio de
todo esto, Dios nace entre nosotros cada día. Él nos se echa atrás, sino que
acompaña nuestro esfuerzo para que vayamos mucho más allá de lo que nos
atreveríamos a imaginar...
¡Que esta sea nuestra Navidad
de 2.021!: un descubrir más a Cristo pobre, a un Cristo que se pone a
nuestro lado. Una Navidad que nos ayude a crear vida..., que nos ayude a amar
más, para gloría de Dios y para poner paz, alegría, amor y vida en nuestro
mundo.
La Buena Noticia de este día,
la gran alegría que celebramos se hace presente siempre en la Eucaristía,
porque ya que Dios ha tomado un cuerpo, podemos recibirlo cada día, para
prestarle nuestra vida …y que sea Él quien viva en nosotros. Como lo acogió y
lo vivió la Virgen María para entregarlo y salve al mundo.
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