⚪️ *Dedicación de la Basílica de Letrán *
🪔 Jn 2,13-22
Como se acercaba la fiesta de la Pascua de los judíos, Jesús fue a Jerusalén; y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los que tenían puestos donde cambiar el dinero. Al ver aquello, Jesús hizo un látigo con unas cuerdas y los echó a todos del templo, junto con las ovejas y los bueyes. Arrojó al suelo las monedas de los cambistas y les volcó las mesas. A los vendedores de palomas les dijo: “¡Sacad eso de aquí! ¡No convirtáis en un mercado la casa de mi Padre!”. Sus discípulos recordaron entonces la Escritura que dice: “Me consumirá el celo por tu casa”. Los judíos le preguntaron: “¿Qué prueba nos das de que tienes autoridad para actuar así?”. Jesús les contestó: “Destruid este templo y en tres días lo levantaré”. Le dijeron los judíos: “Cuarenta y seis años tardaron en construir este templo, ¿y tú vas a levantarlo en tres días?”. Pero el templo al que Jesús se refería era su propio cuerpo. Por eso, cuando resucitó, sus discípulos se acordaron de lo que había dicho y creyeron en la Escritura y en las palabras de Jesús.
*Meditación:*
La imagen del agua que brota del templo y da vida nos recuerda la gracia de Dios que transforma y renueva. Pablo nos llama a ser conscientes de que somos templos del Espíritu Santo, lo cual implica una vida de santidad y respeto. Jesús purifica el templo, recordándonos que nuestras vidas deben ser casas de oración y santidad.
*Oracion:*
Señor, purifica mi corazón y mi vida, haciendo de mí un templo santo para tu Espíritu. Ayúdame a vivir en santidad y a ser un canal de tu gracia y vida para los demás. Que mi alma sea un templo de oración y un testimonio vivo de tu presencia. Amén.

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