DOMINGO XXVII DEL T. ORDINARIO CICLO “C”
Queridos hermanos; Celebramos el primer Domingo del mes de Octubre, mes del
Rosario, que nos invita a reanudar nuestros trabajos apostólicos y nuestros
quehaceres. Hemos dejado el verano y apenas iniciado el otoño, damos comienzo a
un nuevo curso, regalo del Señor. Todos nos ponemos en actitud de “manos a la obra”. Y como
cristianos necesitamos la ayuda del Señor para realizar “una nueva sementera” para
obtener “una buena cosecha”.
Hoy, al iniciar nuestro trabajo es bueno preguntarnos en qué momento de ánimos
nos encontramos. ¿Estamos ilusionados y entusiasmados? ¿O puede que desanimados
y desalentados como les ocurre a los apóstoles en el Evangelio de hoy? Hace
tiempo que siguen a Jesús y ven como sus previsiones, sus proyectos no acaban
de realizarse. Y por eso le ruegan: “Señor, auméntanos la fe”.
También nosotros cristianos del siglo XXI hacemos nuestra es plegaria y
volvemos a decirle: “Señor Jesús, auméntanos la fe”.
Porque todos necesitamos que nuestra fe en Jesucristo, en su Evangelio, en el
amor de Dios Padre, en la acción del Espíritu Santo sea una fe más presente en
toda nuestra vida, que la penetre, la transforme y la renueve.
1.- VIVIR LA FE HOY, EN UNA SOCIEDAD PLURAL… En nuestras
conversaciones solemos decir que “vivir la fe cristiana es cada día
más difícil” y nos apoyamos en las circunstancias actuales de la
sociedad (el ambiente hedonista, la comodidad, la pereza…)
Vivimos en una sociedad PLURAL, en la que conviven diversos modos de entender y
de practicar los valores y normas morales. Se niegan valores y principios que
para el cristianos son fundamentales: el aborto, la eutanasia, la
corrupción… Muchas veces parece que no está de moda ser creyente, se
esconde el hecho de ser cristiano, aunque la mayoría siga bautizándose…
También vivimos en una sociedad SECULARIZADA, en el sentido de que el hecho
religioso (Dios), las convicciones cristianas parecen pesar poco.Y en una
sociedad PAGANA en la que el máximo criterio es buscar el placer…
2.- ENERGIA, AMOR, BUEN JUICIO.
Estas son grandes dificultades para vivir nuestra fe hoy. Pero no olvidemos que
en todas las épocas ha sido difícil vivir la fe: Persecuciones, Iglesia
adormecida… Nunca las dificultades han de servirnos de excusa, al contrario
deben ser un reto. Por eso, San Pablo invita a Timoteo, y también hoy a
nosotros, a reavivar el Don de Dios, cuando le impuso las manos, porque “Dios no nos ha dado un espíritu
cobarde, sino un espíritu de energía, amor y buen juicio”, y le pide
que “no se avergüence de dar testimonio
de nuestro Señor Jesucristo”.
Son palabras plenamente actuales. Pues si ante las circunstancias actuales, ya
expuestas, nos excusamos, nos acomplejamos, nos evadimos, no habremos entendido
nada lo que significa creer en Jesucristo.
Cristo no nos ofreció, ni siguió un camino fácil, triunfante, sino todo lo
contrario. Hoy, al celebrar la
Fiesta de su Descendimiento de la Cruz, lo contemplamos roto y muerto a
causa del amor a los hombres, después de haber asumido todas las pobrezas y
miserias de la humanidad. Y nosotros con María la Virgen, San Juan, Nicodemo,
José de Arimatea, Las Marías…, creemos que Él es el Camino, la Verdad y la Vida
para nosotros y para todos los hombres y mujeres de la historia.
Será nuestro testimonio, nuestro estilo de vida el termómetro que mida el grado
de nuestra de fe. No somos cristianos de puertas hacia dentro de la
Iglesia. Somos cristianos en nuestra vida cotidiana, con nuestros familiares y
amigos, en nuestro trabajo…
Recordemos que cuando termine la celebración seremos enviados al mundo con
estas palabras “Podéis ir en Paz”, para que
cada uno regrese a sus quehaceres alabando y bendiciendo a Dios”.
La fe nos lleva a poner en práctica el Evangelio de Cristo, el
camino de vida que Él nos ofrece. Sin fe actuaríamos desde nuestras fuerzas y
terminaríamos, cansados desertando del camino cristiano. En cambio, si nos
apoyamos en Jesús, podremos hacer realidad su mensaje: amor a los enemigos,
devolver bien por mal, perdonar a quien nos ofende, no buscar los primeros
puestos y honores…
EL
DOMINGO LOS CRISTIANOS CELEBRAMOS LA FE
Cada Domingo los cristianos nos reunimos para celebrar nuestra fe: Celebramos
que Cristo ha muerto y resucitado y nos ha abierto el camino de una vida
nueva. Recibimos su cuerpo y su sangre como alimento para sostener nuestra fe.
Y compartimos con otros hermanos nuestra fe para sentirnos acompañados en nuestro
caminar cristiano.
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