CONTACTA CON NOSOTROS

Todos los que queráis mandarnos vuestros comentarios y sugerencias podéis hacerlo a: parroquiasanpablo2011@gmail.com

domingo, 24 de abril de 2016

REFLEXIÓN DE DON MANUEL PARA EL DÍA DE HOY


DOMINGO V DE PASCUA “C”

              Queridos hermanos. Sed bienvenidos a la Eucaristía, la Fiesta del Señor. Seguimos celebrando la Pascua de Resurrección, el triunfo de Jesús sobre la muerte. Es como una explosión de vida y de alegría. Todo el amor derramado por Jesús en la historia está dando su fruto. ¿No lo notáis? Flores, cantos, plegarías... y lo más importante, la celebración de los Sacramentos por miles y miles de personas en todo el mundo.


              Este amor, esta gracia de Jesucristo, el Señor Resucitado, también llega a nosotros. Por eso estamos aquí, como cada Domingo. Hoy damos la bienvenida y la acogida de nuestra comunidad a estos hermanos y hermanas nuestras, que han madurado en la fe, para que, desde hoy, participen con nosotros en la Mesa del Señor, y con nosotros den a conocer la Buena Noticia del Evangelio a todos.

               Mis queridos chicos y chicas, queridos hermanos y familias. Por fin ha llegado el día esperado y preparado... Hoy es el día de recoger los frutos de vuestro trabajo y del trabajo de nuestra comunidad, padres, profesores, catequistas... En definitiva, del trabajo del Señor, a través de las personas que os han hecho madurar... “En sabiduría en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres”.

              Cierto día el Señor os regaló su Espíritu, el Espíritu Santo. Fue vuestro bautismo que os hizo hijos de Dios y miembros de la Iglesia. Fue vuestra entrada en la gran familia de hijos de Dios y de hermanos que formamos los cristianos. Desde entonces hasta hoy habéis crecido y comprobado que ser cristiano, seguir a Cristo es lo más importante en la vida de una persona. Pero para ello, necesitáis alimentar vuestra vida, recibir al mismo Cristo y escuchar su Palabra. Es lo que hacemos los cristianos el  Domingo y lo que hoy comenzáis a vivir vosotros con nosotros, los mayores.


1.-          Estamos celebrando el quinto Domingo de Pascua de Resurrección; llevamos cinco semanas celebrando el triunfo de Jesús sobre la muerte. Y se va acercando el momento de la despedida de Jesús de sus discípulos. Dentro de dos semanas celebraremos su Ascensión a la derecha del Padre.

              Y hoy, en ese ambiente cálido del Cenáculo, Jesús les anuncia la inminencia de su glorificación al cielo y les da los últimos encargos a sus discípulos... Les dice, y nos dice lo esencial, lo más importante: QUE HEMOS DE VIVIR COMO ÉL, y por eso nos da un Mandamiento nuevo: “Que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también entre vosotros”. Y esa será la señal por la que conocerán que sois mis discípulos.

              El mandamiento del amor ya existía, pero el nos dice que es nuevo. Y la novedad está en el estilo, en la forma..., y sobre todo, en el modelo a imitar: “...como yo”. Y ya lo sabemos: Él nos ha amado sin condiciones, sin que nos lo merezcamos (“siendo nosotros pecadores nos amó”); Él nos ha amado hasta el extremo de dar su vida por nosotros.

              Y “amor con amor se paga”.Por eso, Él nos pide que manifestemos que lo amamos haciendo lo mismo con los demás. Así conocerán que somos discípulos de Jesús: la señal de que creemos en Jesucristo es que amamos como Él… Así manifestaremos nuestra señal de identidad, cuando en nuestra vida de cada día, por encima de nuestros gustos, costumbres y rutinas, estamos dispuestos a amar y amamos con el estilo de Jesús.


2.-      Este amor es ya un anticipo y anuncio de la vida en el reino futuro: el cielo nuevo y la tierra nueva donde no habrá ni muerte, ni luto, ni llanto ni dolor. Es una realidad que se desarrolla y cada vez que, imitando a Jesús y movidos por el Espíritu, pasamos por el mundo “haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo”.


3.-           Esta es la tarea y misión de la Iglesia: adelantar los cielos nuevos y la tierra nueva. Por eso, en estos Domingos de Pascua recordamos para actualizar los acontecimientos vividos en los primeros tiempos de la Iglesia por los  Apóstoles y sus colaboradores.

              A través de los viajes de Pablo y Bernabé, el Señor nos está enseñando ahora a construir nuestras comunidades, nuestros grupos, nuestra Iglesia. Y lo que está claro:

                a) Que la vida de la Iglesia se desarrollaba en un ambiente de comunión y misión.

                  b) Que había una organización y una jerarquía, dentro de un ambiente de fraternidad, corresponsabilidad y comunión mutua.

                 c) Tienen  claro de que el origen y la meta de todo estaba en Dios: Con su gracia habían salido a la misión, de Él se sentían instrumentos, a Él dirigían sus oraciones y ayunos, a Él encomiendan todas las personas y tareas. Dios mismo es el que abre a los gentiles las puertas de la fe.

              La tarea consiste en animar a los discípulos (necesaria animación hoy cuando tanto pesimismo y desencanto habita en nuestros ambientes), en exhortarles a perseverar (en medio de tanto abandono y apatía), diciéndoles que hay que pasar mucho para entrar en el Reino de Dios (en un ambiente de tan poca exigencia, de tanta tolerancia, de tanta flojedad).

              Hoy como entonces, la Iglesia existe para evangelizar; para hacer presente el Reino de Dios en este mundo
     

                La Eucaristía, la oración y la comunión de los hermanos sostiene nuestra identidad, y nuestros compromisos apostólicos y misioneros... Sigamos avanzando… La ayuda de la Virgen nos sostiene y nos ayuda a entregarnos al plan de salvación de Dios...      

No hay comentarios:

Publicar un comentario