CONTACTA CON NOSOTROS

Todos los que queráis mandarnos vuestros comentarios y sugerencias podéis hacerlo a: parroquiasanpablo2011@gmail.com

domingo, 9 de noviembre de 2014

REFLEXIÓN PARA HOY DOMINGO DE DON MANUEL


DOMINGO XXXII DEL T. ORDINARIO “C”  FIESTA DE LA DEDICACIÓN DE LA BASÍLICA DE SAN JUAN DE LETRÁN



         Queridos hermanos coincide nuestra reunión dominical con la Fiesta de la consagración de la Catedral de Roma, la Basílica de San Juan de Letrán, que ha sido desde el comienzo del cristianismo punto de referencia y el centro de la unidad de toda la Iglesia.


         Es una fiesta que nos enseña a valorar y amar nuestros templos, pero sobre todo nos invita a concienciarnos y a valorar que “el templo de Dios” no son los edificios, sino Jesucristo y las personas. Ejemplos: Profanar un templo-Profanar a las personas. Esto nos lo enseña la Palabra de Dios proclamada.


         1º.- EL TEMPLO DE DIOS ES JESUCRISTO Y LA PERSONA

         Las lecturas no nos hablan tanto de los edificios materiales, sino de las personas. Ellas son para los cristianos el auténtico templo de Dios, el lugar de la presencia de Dios:  En primer lugar, Jesucristo. Pero también cada cristiano, cada persona.

         En las antiguas religiones, el templo era el lugar sagrado donde los dioses se hacían presentes. En el cristianismo ya no es así: Dios se manifestó..., se hizo presente en el hombre Jesús su Único Hijo.

         En el Evangelio Jesús se atrevió a decir que El es el “Santuario”, “el Templo de Dios”. Es decir, donde Dios se manifiesta, actúa y habla.

         Por eso San Pablo nos ha dicho que todos nosotros somos templo de Dios, construido sobre el cimiento de Jesucristo, sobre la fe en Jesús. “¡¿No sabéis que sois templos de Dios...?

         Consecuencias para nosotros: De estas afirmaciones de la Palabra de Dios, podemos sacar dos conclusiones: a) Referente a Jesucristo. b) Referido a nosotros.

a.  Decir que Jesucristo es el templo de Dios, significa creer que en Él se manifestó Dios. El Dios que nadie jamás vio (según San Juan) nos fue revelado por Jesucristo; y esto significa que todos los que nos llamamos cristianos no podemos hacernos nuestro “Dios” a imagen y semejanza nuestra, según nuestros criterios y modos de actuar, sino según lo que nos dice Jesucristo.

Por tanto cristiano es aquel que vive, cada día y en todas partes, como discípulo de Jesucristo, intentando vivir como nos enseñó Jesucristo.
     b.La segunda conclusión se refiere a cada hombre, a toda persona. Todos estamos llamados a ser “templo de Dios”. Para Dios lo somos todos. Se deduce, pues, que todo hombre merece respeto, estimación, valoración.

“Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él; porque el templo de Dios es santo: ese templo sois vosotros”. Dice San Pablo.

         Significa que cada hombre y cada mujer es sagrado. No podemos convertirlo en esclavo, servidor..., no puede ser un objeto, un instrumento... Todo hombre, toda mujer (...) son sagrados, son templo de Dios, merecedores de todo amor.

         Sin embargo NUESTRAS IGLESIAS-TEMPLOS, lugares de oración, de encuentro con Dios, aunque no son lo más importante ( Jesús y las personas), también son importantes. Los necesitamos, como lugar de celebración, de reunión, son signos de fe, señal de la comunidad. ¡Cuántas cosas, realidades han pasado en ellas! Bautismos, Iniciación cristiana, Primera Eucaristía, Confirmaciones, vuestro matrimonio, mi sacerdocio... despedida de nuestros seres queridos...

         Nuestros templos nos visibilizan el Santuario que es el mismo Jesucristo, presencia de Jesús entre los hombres. De este santuario BROTA UNA FUENTE DE AGUA VIVA: LA VIDA, LA SALVACIÓN, LA VIDA ETERNA


No hay comentarios:

Publicar un comentario