CONTACTA CON NOSOTROS

Todos los que queráis mandarnos vuestros comentarios y sugerencias podéis hacerlo a: parroquiasanpablo2011@gmail.com

domingo, 7 de octubre de 2012

D. MANUEL

DOMINGO XXVII DEL TIEMPO ORDINARIO “B”

       “Abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne. De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre”

       Hermanos, estas son las palabras de Jesús sobre la pareja, sobre el matrimonio. Cuando nuestro país está viviendo una verdadera ofensiva contra el matrimonio y la familia: La supresión de la institución matrimonial en el Código Civil, la agilización de los procesos de divorcio, la equiparación de las uniones entre parejas del mismo sexo con el matrimonio, el adoctrinamiento sistemático…

    Y  el argumento que Jesús expone para su afirmación es realmente difícil de rebatir, pues Jesús apoya su afirmación en la voluntad divina en la creación. Jesús nos esclarece esta voluntad creadora al recordarnos que fuimos creados para el amor, para vivir el uno para el otro.

      Y esta unidad de vida en el amor no se da sólo por voluntad humana, sino que Dios también expresa su amor a través  de esta unidad. Por eso Jesús dice: “Lo que Dios unió”. Es decir, que si el matrimonio está llamado  a vivir para siempre, es porque Dios ha fortalecido ese vínculo con su amor (gracia) y su bendición.  

       Y es que el amor entre los esposos no es un amor cualquiera, sino el mismo amor que Dios nos ha comunicado y que se comparte. Amor que está tomando siempre la iniciativa de amar, aunque la respuesta del otro sea débil o inexistente; amor que llena mucho más cuando uno gozosamente se sacrifica para que el otro sea feliz. Por eso,  San Pablo, después de describir el amor cristiano, dice: “El amor  no morirá jamás”. Si muere, no es cristiano.
                    
       Según esto, es una pena: Ver derrumbarse en guerra civil un edificio singular, o destruida una gran obra de arte por un insensato, cuando se piensa en los esfuerzos que costó. Igual que el derrumbe de un matrimonio o de una familia no deja de ser un desastre o un fracaso. Pero que hermoso es, en cambio, ir construyendo día a día, el futuro familiar con esfuerzo, con diálogo, con voluntad de ir superando las dificultades, bajo la mirada amorosa de Dios.

       Dicen que el vino viejo tiene mejor sabor; y así ocurre con el amor entre los esposos... La convivencia en lugar de erosionar el amor, ha de hacerlo más sólido, más firme, más hermoso, más bello. Para ello hay que alimentarlo. Un fuego sin leña, se va apagando. Los esposos han de mantener este fuego sagrado que viene de Dios.

       Acerquémonos con humildad y sencillez a Dios reconociendo que para vivir tal fidelidad se necesita de su gracia y de su amor. Acerquémonos todos, pues, a Dios para vivir nuestra vocación al amor con plenitud.
      
       Abramos nuestro corazón y démonos cuenta de que somos limitados, que para vivir plenamente como seres humanos, necesitamos de la esperanza que Dios nos brinda. Abrámonos también a nuestra pareja con sinceridad para ir progresando juntos  en el respeto, la libertad mutua, el diálogo, la comprensión, la confianza.

       Sois los esposos cristianos los que debéis anunciar al mundo, con vuestro modo de vivir que el pensamiento de Jesús no es una utopía irrealizable, sino la fuente de la verdadera felicidad. Vosotros sois la sal de la tierra y la luz del mundo. Que todos, viendo vuestro modo de vivir, glorifiquen al Padre del Cielo. Y digamos con Chestertón “quienes hablan contra el matrimonio y la familia no saben lo que hacen porque no saben lo deshacen”.
                    
       Oremos esta semana por todos los matrimonios con dificultades, oremos también por los que no tienen dificultades, para que encontrando el amor y la misericordia de Dios, entiendan mejor su vocación al amor sincero y la felicidad profunda.

       La Eucaristía sea nuestro alimento para construir, vivir, mantener y superar las dificultades...

No hay comentarios:

Publicar un comentario